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El truco de los envases “formato ahorro”: “Salen más caros y engañan al consumidor”

Un estudio revela como muchos envases ahorro pueden llegar a costar hasta un 18,6% más por kg o litro que las versiones estándar vendidas en los supermercados

Cuando vamos a hacer la compra, es común que nuestra atención sea captada por envases llamativos que prometen un “formato ahorro”, “XXL” o “familiar”. Creemos que compramos algo más con el objetivo de que sea más económico. Sin embargo, un estudio de FITstore revela que esta estrategia, lejos de ser una oportunidad de ahorro, es en muchos casos un engaño diseñado para que gastes más y te salga más caro.

Según revela el estudio de FITstore, algunos productos en formato “ahorro” pueden llegar a costar hasta un 18,6% más por kilo o litro en comparación con sus versiones más pequeñas. Este fenómeno se observa en productos de algunas de las más populares marcas de galletas, batidos o café en grandes supermercados como Eroski, Alcampo o El Corte Inglés, entre otros.

La razón de esta contradicción se atribuye a las estrategias comerciales que juegan con la percepción del consumidor. La etiqueta de «ahorro» o «familiar» nos lleva a asumir automáticamente que estamos obteniendo una mejor oferta, pero rara vez nos detenemos a comprobar el precio real por kilo o litro.

“La mayoría de los compradores no evaluamos precios en términos de €/kg o €/litro. Nos dejamos llevar por mensajes destacados en el envase, que muchas veces rompen con el diseño general para captar nuestra atención, confiando en su veracidad. Sin embargo, esto no solo puede resultar menos económico, sino que también fomenta un consumo innecesario, al comprar más de lo necesario bajo la falsa expectativa de lograr un ahorro real”, explica Luis Cañada, fundador de FITstore, compañía española de fit-food saludable.

Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), algunos productos en formato “ahorro” se comercializan con un precio hasta un 82% más por kilo o litro en comparación con sus homólogos de tamaño “estándar”. Este fenómeno afecta a multitud de sectores que se comercializan en los supermercados y se observa en productos tan populares como lácteos, detergentes y otros artículos de alimentación.

La cuesta de enero y el falso “ahorro”

En plena cuesta de enero, cuando los presupuestos familiares ya están ajustados tras los gastos navideños, este tipo de prácticas comerciales pueden agravar la situación económica de los hogares. Muchos consumidores recurren a estos supuestos formatos de ahorro con la esperanza de reducir sus costes en la compra semanal, pero en realidad terminan gastando más y adquiriendo productos más caros de forma inconsciente.

Los términos como “ahorro”, “XXL” o “familiar” evocan automáticamente la idea de beneficio económico, lo que reduce la tendencia del comprador a cuestionar el verdadero valor de la oferta. Además, estos formatos suelen presentarse en envases atractivos y voluminosos que refuerzan la sensación de obtener “más por menos”, cuando en realidad el cálculo detallado de precios revela, en muchos casos, lo contrario. A esto se suma que, por norma general, los supermercados posicionan estos productos en lugares estratégicos dentro de las tiendas, como al inicio de pasillo o zonas de mayor visibilidad, lo que aumenta su atractivo.

Este modelo de negocio frecuentado tanto por las marcas como para los supermercados prioriza el aumento de ventas sobre la transparencia hacia el cliente. La clave para evitar caer en esta trampa radica en revisar siempre el precio por kilo o litro antes de tomar una decisión de compra, especialmente en esta época del año, cuando cada céntimo cuenta.

“Cuando un mismo producto se presenta en diferentes formatos, lo ideal no es fijarse en el precio total del envase más grande, sino en el precio por kilo o litro, que también está indicado en el lineal. Aunque esta información a menudo pasa desapercibida por su tamaño o ubicación, está en nuestras manos como consumidores aprovecharla», recomienda Cañada. «Ser un comprador informado es la mejor defensa contra los trucos de marketing disfrazados de ‘ofertas'», asegura.

El “formato ahorro” debería ser un aliado para el consumidor, pero muchas marcas y supermercados lo convierten en una estrategia para que los compradores desinformados caigan en la trampa del marketing de los envases y acaben gastando más y ahorrando menos.

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