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Los incendios en la península ibérica se vuelven cada vez más violentos y rápidos

Un reciente estudio de la revista Nature revela que en los últimos 20 años, la velocidad de propagación de los grandes fuegos en España ha aumentado entre un 2 % y un 8 %.

El aumento de las temperaturas y la falta de lluvias, especialmente en el noroeste de la península (Galicia, León y partes de Portugal), crean un ambiente ideal para los incendios. Según el climatólogo Martín Senande, el fuego requiere de dos elementos clave: «mucho combustible en forma de vegetación y condiciones que sean secas y cálidas».

A este escenario se suma la vegetación. Aunque parezca contradictorio, el aumento de la concentración de CO₂ en la atmósfera y las altas temperaturas promueven el crecimiento de plantas. Cuando llegan las sequías y las olas de calor, esta vegetación se convierte en un combustible altamente inflamable, lo que incrementa la tasa de propagación de los incendios en un 20,7 %. Como señala Gonzalo Míguez, líder del estudio, es la combinación de estos factores la que crea «las condiciones ideales para que crezcan los incendios».

Un desafío para la prevención

El abandono del campo y la proliferación de plantaciones de especies no autóctonas, como el eucalipto, complican aún más la situación. Los expertos reconocen que es extremadamente difícil desbrozar la cantidad de terreno necesaria, y que no siempre es la mejor opción desde el punto de vista ecológico.

Ante esta realidad, los investigadores proponen endurecer las políticas de prevención con medidas como:

  • Conservación de especies autóctonas.
  • Desbroce estratégico en zonas cercanas a comunidades humanas.
  • Concienciación de la población agrícola, ya que la mayoría de los incendios son provocados por imprudencias o accidentes. El experto Martín Senande insiste en la importancia de educar a la gente del campo para que no usen el fuego de la misma manera que lo han hecho durante siglos, especialmente en verano.

Un futuro más virulento

Las proyecciones para finales de siglo son preocupantes. Los expertos auguran que el 92 % de los grandes incendios serán más virulentos y veloces, con una velocidad de propagación que aumentará un 12,7 % por el calor y un 9,9 % por el crecimiento de la vegetación. Para Senande, aunque será muy difícil erradicar el fuego del paisaje, se pueden evitar los eventos extremos. La solución a largo plazo es clara: «habría que abandonar los combustibles fósiles a nivel global».

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