Un estudio elaborado por la Fundación Artemisan y la Universidad de León (ULE) defiende que la gestión de depredadores en cotos de caza en España necesita regulaciones específicas y una mayor profesionalización. El trabajo, publicado en la revista internacional de acceso abierto Animals, analiza la normativa autonómica vigente y la aplicación real de los métodos de control en 16 comunidades autónomas, a partir de 373 cuestionarios cumplimentados por gestores de terrenos cinegéticos.
El artículo, titulado “De la eliminación al control selectivo: Perspectivas sobre la gestión de la depredación en los cotos de caza españoles”, cuenta con la participación del profesor E. Jorge Tizado, del Departamento de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la ULE, junto a varios especialistas de la Fundación Artemisan. Sus autores subrayan que el control de depredadores continúa siendo una herramienta clave dentro de la gestión cinegética, pero reclaman un enfoque más técnico, regulado y basado en métodos selectivos.
De las “alimañas” al control selectivo y regulado
Hasta la década de 1970, muchos depredadores eran considerados “alimañas”. Según recuerda el estudio, se impulsaron entonces campañas para eliminar depredadores oportunistas y especialistas mediante venenos y trampas mortíferas no selectivas, en ocasiones incluso financiadas con fondos públicos.
Este modelo comenzó a cambiar con la aprobación de acuerdos internacionales y europeos de conservación de la naturaleza y la fauna silvestre. El punto de inflexión llegó con la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, a partir de la cual se establecieron directrices para el control de depredadores. Entre los aspectos más relevantes, el estudio destaca dos:
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El permiso de uso de métodos de contención que superen los estándares internacionales de trampeo.
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La regulación de la formación necesaria para obtener la cualificación de especialista en control de depredadores.
En la actualidad, la gestión de depredadores en cotos de caza se lleva a cabo, de forma general, mediante métodos selectivos y no masivos, alineados con los compromisos internacionales de conservación.
La caza y las trampas homologadas, herramientas principales
Los resultados del trabajo confirman que la caza sigue siendo el método más extendido para el control de estas especies, autorizado en todas las comunidades autónomas. Sin embargo, en diez de ellas también se permite el empleo de métodos de retención homologados, que incluyen lazos específicos para el zorro y cajas-trampa para córvidos.
El estudio sitúa estas prácticas en el contexto de una actividad cinegética muy implantada. Se estima que en España hay 577 742 cazadores y 32 500 cotos de caza, que abarcan alrededor de 43 millones de hectáreas, equivalentes al 85 % del territorio nacional. De acuerdo con las estadísticas forestales de la temporada 2022-2023, se abatieron 186 283 zorros, 443 714 jabalíes y 275 770 córvidos, cifras que reflejan la magnitud del control de fauna asociado a la caza.
Una comunidad de depredadores diversa y en transformación
El trabajo subraya que la comunidad de depredadores en los cotos españoles es particularmente diversa. Incluye superdepredadores en recuperación, como el águila imperial ibérica (Aquila adalberti) y el lince ibérico (Lynx pardinus), junto con una amplia variedad de rapaces y mamíferos de distinto tamaño (cánidos, félidos, mustélidos, vivérridos y roedores), así como reptiles.
Los autores recuerdan que, además de especies silvestres, en estos ecosistemas actúan especies antropófilas como el zorro o la urraca, así como animales domésticos o callejeros, entre ellos gatos (Felis catus) y perros (Canis familiaris), además de depredadores exóticos. Esta mezcla de especies genera nuevos retos de conservación y gestión, especialmente en aquellos espacios donde conviven fauna protegida y poblaciones de depredadores generalistas.
En este contexto, la gestión de depredadores en cotos de caza se presenta como una herramienta estratégica para equilibrar la conservación de la biodiversidad con el aprovechamiento cinegético, siempre que se desarrolle bajo criterios científicos, técnicas actualizadas y supervisión normativa.
Urgencia en el control selectivo de los gatos asilvestrados
Una de las conclusiones más destacadas del estudio se refiere al papel de los gatos asilvestrados. Los autores recuerdan que estos felinos se han relacionado con la extinción de 63 especies de vertebrados en todo el mundo. En España, en los ecosistemas insulares, han estado implicados en el 14 % de las extinciones de aves, mamíferos y reptiles, así como en el declive del 8 % de las especies catalogadas en peligro crítico.
El informe considera que existe una “necesidad urgente de facilitar el control de los gatos asilvestrados o callejeros mediante métodos selectivos y sin sacrificio”, puesto que no pueden considerarse especies protegidas en los cotos de caza ni en las áreas naturales. En este punto, el trabajo insiste en la importancia de protocolos específicos, formación adecuada y supervisión administrativa, para garantizar que las actuaciones sean eficaces, éticas y compatibles con la conservación.
Propuesta: regulación homogénea y profesionalización del control
Como conclusión general, el estudio propone que todas las comunidades autónomas aprueben regulaciones específicas que impulsen la profesionalización del control de depredadores. Entre las recomendaciones se incluye la extensión del uso de trampas de contención homologadas, no sólo en terrenos cinegéticos, sino también en zonas donde las especies protegidas se vean afectadas por depredadores generalistas.
La gestión de depredadores en cotos de caza, señalan los autores, debería apoyarse en personal cualificado, formación reglada y una evaluación continua de los resultados. Este enfoque permitiría compatibilizar la actividad cinegética con la protección de la biodiversidad, reducir los conflictos derivados de la presencia de fauna oportunista y reforzar el cumplimiento de la legislación nacional e internacional en materia de conservación.