La población activa mayor de 55 años crece un 52% en la última década en Castilla y León y roza

A este respecto, uno de los temas más preocupantes es la falta de relevo generacional ante una población activa entre la que escasean los profesionales jóvenes

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Imagen: S.Arén

Ahora León / Noticias de León / Fundación Adecco

La inclusión de las personas sénior en el mercado laboral se ha convertido en un asunto estratégico para la economía, en un contexto de envejecimiento récord en el que la media de edad de la población es cada vez mayor. En Castilla y León se contabilizan 211 personas mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, una proporción que crece a un ritmo desbocado, como se observa en el siguiente gráfico, a tenor de una esperanza de vida en máximos históricos y una caída de la natalidad que sitúa a España como el segundo país de la UE con menor número de nacimientos.

¿Cómo afecta este envejecimiento a la fuerza laboral? Al igual que en el plano demográfico, las personas con potencial de trabajar también incrementan su media de edad, posicionándose las personas sénior (mayores de 55 años) como una fuerza laboral con un peso creciente, y que será dominante en los próximos años. Los baby-boomers, la generación más numerosa de la historia, ya supera la franja de los 55 años y engrosa la proporción de personas sénior en nuestro país, una realidad que se consolidará en imparable tendencia. Como ya se ha referido, la caída en picado de la natalidad y el aumento de la esperanza de vida ocasionan un envejecimiento de la población en cifras récord, que se traslada a una fuerza laboral que tiene una media de edad cada vez mayor.

A pesar de ello, este sector de la población afronta grandes prejuicios y estereotipos en el mercado laboral que pueden conducirles a la inactividad, al desempleo de larga duración o a jubilaciones forzosas y anticipadas. Todo un contrasentido, teniendo en cuenta que la edad de jubilación tiende al alza, siendo la contribución sénior clave para la competitividad del país.

Hoy se contabilizan 277.000 personas activas mayores de 55 años en Castilla y León, es decir, que tienen trabajo o lo buscan. Suponen el 25% del total de la fuerza laboral de la región (hace 10 años representaban el 11%).

El número de personas mayores de 55 años activas ha experimentado un crecimiento del 52% en la última década (en 2013 se contabilizaban 182.200 en Castilla y León y se ha incrementado un 134% en los últimos veinte años (en 2003 había 118.100 personas mayores de 55 años en activo en la región).

Por comunidades autónomas, Castilla y León es la región (24,9%) con una mayor proporción de personas sénior (mayores de 55 años) entre el total de la población activa, seguida de Asturias (23,7%) y Euskadi (23,1%). En el lado contrario se sitúan Andalucía (19,1%), Baleares (18,8%) y Murcia (18,9%), que tiene los índices más bajos. En cualquier caso, en todas las comunidades autónomas la proporción de fuerza laboral sénior va en aumento ya roza el 20%.

Por provincias, Segovia es la provincia con una mayor proporción de población activa sénior (28,5%), seguida de Zamora (27,5%), Soria (26,6%), Palencia (26,5%), Ávila (25,8%), León (24,9%), Salamanca (24,8%), Valladolid (23,4%) y Burgos (23,1%). Todas ellas se encuentran por encima de la media nacional (20,4%), representada en el gráfico por la línea horizontal.

A este respecto, uno de los temas más preocupantes es la falta de relevo generacional en una España vaciada cuya población activa tiene una media de edad cada vez mayor.  En concreto, el 35,7% del tejido empresarial cree que tendrá problemas para sustituir a los empleados que se jubilen por falta de personal formado en su área de negocio, especialmente en algunos sectores como la construcción, el transporte, la industria o la hostelería, según un informe de Infoempleo y el grupo Adecco.

¿Qué lectura puede extraerse de esta realidad demográfica y laboral? Una conclusión parece clara, y es que vivimos en un invierno demográfico, lo que significa que el número de nacimientos es insuficiente para reemplazar a las personas que fallecen. Esto conduce a una disminución de la población y, por tanto, a una menor fuerza laboral disponible, además de otros efectos como una mayor presión sobre el sistema de la seguridad social.  Los profesionales jóvenes escasean y, al mismo tiempo, sigue imperando la discriminación laboral por edad, con lo que la fuerza laboral se reduce a una franja cada vez más ajustada.

“Ante esta realidad, urge potenciar el talento sénior como motor de competitividad, de modo que se desechen definitivamente los prejuicios negativos que relegan a los mayores de 55 años del mercado laboral. Su contribución y aporte es clave para la competitividad de las empresas y para la sostenibilidad del país, siendo fundamental ofrecer palancas de formación y reciclaje profesional, para que un trabajador que pierda el empleo con 55 años no esté pensando en cómo enganchar con la jubilación, sino en todo el talento que atesora y que aún puede ofrecer al mercado laboral”- destaca Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

En este marco, la Fundación Adecco ha identificado las claves para potenciar el talento sénior en España. Acceder al artículo del blog de la Fundación Adecco: Cómo potenciar el talento sénior https://fundacionadecco.org/azimut/propuestas-para-impulsar-el-talento-senior/