
Una operación policial digna de la más oscura novela negra ha concluido en Málaga con la detención de dos jóvenes suecos, uno de ellos menor de edad, que habían viajado a España con la intención de cometer un asesinato. La acción, rápida y eficaz, fue posible gracias a una alerta de Europol y la Policía de Suecia, que detectaron a los sospechosos en un vuelo con destino a la Costa del Sol.
Los dos sicarios, que llegaron a Málaga en un vuelo de Ryanair desde Gotemburgo, fueron localizados de inmediato. Apenas 48 horas después de su llegada, los agentes de la Policía Nacional los interceptaron en el paseo marítimo de Málaga, mientras se desplazaban juntos en un patinete eléctrico. Ambos iban vestidos con ropa oscura y llevaban el rostro cubierto con pasamontañas, un indicio claro de sus intenciones criminales.
Una red de sicarios reclutados por redes sociales
La investigación posterior al arresto reveló que los detenidos formaban parte de una organización criminal sueca dedicada al narcotráfico de cocaína y marihuana. Esta red, que ya estaba siendo investigada desde abril por la Policía Nacional, utilizaba plataformas encriptadas y redes sociales para ofrecer dinero a cambio de cometer asesinatos. El grupo se encargaba de toda la logística, proporcionando a los sicarios armas, alojamiento e incluso vehículos como el patinete eléctrico para asegurar el éxito de sus objetivos.
En el registro de la vivienda donde se alojaban en Fuengirola, los agentes encontraron dos armas cortas de fuego con los números de serie borrados, cargadores y munición. El mayor de edad fue enviado a prisión, mientras que la Fiscalía de Menores decretó el ingreso del joven en un centro de régimen cerrado.
Tras el desmantelamiento de este primer eslabón, la Policía continuó tirando del hilo y logró la detención de otras cuatro personas de la misma organización, incluido el presunto líder. En la vivienda de este último, se incautó otra arma de fuego, pasamontañas, guantes, 15 teléfonos móviles, 16 tarjetas SIM, dinero, material informático y numerosas anotaciones manuscritas. Los seis detenidos enfrentan ahora cargos por conspiración para el asesinato, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal. La operación ha puesto de manifiesto la sofisticación de estas redes, que recurren a la tecnología y la externalización de sus crímenes para evadir la justicia.