
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha participado hoy en el acto de presentación del Valle del Hidrógeno, ‘CyLH2Valley’, un proyecto estratégico que convierte a Burgos en motor de transformación energética e industrial.
Durante su intervención, Fernández Mañueco ha subrayado la apuesta del Gobierno autonómico por el desarrollo del hidrógeno verde como fuente clave para la transición ecológica, con el objetivo de situar a Castilla y León a la vanguardia nacional y convertirla en un referente en este ámbito.
La Comunidad cuenta actualmente con más de 60 proyectos vinculados al hidrógeno verde, muchos de ellos en fase avanzada. En conjunto, estas iniciativas movilizarán 6.600 millones de euros en inversiones y permitirán la creación de 3.200 empleos. El objetivo es que Castilla y León llegue a cubrir el 25 % de la producción nacional de hidrógeno verde.
Castilla y León parte de una posición sólida gracias a infraestructuras ya operativas como la planta de Redexis en el PEMA de Garray, en Soria, que produce 300 toneladas anuales de hidrógeno verde y evita la emisión de 89 toneladas de dióxido de carbono. También destacan las iniciativas implantadas en León, como las de la Robla, Villadangos del Páramo o Compostilla.
El proyecto presentado hoy ha sido impulsado por un consorcio de entidades públicas y privadas, del que forma parte la Junta de Castilla y León como socio activo, y ha obtenido el respaldo de la Comisión Europea a través del programa Horizon, tras la presentación de una propuesta conjunta elaborada por CARTIF. Gracias a esta labor, se han captado fondos europeos por valor de casi 20 millones de euros, destinados a unas inversiones globales que superarán los 385 millones, tanto de inversión privada como de recursos públicos, y cubrir toda su cadena de valor, desde la producción hasta la compresión, distribución, almacenamiento y consumo final. Se prevé la creación de 2.000 puestos de trabajo directos e indirectos a largo plazo.
La financiación del proyecto se reparte entre recursos públicos y privados de las empresas que participan como socios en el proyecto. Entre ellas, Iberhidrógeno, Elyse-Kronospan, Buramove, Joanca, Ferroli, Tresca, Burgos Eficanza, Hyperbaric, Aciturri, Beroil, Desmasa, Buramove y Youta Power.
El presidente de la Junta ha señalado que el impulso al hidrógeno verde responde a la defensa del Ejecutivo autonómico de un modelo energético descarbonizado como palanca para el crecimiento económico. Además, de esta manera, la Junta refuerza su compromiso con las energías limpias, el futuro industrial y tecnológico de la Comunidad.
El desarrollo del sector del hidrógeno verde tiene un triple valor estratégico. Por un lado, facilita la descarbonización del tejido empresarial e industrial. Por otro, permite ampliar la capacidad de producción de energías renovables y, además, genera nuevas oportunidades en un sector económico emergente para empresas y profesionales de la Comunidad.
El presidente de la Junta ha reclamado también la implicación del Gobierno de España en el impulso de este ecosistema. Por ello, ha solicitado inversiones en redes de infraestructuras gasistas, así como el refuerzo de las capacidades eléctricas en las zonas donde se prevé implantar las nuevas plantas de hidrógeno.
Asimismo, el presidente ha destacado el éxito de la integración del consorcio promotor del Valle del Hidrógeno en la Alianza de Valles del Hidrógeno de España, una iniciativa que permitirá reforzar la cooperación institucional y empresarial en el conjunto del país y consolidar el papel de liderazgo de la Comunidad en la transición energética.
Valle del Hidrógeno
El desarrollo de esta iniciativa, que tendrá una inversión inicial de 385 millones de euros tanto de inversión privada como de recursos públicos, se basa en la puesta en marcha de 9 proyectos piloto que incluyen 4 plantas de producción de hidrógeno, dos de ellas integrando su transformación a amoniaco y metanol, la modificación de quemadores a hidrógeno en instalaciones de consumo de gas natural, una estación de repostaje de hidrógeno, un hidroducto y la adquisición de autobuses, camiones y vehículos ligeros.
Tras el desarrollo de estos proyectos, se pondrá en marcha una segunda etapa con un décimo proyecto para el eje Burgos-Valladolid replicando el desarrollo de los iniciales, estableciéndose así las bases para la completa integración y desarrollo de esta tecnología en la Comunidad
El Consorcio participante en el Proyecto Valle de Hidrógeno ‘CyLH2valley’ está constituido por 35 socios (22 con centros de trabajo y operaciones en Castilla y León) distribuidos entre empresas consultoras y de ingeniería, centros tecnológicos, fundaciones, asociaciones, empresas, organismos públicos y asociaciones.
La financiación del proyecto se reparte entre los recursos públicos y también privados de las empresas que participan como socios en el proyecto.
Liderazgo tecnológico de la Comunidad
El proyecto “CyLH2valley” se centra en Burgos y está liderado por el centro tecnológico CARTIF, la Asociación Castellano y Leonesa del Hidrógeno ‘h2CyL’ y la Universidad de Burgos, que han estructurado el desarrollo del proyecto en 3 fases: la primera de diseño, la segunda de ejecución material y la tercera de operación y explotación.
Para el desarrollo de la totalidad del proyecto es imprescindible la realización de diferentes trabajos de diseño, investigación, implicación de los diferentes empresas e instituciones afectadas, análisis de mercados y modelos de negocio en donde tendrá una participación la Junta de Castilla y León a través del Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN).
Producción y ahorro de emisiones de CO2
El Valle tendrá una capacidad de producción de más de 16.800 toneladas anuales de hidrógeno verde, generado mediante electrólisis y alimentada por fuentes renovables. El hidrógeno producido permitirá la fabricación de productos como metanol y amoniaco verde, se integrará en procesos industriales y alimentará sistemas de movilidad cero emisiones, como autobuses y vehículos logísticos.
Asimismo, se prevé que el proyecto permita reducir hasta 152.000 toneladas de CO₂ al año mediante la sustitución de combustibles fósiles en sectores clave, y convertir Castilla y León en un nodo energético relevante a escala europea debido, entre otras razones, a su gran capacidad instalada de generación eólica de 7.200 MW, una de las mayores de Europa.
El hecho de que en Castilla y León exista un importante desarrollo de este sector es fundamental porque facilitará la descarbonización de las empresas y en especial las industriales, atrayendo otras en busca de oportunidades ambientalmente más sostenibles. Además, posibilitará una mayor producción de energías renovables al favorecer su almacenamiento y gestionabilidad, así como generar nuevas oportunidades en un sector económico de futuro para empresas y profesionales.