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El Purple Weekend contará con tres exposiciones en el Palacín

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La trigésimo tercera edición del Purple Weekend Estrella Galicia “contará con tres estupendas exposiciones” de fotografía y cartelería según Alejandro Diez Garín, el asesor artístico y técnico del festival mod por excelencia en España. Serán ‘¡Visca el Pop!’,  ‘Foto Alfredo’ y ‘Small Faces. ¡3, 2. 1 Contacto’ que se podrán contemplar en el espacio El Palacín desde este mes de diciembre hasta el 11 de febrero, gracias a la colaboración de la Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León encabezada por Evelia Fernández.

El afamado festival mod se celebrará entre el 8 y el 11 de diciembre y los abonos continúan a la venta anticipada en Marca Entradas y WeGow por 70 euros para todos los conciertos.

‘Alex Cooper’, además de uno de los fundadores del Purple Weekend a finales de los ochenta del siglo pasado, es el presidente de la Fundación Club 45, que a comienzos de año propuso a los organizadores del Festival Purple Weekend colaborar como entidad cultural en el asesoramiento artístico y técnico para la edición de 2022.

“Dicho acuerdo se recogió en un convenio firmado entre Centro León Gótico y la Fundación y desde entonces hemos trabajado conjuntamente en la elección de grupos, DJ’s y organización de horarios y espacios”, explica. “Se mostrarán en el Palacín, espacio municipal dedicado a la fotografía y localizado junto al Palacio de Congresos, lugar de celebración del mercadillo, conciertos y ‘allnighters’ del Purple Weekend gracias a la colaboración del Ayuntamiento de León”, asegura el asesor artístico y técnico del ‘Purple’, que este año potencia la versión cultural de un evento que busca ser un ejemplo de Festival Ciudad y uno de los eventos musicales más importantes del invierno en España.

Las exposiciones

‘¡Visca el Pop!’ reúne el trabajo de tres jóvenes fotógrafos catalanes: Joana Biarnés, Leopoldo Pomés y Oriol Maspons “que fueron protagonistas del cambio que Barcelona experimentó en esa década, cuando las minifaldas se compraban en Tuset Street, las noches se bebían en Bocaccio y la izquierda era chic y divina. Tres artistas universales que renovaron la manera de utilizar una cámara y reformularon el código fotográfico establecido hasta el momento, mezclando la técnica y las influencias europeas de las vanguardias de principios de siglo con una mirada personal, sincera y fresca que les transformó en autores. Haciendo de lo popular una obra de arte y marcando un modo de entender la estética que hoy en día sigue siendo ejemplo de modernidad. Haciendo pop en mayúsculas”.

Por su parte,  ‘Foto Alfredo, mensaje en una botella’, de Felix Martínez,  “Es una muy interesante muestra de pósteres de grupos de los años 60”. Martínez lleva décadas coleccionando discos, revistas y objetos de papel relacionados con la escena pop española y unos meses cayó en sus manos un interesante lote de pósters editados en los años sesenta en Cataluña “con tipografías imposibles” y con una característica particular. Todos estos carteles aparecía la misma firma: Foto Alfredo. La exposición busca dar reconocimiento a todos aquellos grupos y al autor de los carteles. La intención de esta exposición es descubrir quién era este fotógrafo, “como quien lanza una botella al mar, con la esperanza de que nuestro mensaje llegue hasta alguien que pueda rescatar del olvido los detalles de un secreto que también es folclore para descubrir la historia sumergida y la memoria adormilada de la ciudad de Barcelona”.

La última de este listado, pero no menos importante, es una serie de contactos de fotografías del grupo los ‘Small Faces’, propiedad del DJ Roch Da Mod –que también está en el cartel de las pinchadas de los ‘allnighters’–, que muestran la vida artística de este grupo. Los Small Faces fueron los príncipes de Carnaby Street. A mediados de los años sesenta, ninguna otra banda supo capitalizar como ellos la excitación y efervescencia de una escena musical que ya reinaba en todo el mundo. Entre los tesoros de Roch Vidal, alias Da Mod, “se encuentran estas hojas de contactos de las primeras sesiones de los Small Faces, fotografiados en la mayoría de los casos por George Tremlett en su estudio de Richmond, en la casa de los chicos en Pimlico o por las calles del barrio de Chelsea”.

Completa esta muestra, ideada especialmente para el Purple Weekend, una selección de documentos gráficos provenientes de los fondos que atesora la Fundación Club 45: fotos, discos, partituras y revistas originales cedidas a la institución por Alex Cooper, que es otro apasionado de este grupo inglés.

Alejandro Diez Garín finaliza adelantando que “habrá más actividades” y mostró su convencimiento de que el programa cultural, que considera, “muy importante” para el Purple”, va “a emocionar a mucha gente y despertar mucha expectativa a nivel nacional”.

