Ahora León / Asobal / Imagen: Gonzalo Romero
El especialista defensivo de REBI Balonmano Cuenca, Juanjo Fernández, está viviendo su mejor momento en un club en el que encaja a la perfección. El ciudadrealeño se siente en casa, en un hábitat perfecto para explotar su juego y con su hermano pequeño Carlos como inmejorable compañero de vestuario. El siguiente reto en el horizonte es el histórico debut del equipo conquense en la Copa Plenitude ASOBAL. Y además en León, una pista que Juanjo Fernández conoce a la perfección y de la que no se pudo despedir.
Debutaste en ASOBAL con Ciudad Real de la mano de Talant Dujshebaev, ¿cómo es ser entrenado por él?
Siento orgullo por haber sido entrenado por dos de los mejores entrenadores del mundo y porque compartía vestuario con estrellas. Raúl era diferente, más táctico, más técnico y Talant era todo corazón y todo querer ganar. Si haces un mix es la combinación perfecta.
Siendo de Ciudad Real, ¿era imposible no soñar con jugar a balonmano en la máxima categoría?
El balonmano en Ciudad Real era el deporte rey, yo desde chiquitillo iba a ver los partidos con mi padre en el Santamaría, siempre tenía mucha expectación antes de los partidos. Siempre pensaba que me gustaría ser jugador de balonmano. En aquella época estaban los mejores jugadores del mundo, Källman, Entrerríos, Hombrados…etc. Cuando pisabas el Quijote Arena veías a Dinart, Abalo, Stefansson… Olafur era mi ídolo. Teníamos un equipazo.
¿Tu salto a Cuenca en 2011 era en busca de minutos y protagonismo?
El último año que estuve con el Ciudad Real fue especial, jugaba los últimos 5-10 minutos cuando el partido ya estaba más o menos hecho. Era joven, necesitaba minutos, jugar y disfrutar del balonmano.
Es tu segunda etapa en Cuenca, ¿qué ha cambiado en el club y en ti respecto a la primera?
A nivel de pensamiento, esas ganas de que Cuenca crezca son más o menos iguales aunque los entrenadores son diferentes. Lidio ha cogido muchas cosas de las que nos transmitía Zupo en ese momento. El alma de Cuenca es esa defensa y la garra, intentar no perder un partido en casa. Es algo que te lo meten en vena.
¿Cuenca es el mejor hábitat para ti?
Creo que estoy en el momento y en el equipo perfecto para poder hacer mi juego y para poder disfrutar. Estoy cómodo en la ciudad. Esas ganas que nos transmite Lidio por ganar, por no dar un partido por perdido, es mi identidad. Lidio me deja hacer, que es lo que me gusta, para poder sacar todo lo que tengo.
¿Es cierto que la llamada de Lidio Jiménez se produjo cuando estabas a punto de firmar por otro equipo?
Fueron unas semanas indecisas, no tenía noticias de Cuenca hasta que, de repente, me llamó Lidio. Tenía pensado ir a otro equipo pero me paró en seco todo. Me paré a valorarlo. En Cuenca estaba mi hermano y también jugadores con los que jugué como Pablo Simonet o Nacho Moya y además en Cuenca podía estar más cerca de casa. Era todo perfecto. Lidio insistió e insistió y la verdad es que no me arrepiento de haber venido a aquí.
¿Por qué vuelves a Cuenca? ¿Es lo más cercano a sentirte en casa sin estar en casa?
Sin duda. Mis padres son de Ciudad Real y juego en el mismo equipo que mi hermano, Cuenca es como estar en casa. No estamos en equipos separados. Mi padre viene a nuestros partidos, es un friki del balonmano, si estuviéramos en la otra punta también iría. Ahora vienen mamá y papá a vernos, es mucho más familiar.
¿Qué se siente al poder compartir vestuario con tu hermano pequeño?
