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Un paseo por Armunia celebra la convivencia y la memoria del barrio Canseco

"La Fontana, sede del Programa de Protección Internacional de San Juan de Dios de León, inicia un recorrido por el histórico 'Barrio Canseco' para entrelazar el pasado de la comunidad con las nuevas historias de refugio."

El pasado nos define y nos guía, y en Armunia, conocida históricamente como el ‘Barrio Canseco’, más de 5,000 personas han dado una lección de convivencia. Su comunidad se ha abierto al mundo con una iniciativa que celebra su historia y acoge el futuro. El 13 de agosto, la sede del Programa de Protección Internacional (PPI) de San Juan de Dios de León, apodada La Fontana, se convirtió en el punto de partida de un paseo único.

Este recorrido no fue un simple paseo turístico. Nació de un ‘focus group’ en abril, donde una veintena de agentes sociales, usando la metodología del ‘world café’, buscaron “abrir la mirada sobre los procesos migratorios”. La idea era usar el arte y la cultura para crear puentes, inspirados en el ‘Programa de refugio creativo – Residencias artísticas Ana Mendieta’, tendiendo lazos entre los residentes y los recién llegados.

El corazón de esta iniciativa es La Fontana, un hogar de acogida gestionado por San Juan de Dios de León. Solo en el último año, este centro ha acompañado a 369 personas de más de 32 nacionalidades, dándoles un lugar seguro para rehacer sus vidas. Con 86 plazas residenciales y 50 más distribuidas en siete pisos, La Fontana se ha convertido en un faro de esperanza para quienes huyen de la guerra y la persecución. Para Ánxela Blanco, del PPI, este paseo fue una oportunidad para “conocer un barrio que domina el arte de la convivencia en paz”.

La primera parada fue en las antiguas escuelas Padre Manjón, que hoy albergan la exposición ‘La memoria de Armunia’. Al entrar, las 158 fotografías en blanco y negro se sienten como un abrazo al pasado, cada una contando una historia de familia, de risas y de vida. Son más que simples imágenes: son la memoria del barrio hecha tangible, una forma de recordar de dónde venimos y de mostrar a quienes llegan, el corazón de Armunia.

La ruta continuó en la cripta subterránea de la parroquia de San Antonio de Padua. Con medio siglo de historia, la iglesia anexa a La Fontana esconde las tumbas de figuras clave como Miguel Díez Gutiérrez Canseco, Elsa Beinhorn Weiland y Liselotte Paege Beinhorn. De la mano de Juanjo Ruiz Husillos, los 30 participantes descubrieron este capítulo oculto. Después, disfrutaron de un piscolabis en el polideportivo, un momento de camaradería que consolidó los lazos entre los vecinos.

El recorrido concluyó en la ‘Chori’ o ‘Choricera’ de Armunia, uno de los edificios industriales más emblemáticos de León. Fundada en 1927 por David López Cañón, un migrante que regresó de México, esta fábrica de embutidos es un símbolo de la historia económica y la tenacidad del barrio. La periodista de Diario de León, Ana Gaitero, recordó que la ‘Chori’ también fue la sede de ‘La Tarde Radical’, una publicación de la transición que dejó una huella en el periodismo local. Gaitero, que ha vivido en Armunia desde los ocho años, compartió sus recuerdos, mostrando cómo el barrio se integró al Ayuntamiento de León junto con Trobajo del Cerecedo.

Este primer paseo es un manifiesto de convivencia y un recordatorio de que la migración no es una amenaza, sino una oportunidad de crecimiento. Al conocer la historia del otro y la de nuestro propio hogar, derribamos barreras y construimos una comunidad más fuerte. La Fontana, un hogar para quienes lo han perdido todo, se ha convertido en el corazón de un barrio que nos enseña que la verdadera riqueza reside en la capacidad de acoger y compartir.

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