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“El problema con el suministro de agua comenzó a finales de junio, coincidiendo con el inicio del llenado de los tanques de las piscinas municipales. Desde entonces hemos experimentado una grave crisis en el suministro de agua en parte de nuestra localidad. Mientras que antes de finales de junio el suministro de agua era adecuado, la situación cambió drásticamente con el inicio de estos trabajos. Actualmente, estamos enfrentado problemas como una presión de agua extremadamente baja y, en ocasiones, la completa falta de suministro, lo que ha generado una serie de dificultades en la vida cotidiana de los residentes afectados.” Relatan los vecinos.
La falta de un suministro constante ha tenido un impacto severo en los residentes y comercios afectados.
En días y horas específicas en la que la presión del agua corriente es tan baja que solo pueden ducharse con agua completamente fría, pero en otros momentos ni siquiera hay agua suficiente para poder mantener una adecuada higiene personal.
La falta de agua también ha limitado la capacidad para poder lavar la ropa, cocinar y llevar a cabo múltiples tareas domésticas cotidianas y esenciales
Por supuesto la escasez de agua afecta con más contundencia a los más vulnerables como son los niños, ancianos y personas con condiciones de salud delicadas. La combinación de falta de agua y ola de calor se está haciendo insostenible al no poder refrescarse durante el día, hidratarse de manera óptima o mantener cuidados los jardines y zonas verdes que podrían ser un oasis refrescante durante los días más calurosos.
Además de los residentes de Veguellina de Órbigo, también sufren las consecuencias de la falta de suministro todos los negocios de la localidad como tiendas y restaurantes donde necesitan unos mínimos de agua corriente para poder llevar a cabo su actividad diaria, lo que está provocando un claro tambaleo en su estabilidad económica y por supuesto debilitando el mercado laboral de la zona.
Actualmente los vecinos recurren al uso de agua embotellada para beber, a servicios de lavandería y pedir ayuda a familiares y amigos que viven fuera de la localidad para poder ducharse en su casa, lo cual, por supuesto, supone un gasto extra en su economía y una incomodidad en su vida cotidiana.
Los vecinos aseguran que, en años anteriores, la presión de agua bajaba durante la temporada estival debido al aumento de la población y el uso de las piscinas municipales. Si bien entienden que el aumento de la población puede afectar a la presión del agua, la situación de este año ha alcanzado niveles críticos. La presión de agua ha sido mucho más baja que en años anteriores, generando dificultades extremas que no habían enfrentado antes. Aunque comprenden que la presión disminuya con el aumento de la población, consideran que la magnitud del problema actual está más allá de lo aceptable.
La población no puede dejar de preguntarse si desde el ayuntamiento no se pueden tomar medidas para regulación del uso del agua, mejorara las infraestructuras del suministro con la instalación de bombas de presión y proporcionar información sobre la situación y los planes para solucionarlo.