Es especial. Desde pequeños que estábamos tirando tiros en casa, teníamos a mi madre loca y ahora jugamos, disfrutamos juntos. No se puede explicar bien con palabras, lo tienes que vivir. Los dos nos sentimos muy orgullosos.
¿En algún momento te quitas el papel de hermano mayor con él y eres sólo su compañero o es imposible?
Yo me quito el papel de hermano mayor, intento dejarle libre. Él me preguntaba si viviríamos juntos pero yo quería que lo que yo he vivido también lo viva él, tiene que hacer su vida. Yo, dentro de la pista, intentaré ayudarle porque puedo darle consejos que he ido cogiendo con la edad. Intento ayudarle en los pequeños detalles, para que los vea. Tiene que saber que no todos los días te puede salir todo bien, hay días buenos y malos.
¿Qué consejos le das a Carlos que te hubiera gustado escuchar a ti cuando empezabas?
Sobre todo tener paciencia, él tiene ganas y, cuando te haces mayor, con más calma igual no tomas ciertas decisiones. Son etapas que tienes que quemar. No porque falles dos lanzamientos ya has hecho un mal partido, tal vez has dado tres pases de gol y has defendido bien. Tienes que quedarte con el global en lugar de quedarte con los errores. Tal vez has hecho muchas cosas que no se ven tanto pero que están ahí. Él es un chico muy extrovertido, muy feliz, es una persona que necesita disfrutar dentro de la pista.
¿Qué pasa en Cuenca para que jueguen dos parejas de hermanos?
Cuenca es un club muy familiar que arropa mucho a los jugadores. La fuerza del grupo hace que todos nos sintamos cómodos, da igual que vengas de un país u otro, hacemos mucha piña. Cuando tu hermano está jugando fuera le dices que venga a Cuenca a jugar contigo. Lidio sabe que jugar con tu hermano puede ser bueno por el equipo. Hay más pique entre los hermanos Pizarro que entre los hermanos Fernández, pero muchísimo más. Ellos son dos caracteres muy diferentes, también se ve en la pista.
¿Qué se siente al jugar en El Sargal como local?
El Sargal te da ese extra de tranquilidad, de saber que siempre vas a tener a alguien más empujando, tanto para lo bueno como para lo malo. Cuando las cosas no salen, notas ese burbujeo de que están deseando que te exprimas y lo des todo. Tienes esa presión y creo que estamos sabiendo gestionarla bien. Hay comunión entre la afición y el equipo, les transmitimos nuestra garra. La afición de Cuenca es medio equipo.
Ser especialista defensivo, ¿es un trabajo en la sombra y poco valorado?
En Cuenca, por suerte, lo reconocen bastante porque el equipo está basado en defender y darlo todo para tener más posibilidades en ataque. Tienes la tranquilidad de poder fallar 2-3 tiros porque luego en defensa vamos a poder recuperar esos balones. El equipo está construido en base a la defensa y en ataque tenemos jugadores de mucha calidad. En otros equipos tal vez no está tan valorado el puesto de especialista defensivo pero te das cuenta que si no defiendes no ganas un partido.
¿Un jugador decide ser especialista defensivo o un entrenador detecta que es tu punto fuerte y pasas a ocupar esa posición?
Desde la selección española, en categoría juvenil y junior, Alberto Suárez me decía que intentara ganarme el puesto desde la defensa y, a partir de ahí, empezar a jugar. Cuando preguntaban quién se ponía el peto, me lo ponía yo. Se me daba bien. La gente que no defiende es por falta de ganas. La defensa es echarle ganas y dejarlo todo por el compañero de al lado. Un especialista defensivo es alguien con mucho compañerismo.
En un balonmano cada vez más rápido en el que se busca el jugador total, ¿el puesto de especialista defensivo está en vías de extinción?
