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Vuelta al cole y piojos. Consejos para combatirlos

Uno de los enemigos tradicionales de muchos progenitores en esta etapa son los piojos.

Muchos padres y madres se echan las manos a la cabeza, nunca mejor dicho, ante el riesgo inminente de que sus hijos vuelvan a casa con piojos en el cabello.

Es un problema más habitual de lo que se cree, pero suele generar un impacto psicológico en quienes lo sufren. De hecho, según las estadísticas del labotatorio de farmacia Cinfa, 1 de cada 4 progenitores (24,7 %) cree que tener piojos afecta emocionalmente a sus hijos,

Tampoco hay que claudicar, pues conviene saber que no tenemos por qué resignarnos a que estos parásitos invadan el cabello de nuestros hijos cada vez que vuelven a las aulas. Si se toman medidas preventivas adecuadas, es posible mantenerlos a raya.

La pauta más importante es notificar al centro escolar si los hijos tienen piojos .“Es la manera más efectiva de evitar su propagación y un ejercicio de responsabilidad social”, han incidido desde Cinfa.

Pero conviene saber qué es cierto y qué no sobre este parásito para evitar caer en errores:

9 falsos mitos y creencias erróneas sobre los piojos

  1. Los piojos solo infestan el pelo sucio. Nada más lejos de la realidad. Cualquier persona de cualquier estrato social o económico puede padecer pediculosis, la cual no es signo de higiene deficiente o de suciedad.
  2. Los piojos saltan o vuelan. El piojo no se desplaza saltando y, dado que no tiene alas, tampoco lo hace volando. Su gran capacidad de propagación se explica porque caminan con gran rapidez con sus tres pares de patas, adaptadas para desplazarse por los cabellos a gran velocidad y luego asirse a ellos.
  3. Los piojos de la cabeza pueden transmitir enfermedades. Solo los piojos del cuerpo son vectores de enfermedades, pero no es el caso del Pediculus humanus capitis o piojo de la cabeza.
  4. Rapar el pelo o cortarlo es conveniente si se tienen piojos. Los piojos y liendres se adhieren a la raíz del pelo, no a toda su superficie. Si bien es cierto que en pelos cortos puede resultar más cómodo el tratamiento y la retirada con lendrera, no es necesario cortar el pelo ni rasurarlo para atajar la pediculosis, lo cual, además, puede convertirse en una fuente de angustia y vergüenza.
  5. Los remedios caseros son igual de efectivos que los de la farmacia y, además, inocuos. Por una parte, la eficacia pediculicida de sustancias como la mayonesa, el aceite de oliva, la mantequilla, o la vaselina es nula o no está demostrada. Por otra, otros remedios como el alcohol o el queroseno, además de irritar el cuero cabelludo, son tóxicos, inflamables y, por tanto, peligrosos. El vinagre puede ayudar a despegar las liendres, pero por sí solo no es capaz de matar al piojo.
  6. Cuando hay piojos en casa, toda la familia debe tratarse por si acaso. Solo se ha de aplicar el pediculicida en quien se confirme la infestación, tras una exhaustiva revisión con lendrera. Puede aplicarse un repelente como medida de prevención. Tampoco los brotes en el colegio son una razón para aplicar este producto de manera indiscriminada.
  7. Los niños y niñas con piojos deben quedarse en casa. No existe necesidad de aislar a ninguna persona por este motivo. Si se ha realizado el tratamiento correctamente, los escolares pueden asistir al colegio con total normalidad, aunque sí es clave el compromiso de los padres de continuar revisando la cabeza de sus hijos e informar al centro escolar si detectan el parásito.
  8. Los animales de compañía pueden transmitir piojos. Es imposible, porque los piojos de la cabeza son parásitos humanos y solo pueden vivir en las cabezas de las personas.
  9. Uno de los principales lugares de contagio de los piojos son las piscinas. En contacto con el agua, el piojo cierra sus orificios respiratorios y entra en un estado de letargo en el que puede permanecer hasta cuatro horas, pero se mantiene firmemente aferrado al cabello. Por lo tanto, por el hecho de estar en el agua, el piojo no abandona el pelo al que se aferra y no queda flotando “a la búsqueda” de otro portador.

Si se han notificado casos en el colegio o si se observa que el niño se arrasca mucho el cuero cabelludo, lo primero es proceder a un examen exhaustivo del cabello peinando cada mechón con una lendrera -un peine de púas metálicas muy juntas y que se puede adquirir en una farmacia-, que permite arrastrar las liendres y/o piojos.

La revisión conviene hacerla con el cabello húmedo para facilitar su visualización, en el caso de que haya.

Si se confirma la infestación, hay que hacer lo siguiente:

  • Aplicar sobre el cabello seco, mediante un masaje, el champú, loción o espuma pediculicida.
  • Después de lavar y aclarar, se ha dejar secar el pelo al aire, nunca con secador, ya que el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto.
  • Pasar de nuevo una lendrera para retirar los piojos muertos y las liendres.

Por último, el médico de Cinfa Julio Maset ha recordado también la importancia de distinguir bien los productos para los piojos, ya que “los pediculicidas tan solo deben utilizarse una vez que se ha producido la infestación para evitar la generación de resistencias.

Si lo que queremos es prevenir, se han de usar repelentes específicos de piojos, que es un producto distinto al pediculicida.

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