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UGTCyL alerta de una «diáspora» de jóvenes que amenaza el futuro de Castilla y León

El sindicato pone el foco en el Día de la Juventud en la pérdida de talento cualificado, un problema que agudiza el envejecimiento de la población y pone en jaque la sostenibilidad del Estado del Bienestar en la comunidad.

En el marco de la celebración del Día Internacional de la Juventud, el sindicato UGTCyL ha emitido un contundente comunicado en el que pone de manifiesto la grave situación que atraviesan los jóvenes en la comunidad de Castilla y León. La organización sindical alerta de una «fuga de talento» o diáspora de jóvenes que, lejos de ser un fenómeno pasajero, se ha convertido en una amenaza existencial para el futuro social y económico de la región. Según los datos que manejan, esta salida de profesionales, especialmente de la población más formada, no solo agudiza el envejecimiento poblacional, sino que también pone en entredicho la viabilidad del mercado laboral y la sostenibilidad del Estado del Bienestar.

Castilla y León, históricamente una región exportadora de mano de obra, ha visto cómo este fenómeno se intensificaba de manera alarmante en las últimas décadas, especialmente entre la población con estudios superiores. Las causas, según indican desde la secretaría de Igualdad y Políticas Sociales de UGTCyL, son una combinación de factores que han creado un entorno laboral hostil para el talento: el desempleo, la sobrecualificación, la precariedad laboral y la paralización del mercado productivo. El sindicato advierte que, si no se toman medidas estructurales y eficaces, la comunidad seguirá perdiendo a sus activos más valiosos, comprometiendo su capacidad de progreso y competitividad a largo plazo.

Un retrato demográfico alarmante: la comunidad envejece a pasos agigantados

Para entender la magnitud del problema, UGTCyL se apoya en datos demográficos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que dibujan un panorama preocupante. La población joven en Castilla y León asciende a 459.647 personas, lo que representa apenas el 19% de la población total. Esta cifra se encuentra casi cuatro puntos por debajo de la media nacional (22,80%), lo que ya evidencia un desequilibrio significativo. El envejecimiento de la población es un factor determinante en este contexto, con una de cada cuatro personas activas superando los 55 años de edad, mientras que la población menor de 25 años apenas representa el 5% del total. Esta estructura demográfica está provocando «una intensa reducción del peso relativo de la población en edad de trabajar», lo que, inevitablemente, genera una enorme presión sobre el sistema de pensiones y de protección social.

Las proyecciones de población que maneja el sindicato para los próximos 13 años son aún más demoledoras. Se estima que la población mayor de 64 años crecerá un 26,15%, mientras que los grupos de edad más jóvenes sufrirán un fuerte retroceso: un -20,65% en los menores de 16 años y un -13,58% en el grupo de 16 a 64 años. Estos datos, según ha señalado el sindicato, tienen «consecuencias evidentes en la sostenibilidad del mercado laboral y del Estado del Bienestar», advirtiendo que esta diáspora es «especialmente demoledora, a nivel económico y social, cuando afecta a la población joven más formada de la historia».

Las dolorosas consecuencias de la fuga de talento

La secretaria de Política de Igualdad y Políticas Sociales de UGTCyL, Victoria Zumalacárregui, ha profundizado en las consecuencias de este éxodo masivo, que califica de «pérdida de capital humano» que va «contra el futuro y el progreso de nuestra comunidad». Según ha explicado, la salida de la población joven y altamente cualificada augura «complicaciones a medio plazo para mantener la empleabilidad» y genera un impacto negativo en tres áreas clave:

  1. Impacto demográfico y de despoblación: La fuga de jóvenes agrava el ya de por sí fuerte proceso de despoblación que sufre la comunidad, dejando pueblos y comarcas sin el dinamismo y la energía que los jóvenes aportan.
  2. Impacto en el mercado de trabajo: La región se queda con una de las tasas de actividad más bajas de España, lo que dificulta el crecimiento económico y la creación de un tejido productivo fuerte e innovador.
  3. Impacto en la fiscalidad: La comunidad pierde la inversión pública realizada en la formación de estos jóvenes, de la que ahora se benefician otros territorios. Además, se produce una dolorosa pérdida de contribuyentes al sistema tributario autonómico, lo que merma la capacidad de la Junta para financiar servicios públicos esenciales.

Zumalacárregui ha lanzado una pregunta al aire que resume perfectamente la paradoja a la que se enfrenta la comunidad: “¿cómo va a poder atraer Castilla y León talento si ni siquiera es capaz de retener el que produce?”.

UGTCyL reivindica una solución estructural: de los subsidios a la estabilidad laboral

Ante este escenario, UGTCyL ha dejado claro que las soluciones no pueden basarse en políticas de corto plazo. El sindicato ha criticado que las respuestas actuales se limiten a «políticas de subsidios, ayudas o subvenciones», ya que estas no atacan la raíz del problema. La reivindicación es clara y se centra en la necesidad de implementar medidas eficaces que ofrezcan a los jóvenes estabilidad laboral y un proyecto de vida digno.

El sindicato aboga por la creación de planes de carrera que garanticen a los jóvenes unas condiciones laborales y salariales dignas. La idea es que los jóvenes de Castilla y León puedan tener un desarrollo personal y profesional completo en su tierra, sin tener que emigrar. Esto implica no solo un salario justo, sino también contratos estables, oportunidades de formación continua y la posibilidad de crecimiento dentro de las empresas.

Pero además de retener el talento, UGTCyL también pone el foco en el retorno de los expatriados. La propuesta del sindicato no se limita a un simple regreso, sino que busca aprovechar la experiencia y el conocimiento acumulado por estos jóvenes en otras regiones y países. La meta es que, con su vuelta, puedan potenciar la productividad y competitividad de las empresas de Castilla y León, creando un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo. En un contexto de globalización, la experiencia acumulada fuera se convierte en un activo valioso, y la comunidad debe ser capaz de crear las condiciones para que ese activo regrese a casa. En definitiva, el mensaje de UGTCyL en el Día Internacional de la Juventud es un llamado urgente a la acción y a la reflexión, instando a las administraciones y al sector empresarial a construir un futuro en el que los jóvenes de Castilla y León no tengan que marcharse para prosperar.

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