Sí, al final el balonmano es cada vez más rápido. En Cuenca lo bueno es que puedo subir al contraataque, aunque luego vaya al cambio, tengo más libertad de movimientos y entreno más en ataque. Las lesiones que he tenido también me han ido lastrando un poco. No es que sólo pueda defender, también estoy subiendo al ataque. Si se evitan los cambios ataque defensa también puedes sorprender un poco. Todos los defensores han sido atacantes. Muchas veces es un trabajo en la sombra y también buscas el reconocimiento. Por suerte, aquí cuando haces una defensa buena el pabellón se cae abajo.
¿Qué referentes tienes como especialista defensivo?
Me fijaba mucho en Viran y Dinart. Con ellos estuve 2-3 años entrenando. Cuando Viran se fue yo tenía una foto con él firmada porque para mí era un referente. Ellos dos son los más importantes.
¿Cómo se vive en Cuenca estar a las puertas del debut en la Copa Plenitude ASOBAL?
Se está viviendo con mucha expectación, sobre todo por parte de la Furia Conquense y por la afición. Aunque el rival sea el Barça ya nos han dicho que estarán en León para apoyarnos y nos han dicho que ojalá podamos dar la campanada aunque sepamos que es muy difícil. Es algo histórico. Cuenca, con todos los años que lleva en la máxima categoría, nunca había conseguido estar en la Copa ASOBAL. Tenemos que disfrutarlo. Tal vez otros años no podremos estar ahí porque cada vez es más difícil, hay más igualdad en la Liga. Para nosotros, aunque juguemos contra el Barça, nos llena de orgullo jugar la Copa ASOBAL.
¿Consideras que se pone en valor lo que está haciendo Cuenca?
Yo creo que, gran parte de la afición, sí le da valor. Saben que no es cosa de un día sino que se ha ido trabajando bien, como el año pasado con la clasificación para Europa. Poco a poco el club está haciendo un proyecto que es por lo que vengo y que atrae a más público. La gente empieza a creer ahora porque en la segunda vuelta seguimos terceros. Los aficionados están empezando a creer que no es casualidad. Los que vienen todos los findes al pabellón están encantados.
¿La victoria frente a Anaitasuna y la forma en la que se produjo, en el último suspiro, os da una inyección de moral y energía de cara a la Copa Plenitude ASOBAL?
Sí porque si no estaríamos dos semanas con un sabor amargo por haber perdido. Fue una victoria en el último minuto, después de haber ido perdiendo casi todo el partido, a base de creer, todos conseguimos ese extra de motivación para un minuto pletórico.
¿Qué supone para ti que la Copa Plenitude ASOBAL se juegue en León?
Para mí será especial porque llevo tres años sin ir a León. No me pude despedir de la afición por el COVID. Es una ciudad en la que he pasado cinco años y un equipo al que quiero mucho. Volver a jugar en el Palacio será magnífico. Los dos o tres primeros años que estuve en León fueron especiales, éramos un grupo humano con una edad similar, salíamos muchas veces juntos y eso hizo que quedáramos segundos y jugáramos Champions. Todo eso nos hizo mucho más fuertes y a la afición le transmitíamos que éramos todos una familia. Ojalá vea muchas caras conocidas en el Palacio. Guardo cariño a mucha gente y me gustaría que estuviera en el partido. No sé si luego en Liga van a tener tantas ganas de que lo hagamos bien.
¿Cómo se le puede ganar a este Barça? ¿Tiene algún punto débil?
La verdad es que veo poca brecha porque tanto en Europa como en Liga nadie consigue ganarles. No es que ganen de 1 o de 2 sino que están metiendo auténticas palizas. Nosotros vamos a intentar hacer lo que podamos. En otros años, se ha podido rascar algún punto contra el Barça pero, cuando se trata de competiciones, es cierto que saben a lo que van, no se andan con tonterías y es difícil.
¿Hay una diferencia notable entre el trabajo táctico en Francia y en España?
En España se trabaja, para mi gusto, mucho más tanto a nivel táctico como técnico, hay mucho video en la preparación del partido. En Francia son más cuadriculados. En España lo bueno que tenemos es que la variedad táctica hace que estemos consiguiendo luego medallas en la selección.