
El verano en Castilla y León se vive intensamente, y gran parte de ese disfrute pasa por las piscinas y las zonas de baño naturales. Conscientes de la importancia de garantizar la seguridad y la salud de los ciudadanos, la Junta de Castilla y León, en estrecha colaboración con los ayuntamientos, ha redoblado sus esfuerzos en la vigilancia de la calidad de estas aguas de recreo. Los datos del año 2024, recientemente publicados, ofrecen una detallada radiografía de la situación, destacando el elevado número de inspecciones y la rápida respuesta ante los incumplimientos.
El objetivo de estos controles es claro y fundamental: establecer y supervisar las características higiénico-sanitarias obligatorias que deben cumplir tanto las piscinas de uso público como las zonas de baño naturales. Este sistema de vigilancia, que incluye desde el régimen de autorizaciones hasta las inspecciones sanitarias y un estricto régimen sancionador, busca proteger a los usuarios de posibles riesgos para la salud.
Piscinas: Un control exhaustivo en toda la Comunidad
La Comunidad cuenta, a 31 de diciembre de 2024, con un total de 1.061 piscinas censadas, de las cuales un 72,3% son de titularidad pública, demostrando la fuerte apuesta de los municipios por ofrecer este servicio a sus ciudadanos. León, Valladolid y Salamanca lideran el ranking provincial, albergando casi la mitad de todas las instalaciones, con 194, 168 y 167 piscinas respectivamente.
La vigilancia de estas instalaciones es minuciosa. En 2024, se realizaron miles de controles para asegurar que los parámetros de calidad del agua estuvieran dentro de los límites aceptables. Los técnicos sanitarios de la Junta llevaron a cabo un total de 6.214 controles de cloro, 5.909 de pH y 4.293 de turbidez. Además, en las piscinas cubiertas, se monitorearon la temperatura del aire, la humedad relativa y los niveles de CO2 para asegurar un ambiente seguro y confortable.
A pesar de la exhaustividad de los controles, se registraron algunos incumplimientos. En 2024, las provincias de Salamanca y Valladolid mostraron el mayor porcentaje de fallos por defecto de desinfectante, ambas con un 21,3%. No obstante, la rápida capacidad de reacción de las autoridades y los responsables de las piscinas es un dato positivo: un 39,4% de los incumplimientos por desinfectante se corrigieron de forma inmediata y un 18% se resolvieron en el plazo establecido por la inspección. Este alto porcentaje de subsanación inmediata evidencia una gestión eficiente y responsable por parte de los ayuntamientos y propietarios. Aun así, los incumplimientos más graves derivaron en 18 propuestas de expediente sancionador, de las cuales tres ya han sido finalizadas.
Zonas de baño: Un reto constante para la calidad del agua
En lo que respecta a las zonas de baño naturales, el esfuerzo de control es igualmente significativo. En 2024, se llevaron a cabo 371 inspecciones, con una media de 10,6 tomas de muestras por zona. Las provincias de León y Zamora concentraron la mayor parte de estos controles, sumando entre ambas más de dos tercios del total. Este dato subraya la importancia de los ríos y embalses en el ocio estival de estas dos provincias.
El reto principal en estas zonas es la posible contaminación microbiológica. En 2024, se detectaron 77 situaciones irregulares que requirieron especial atención, lo que derivó en siete incidentes a lo largo de la temporada.
El informe también pone de manifiesto la situación de dos zonas emblemáticas que, por su historial, requieren un seguimiento especial. Al igual que en 2023, las zonas de baño del Río Pisuerga en Valladolid y del Río Cua en Cacabelos (León) mantuvieron durante toda la temporada una «prohibición permanente de baño». Esta medida, establecida por la Dirección General de Salud Pública, se debe a que ambas zonas han recibido una calificación anual de ‘Insuficiente’ durante cinco temporadas consecutivas. A pesar de la prohibición, la Junta de Castilla y León mantiene un calendario de muestreo en estas zonas con el objetivo de evaluar la calidad de las aguas y, si se consiguen resultados favorables de forma sostenida, poder levantar esta restricción en el futuro.
La labor de la Junta de Castilla y León y los ayuntamientos es un pilar fundamental para garantizar que los veraneos en la región sean, además de divertidos, seguros. La transparencia en la publicación de estos datos y la proactividad en la corrección de deficiencias son la mejor garantía para los ciudadanos que buscan en las piscinas y los ríos un lugar para refrescarse y disfrutar sin preocupaciones.