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El golpe de calor y la insolación son cuadros clínicos graves que dejan con facilidad secuelas irreversibles en órganos importantes como el cerebro y riñones, y que, si no se diagnostican rápidamente y se tratan, pueden llevar incluso al fallecimiento.
Pero ¿qué ocurre con nuestro cuerpo durante un golpe de calor? “nuestro cuerpo pierde el control de la termorregulación, pierde la capacidad de compensar las altas temperaturas, deja de refrigerar y no puede regresar a su temperatura normal” explica el Dr. Ángel Villamor, director médico de iQtra Medicina Avanzada.
“Los primeros síntomas que debemos tener presentes para detectar el inicio de uno de estos cuadros, tanto en deportistas como en niños o ancianos son: la aparición de piel roja que al principio se acompaña de un exceso de sudoración y que cuando se agrava el cuadro pasa a convertirse en piel roja y seca. Recordemos que la piel es definida en medicina como el órgano más grande de nuestro organismo, es la responsable de proteger al resto de nuestros órganos del exterior.
De manera que siempre debemos recordar, como ante cualquier urgencia importante, nuestra primera reacción deberá ser llamar al 112. “Debemos apartar a la persona afectada del ambiente caluroso poniéndolo en la sombra, buscando un lugar refrigerado, quitarle la ropa de inmediato y empezar a bajar su temperatura acordándonos de que hay cuatro puntos en los que seremos más efectivos al aplicar frío, estos son: la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle. En el caso de no disponer de agua tenemos que intentar refrigerarle con aire; con el simple hecho de abanicarlo o buscar un ventilador, y si es posible, un aire acondicionado frío sería mucho más efectivo”, recomienda el Dr. Villamor.
Si disponemos de agua, con una esponja, un trapo o toallas mojadas aplicaremos el frío en estos cuatro puntos, además de en el resto del cuerpo. Si disponemos de una manguera, una ducha, o mucho mejor, sumergirlo en un baño de agua fría, este sería el modo más efectivo. No es recomendable la ingesta de fármacos antifebriles como el paracetamol. Los tópicos que debemos evitar son: el darle infusiones calientes o el friccionarle con alcohol, que puede llegar a ser tóxico.
Ante un golpe de calor inicialmente veremos mucha sudoración como esfuerzo termorregulador de la piel y cuando este mecanismo empieza a fracasar, normalmente agotado y en muchos casos empeorado por la deshidratación, observaremos una piel enrojecida pero seca.
Otros signos importantes que hemos de buscar son el incremento en la frecuencia respiratoria y cardiacas, lo cual no será fácil en deportistas en actividad o en niños activos y sí en ancianos en reposo.
Otro de los síntomas es un dolor de cabeza palpitante, también una de las primeras manifestaciones puede ser la debilidad y calambres musculares que en parte aparecen por la pérdida de minerales con el sudor, pero también como una manifestación neurológica porque a esto le van a seguir alteraciones del estado mental y del comportamiento como la somnolencia, especialmente en niños y ancianos, otros como la confusión y la visión borrosa; incluso agitación o irritabilidad, también lo vamos a ver con más frecuencia en niños, hasta mareos, temblor, convulsiones, delirio, perdida de conocimiento y, en casos extremos, coma” explica el Dr. Villamor, los síntomas más frecuentes en niños son “las náuseas, vómitos y diarreas” explica el médico.
Cuando hablamos del tratamiento no podemos dejar de insistir en que esta es la forma más grave de lesión por calor y que precisa de una actuación inmediata por muy leves que nos parezcan los síntomas.
En cuanto a la prevención hay que recordar “usar ropa liviana y holgada, de colores claros para evitar el calor excesivo y permitir la transpiración. El uso de protección solar con una aplicación continua cada dos o tres horas, puesto que las quemaduras por sol también afectan la capacidad de la piel para defenderse de las altas temperaturas. Beber, al menos, dos litros y medio diarios de líquidos cuando estamos en un ambiente caluroso y siempre en pequeñas cantidades y de un modo periódico; especialmente importante hacerlo cuando estamos con niños en un ambiente de este tipo, hidratarlo sin esperar a que lo pida o tenga la sensación de sed”, apunta el director Médico de iQtra.
“Todos los que practicamos deporte en ambientes calurosos y sobre todo si además hay una humedad elevada de 60 o 70%, debemos beber constantemente sin esperar a tener la sensación de sed, de ser posible hacerlo con bebidas isotónicas que repongan los minerales perdidos con la sudoración” explica el experto.
“Una advertencia o consejo para los deportistas es el aclimatarse a estos ambientes, un proceso que puede llevar incluso semanas. La práctica del deporte debe hacerse de modo progresivo a modo de aclimatación antes de forzar nuestras posibilidades” concluye el Dr. Villamor.