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Melani Blanco Pontón recupera la memoria de Canseco con el proyecto RALBAR de la ULE

Una estudiante de la Universidad de León logra reforzar la identidad cultural del pueblo a través de entrevistas, un vídeo documental y una exposición permanente de fotografías antiguas.

La estudiante Melani Blanco Pontón, recién graduada en Educación Social por la Universidad de León (ULE), ha dedicado su verano a un proyecto singular que ha devuelto voz y protagonismo a los vecinos de Canseco. Bajo el título “Háblame de Canseco: la vida de un pueblo a través de sus protagonistas”, la iniciativa se enmarca en el programa de becas RALBAR, impulsado por la institución académica en colaboración con la Fundación Banco de Sabadell.

El principal objetivo ha sido recuperar la memoria oral del pueblo, fomentando la conexión entre generaciones. A través de entrevistas a las personas mayores, Blanco Pontón recopiló canciones, anécdotas y costumbres que forman parte de la identidad local. El resultado final se tradujo en un vídeo documental con fragmentos de esas conversaciones y en una exposición permanente de fotografías antiguas, ubicada en el casino de Canseco.

“Ha sido una experiencia profundamente enriquecedora”, asegura la joven, que subraya la importancia de reforzar los lazos comunitarios y de reconocer a quienes guardan en su memoria la historia y las tradiciones.

Una apuesta por la vida cultural en el medio rural

La beca RALBAR permitió hacer realidad un proyecto que, en palabras de Blanco Pontón, “hubiera sido muy difícil de poner en marcha sin este apoyo”. Además de recuperar recuerdos y tradiciones, la iniciativa ha servido para dinamizar la vida cultural del pueblo y reforzar la identidad colectiva.

La participación vecinal fue clave. Los habitantes de Canseco acogieron a la estudiante como una más y colaboraron en todo el proceso, junto con la Asociación Cultural Pico Huevo, cuya implicación resultó determinante.

La experiencia se alinea con la filosofía de las Becas RALBAR, que buscan implicar a jóvenes en proyectos de desarrollo sostenible en entornos rurales, generando un vínculo emocional y profesional con estas comunidades.

En palabras de la propia protagonista, “este proyecto es un agradecimiento a Canseco y a sus gentes, que me han dado su tiempo, su memoria y su cariño”.

Fuente
ULE
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