Ahora León / Guardia Civil / Maltrato Animal
Agentes de la Guardia Civil perteneciente al Equipo de Investigación del SEPRONA de la Guardia Civil de Málaga, en la denominada operación “Kennels”, ha procedido a la investigación de cuatro personas por la supuesta comisión del delito de maltrato animal de manera continuada por la organización de peleas de perros de razas peligrosas.
La investigación se inició el pasado mes de agosto a requerimiento del Juzgado nº 2 de Fuengirola (Málaga), como consecuencia de un proceso judicial por el que se investigaban la comisión de otros delitos y en el que se le proporcionó a los agentes del SEPRONA varios videos donde se observaban peleas de perros, algunos de ellos de especial crueldad.
Fruto del visionado de las imágenes, los agentes pudieron comprobar la existencia de estas peleas en la que algunos de estos animales sangraban abundantemente como consecuencia de las heridas que se producían. Asimismo, también se podía observar como los propietarios y asistentes al espectáculo ilegal jaleaban y animaban a los perros a enfrentarse violentamente.
Asistencia de personas allegadas y de especial confianza a las peleas de perros
Continuando con las investigaciones, la Guardia Civil logró identificar el lugar y la fecha de la comisión de los delitos además de los organizadores y participantes a las peleas, pudiendo constatar que las mismas eran organizadas por los investigados en lugares previamente acordados a través de las redes sociales y a los que solo asistían personas allegadas y de especial confianza.
Asimismo, los agentes pudieron constatar que uno de los lugares habituales para organizar las peleas de perros era el criadero que poseía uno de los investigados, en el que tenía habilitado y acondicionado un “ring o reñidero”, donde un arbitro dirigía las peleas.
Música a todo volumen para evitar que se escuchara a los perros
Cabe destacar que durante las peleas ponían música a todo volumen para evitar de esta manera, que desde el exterior se pudieran escuchar los alaridos, aullidos y ladridos estremecedores de los perros.
Igualmente, los animales no recibían ningún tipo de asistencia veterinaria a pesar de las lesiones sufridas, limitándose después de las peleas a refrescar a los canes con agua para rebajar la excitación, tensión, pulsaciones, etc.
Asimismo, se ha podido comprobar como utilizaban maquinas y métodos para preparar y/o entrenar físicamente a los perros y poder así adquirir corpulencia y resistencia física para poder ser más competitivos en estas peleas ilegales.
Los agentes han podido determinar que estas peleas se han venido produciendo desde el año 2011 hasta principios del año 2016. Asimismo, algunas de estas personas criaban cachorros de razas potencialmente peligrosas, utilizándolos como reclamo en estas peleas para conseguir de esta manera darle mayor prestigio y valor económico a la hora de vender los mismos.