Más información sobre las exposiciones del Palacín

¡VISCA EL POP!

LEOPOLDO POMÉS – ORIOL MASPONS – JOANA BIARNÉS

A principios de la década de 1960, vientos de cambio agitaban el mundo conocido y todo hacía prever que ya nada sería como antes. La música sonaba vertiginosa y electrizante, las faldas se acortaban varios centímetros por encima de las rodillas y las melenas crecían unos cuantos por debajo de los hombros; se prescindía de reglas en pintura, cine o literatura, se conquistaban derechos y cualquier utopía era deseable e incluso posible. Por primera vez, la juventud se había  empeñado en no dejar de serlo, en exprimirle todo el jugo a la vida en vez de resignarse a convertirse en adultos, esos adultos que todavía no se habían dado cuenta de que el futuro ya estaba aquí. La transformación era global y Barcelona no iba a quedarse atrás. Una nueva generación de músicos, escritores y artistas plásticos convirtió la Ciudad Condal en epicentro del movimiento pop patrio.

¡VISCA EL POP! reúne a tres de esos jóvenes: tres figuras clave de la fotografía española del siglo XX. Tres fotógrafos catalanes que fueron protagonistas del cambio que Barcelona experimentó en esa década, cuando las minifaldas se compraban en Tuset Street, las noches se bebían en Bocaccio y la izquierda era chic y divina. Tres artistas universales que renovaron la manera de utilizar una cámara y reformularon el código fotográfico establecido hasta el momento, mezclando la técnica y las influencias europeas de las vanguardias de principios de siglo con una mirada personal, sincera y fresca que les transformó en autores. Haciendo de lo popular una obra de arte y marcando un modo de entender la estética que hoy en día sigue siendo ejemplo de modernidad. Haciendo pop en mayúsculas.

Leopoldo Pomés (1931-2019)

Apasionado de la imagen y la belleza, Leopoldo Pomés fue el mejor capturando miradas. Artista total, desarrolla su labor en distintas disciplinas: fotografía, cine, dibujo, literatura… Muy influido por las vanguardias y las nuevas corrientes artísticas (colaboró con Dau al Set y también con la asociación AFAL), Pomés crea un lenguaje nuevo en el terreno de la imagen y sobre todo en el de la publicidad, donde destaca muy notablemente. Su trabajo en este campo ha sido tan prolífico como innovador: Meyba, Terry, Freixenet… y un buen número más de firmas, cuyas campañas permanecen en la memoria de todos, llevan su sello.

Su espíritu emprendedor le impulsó a fundar la mítica tortillería Flash Flash, un soplo de aire fresco ubicado junto a Tuset Street, en una de las zonas de influencia de la nueva juventud barcelonesa, heterogéneo colectivo de artistas, canalla y revolucionario, en el que Pomés actuó como cronista gráfico.

En la etapa final de su carrera, su mujer Karin Leiz dijo de él que «era un minero: bajaba a la oscuridad para extraer joyas». Nadie mejor que Karin, modelo favorita, colaboradora incondicional y cómplice imprescindible de Pomés, para describir el espíritu de su obra.

Oriol Maspons (1928-2013)

Aunque se inicia en la fotografía como amateur, pronto se profesionaliza y, a raíz de su estancia en París y de su ingreso en la conocida AFAL, revoluciona la fotografía catalana con un lenguaje transgresor y una  perspectiva propia e independiente, bajo la idea de que la imagen ha de tener un fin no estético sino aplicado, útil.

Maspons formó parte de la Gauche Divine  junto a otros  jóvenes intelectuales y artistas de la época. Modelos, cineastas, escritores y arquitectos. Bohemios y vividores que posaron para su objetivo en escenarios urbanos y en la Costa Brava.

A lo largo de su carrera, se dedicó al reportaje, la moda, la publicidad y el retrato,  trabajando para diversas publicaciones periódicas y editoriales nacionales e internacionales.

En una entrevista para un importante diario, Maspons declaro: “la fotografía es como tocar la guitarra: se toca bien o mal”. Él era un virtuoso.

Joana Biarnés (1935-2018)

La primera fotoperiodista española no lo tuvo fácil por su condición femenina, pero su carácter decidido y su talento terminaron por derribar los obstáculos que encontró a su paso.

