El solsticio de verano 2025 está a la vuelta de la esquina, y según los datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), marcará el inicio del verano astronómico en el hemisferio norte el sábado 21 de junio a las 4:42 h (hora peninsular española). Este momento preciso indica cuando el Sol alcanza su máxima declinación norte respecto al ecuador celeste, convirtiéndolo en el día con más horas de luz del año.
La razón de este fenómeno radica en la inclinación del eje terrestre, que se mantiene a 23,5° respecto a su órbita alrededor del Sol. Durante el solsticio de verano, el hemisferio norte se inclina directamente hacia nuestra estrella, permitiendo que los rayos solares incidan con mayor intensidad y durante un período más prolongado. Es en este instante cuando el Sol alcanza su punto más alto al mediodía en el Trópico de Cáncer (latitud 23,5° norte), situándose directamente sobre él, un evento único en el año.
¿Por qué la fecha puede variar?
Aunque el 21 de junio es la fecha más común, el solsticio de verano puede oscilar entre el 20 y el 22 de junio. Esta ligera variación se debe a la diferencia entre el año trópico (el tiempo real que tarda la Tierra en dar una vuelta al Sol) y el año calendario de 365 días. Este desfase es lo que provoca que el solsticio no caiga a la misma hora o día exacto cada año.
Tradiciones y celebraciones ancestrales
Más allá de su definición astronómica, el solsticio de verano ha sido un motivo de festejo en diversas culturas durante milenios. En España, su simbolismo se entrelaza fuertemente con la Noche de San Juan, que se celebra la madrugada del 23 al 24 de junio. Aunque no coincide con la fecha astronómica exacta, ambas festividades comparten el significado de la victoria de la luz sobre la oscuridad.
Las hogueras son el elemento central de San Juan, con la creencia de que el fuego purifica, ahuyenta los malos espíritus y renueva la energía. Saltar las hogueras, quemar deseos escritos en papel o darse un baño en el mar a medianoche son rituales extendidos por toda la geografía española. Desde la Noite de San Xoán en Galicia, con sus conjuros y queimada, hasta la Revetlla de Sant Joan en Cataluña, con petardos y fuegos artificiales, o las espectaculares Hogueras de San Juan en la Comunidad Valenciana, España se ilumina para recibir la estación.
A nivel global, el solsticio también se celebra de maneras diversas: desde las congregaciones en Stonehenge en el Reino Unido, para ver la alineación del Sol con las piedras, hasta el Midsommar en los países nórdicos, con bailes y festejos al aire libre, o el ancestral Inti Raymi inca en Perú y Bolivia, en honor al dios Sol.
Es importante no confundir el solsticio con el equinoccio: mientras el solsticio marca los días más largos (verano) o más cortos (invierno) del año, el equinoccio (primavera y otoño) ocurre cuando la duración del día y la noche es la misma en todo el planeta.
Con la llegada del solsticio, el hemisferio norte se prepara para disfrutar de días más largos, temperaturas más cálidas y la vitalidad que caracteriza al verano.