Comenzó colaborando como asistente de su padre, fotógrafo deportivo, y poco a poco fue adquiriendo más responsabilidades y mejorando su técnica. Un reportaje suyo de la catastrófica riada del Vallés en 1962 le abre las puertas del mundo profesional e ingresa en la plantilla de Pueblo, diario para el que trabaja durante más de una década. Apasionada de todo lo moderno, no duda en viajar allí donde está la acción, retratando a los Beatles y los Kinks, socializando con Los Bravos o Juan y Junior y visitando boîtes, emisoras y estudios de grabación. Moda, beat y sociedad. Sus reportajes ocuparon las páginas de un buen número de publicaciones gráficas y musicales de la época. Llegó incluso a ser fotógrafa oficial de Raphael, acompañándole en sus giras por todo el mundo.

Joana Biarnés simboliza el cóctel perfecto de aptitud, intuición y técnica en sus dosis adecuadas en un tiempo en el que el fotoperiodismo comenzaba a redefinirse. Por delante de su objetivo pasaron las más significativas personalidades de la crónica social y cultural de los años 60 y 70, y sus instantáneas son una precisa radiografía de los cambios en una España que, según sus propias palabras, “empezaba a respirar y sonreír”.

FOTO ALFREDO – MENSAJE EN UNA BOTELLA

FÉLIX MARTÍNEZ

Félix Martínez lleva décadas coleccionando discos, revistas y objetos de papel relacionados con la escena pop española. Hace unos meses cayó en sus manos un interesante lote de pósters editados en los años sesenta en Cataluña. Junto a bandas más o menos populares como Los Polares o The Vampires, grupos desconocidos posaban arrogantes frente a la cámara. Tipografías imposibles subtitulaban estos retratos en blanco y negro con el nombre de los conjuntos: Los Radar’s, Los Reyes, Los Snob’s… y en todos estos carteles aparecía la misma firma: Foto Alfredo.

¿Quién era Alfredo? Félix recordó haber leído algo en ‘Es la Edad’, el libro de Delfín Fernández, batería de Los Salvajes. Contaba Delfín que Alfredo tenía su estudio fotográfico en Barcelona, en la calle Conde de Asalto, hoy conocida como Nou de la Rambla. Allí retrató al grupo, editó los rostros y los combinó imitando las portadas de los discos de Dave Clark 5 y los Beatles, realizó una impresión a gran tamaño y colocó a Los Salvajes en el escaparate. Debía de ser práctica habitual en él, pues Delfín recuerda carteles de otros grupos locales tras el cristal y cómo aquello llamaba enormemente la atención de los transeúntes. Profundizando en sus pesquisas, Félix descubre que Alfredo trabajó para el pequeño sello barcelonés Victoria, donde tiene acreditadas numerosas portadas así como varias fotografías míticas de Tony Ronald y sus Kroners. Pero… poco más. Ni una pista de su paradero. Ni siquiera su apellido.

La colección era un auténtico catálogo de bandas amateurs de la Ciudad Condal, probablemente todas ellas procedentes de los barrios de El Raval o Poble Sec, vestidas con jerseys pop y pantalones de dos colores o de rayas, confeccionados en la famosa Sastrería Garvi. Los carteles transmitían información codificada acerca de una escena subterránea cuyo sonido sólo podemos imaginar, aunque es muy probable que fuera cercano al de Los Gatos Negros, Los No o los propios Salvajes, grupos destacados del panorama beat catalán con los que estos conjuntos aficionados compartieron coordenadas de espacio y tiempo.

Un nuevo rastreo en la red aportó luz a la trayectoria profesional del fotógrafo. Poco a poco, fueron apareciendo postales de artistas famosos como Sara Montiel o Juanito Valderrama. Pero Alfredo también retrató a los olvidados, a los perdedores. Su trabajo nos ofrece un desfile de personajes singulares pertenecientes al ecosistema bohemio y teatral del Paralelo: magos, vedettes y bailarinas, artistas de circo, boxeadores y cantaores flamencos. La fiel radiografía de una Barcelona hoy perdida en el tiempo.

¿Qué fue de Alfredo? ¿Por qué hacía fotos? ¿Qué le impulsó a acercarse al estridente universo pop de los jóvenes? ¿Alguien recuerda su apellido? Presentamos esta exposición como quien lanza una botella al mar, con la esperanza de que nuestro mensaje llegue hasta alguien que pueda rescatar del olvido los detalles de un secreto que también es folclore. Historia sumergida y memoria adormilada de la ciudad de Barcelona.

SMALL FACES – 3, 2, 1… ¡CONTACTOS!

ROCH DA MOD

En el paraíso analógico de los años sesenta, los fotógrafos colocaban los negativos de una misma sesión de manera ordenada sobre papel y aplicaban luz blanca para después proceder al revelado. Conseguían así una secuencia de miniaturas extremadamente útil para analizar el trabajo hecho y seleccionar los mejores disparos sin necesidad de abusar del negativo original. Una práctica que en el universo digital del Siglo XXI se ha convertido en puro romanticismo y ya sólo desarrollan los más nostálgicos.

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