El eurodiputado del Partido Popular Raúl de la Hoz critica a Sánchez por el fin del coche de combustión y carga contra la posición del presidente del Gobierno ante el giro que se está produciendo en la Unión Europea sobre el futuro del automóvil. Según el dirigente popular, el Ejecutivo español “vuelve a equivocarse” por lo que define como “sectarismo climático”, justo cuando —sostiene— Europa “empieza, por fin, a escuchar a su industria, a sus trabajadores y a millones de familias”.
El pronunciamiento llega tras el debate abierto en Bruselas sobre la hoja de ruta para la automoción y la revisión de las medidas vinculadas al objetivo de 2035, el año previsto para el fin de las ventas de vehículos nuevos con emisiones en la UE. En paralelo, Pedro Sánchez ha calificado de “error histórico” la propuesta comunitaria de flexibilizar el veto total y permitir una producción “limitada” de coches de combustión más allá de ese horizonte.
Un choque político en plena revisión europea del calendario de 2035
En el foco está la propuesta planteada por la Comisión Europea: sustituir el veto total por un esquema que permitiría, bajo condiciones, una presencia residual de vehículos de combustión después de 2035. De acuerdo con la información publicada por Europa Press, el planteamiento habla de una producción limitada vinculada a un umbral de emisiones y mantiene la meta climática de la UE hacia 2050, con exigencias adicionales para los fabricantes.
Sánchez, por su parte, ha defendido que la competitividad europea debe sostenerse “por la sostenibilidad” y no debilitando los compromisos climáticos, y ha insistido en que dar marcha atrás tendría costes estratégicos para Europa.
“Gobernar es proteger”: empleo, pymes y poder adquisitivo
En sus declaraciones, De la Hoz sitúa el debate en el impacto social y económico. Reprocha al presidente del Gobierno que, a su juicio, priorice la batalla política en Bruselas frente a la protección del tejido productivo y del consumidor.
El eurodiputado sostiene que “gobernar es proteger a los trabajadores del automóvil, a las pymes y a las familias” y pone el acento en el coste de acceso a la electrificación. En ese argumento, alerta de que muchas familias no pueden afrontar un coche eléctrico de 40.000 € ni disponen de una red de recarga equivalente en todos los territorios, por lo que pide que el marco regulatorio no se convierta en una imposición “de una sola tecnología”.
En esa línea, también critica lo que define como una agenda “sectaria” y asegura que, con el nuevo enfoque comunitario, “empieza a ganar Europa”, al alinearse —dice— con la “realidad del mercado”, de los consumidores y del empleo industrial.
China, competitividad y neutralidad tecnológica: el argumento central del PP
Otro de los ejes del mensaje de De la Hoz es la competencia internacional. Afirma que la postura de Sánchez deja a España aislada en el debate europeo y advierte de que el “único beneficiado” sería China, en un contexto de presión sobre la industria europea y de disputa por el liderazgo tecnológico en baterías, vehículos y cadena de suministro.
El dirigente popular vincula su crítica a una idea repetida en los últimos meses en el Parlamento Europeo: abandonar el “dogmatismo” y reforzar un enfoque de neutralidad tecnológica, con soluciones que sean “pragmáticas” y socialmente asumibles.
Qué puede pasar ahora
La propuesta europea sobre la flexibilización del marco de 2035 aún debe seguir su tramitación y negociación entre instituciones. Mientras tanto, el choque político en España se intensifica: el Gobierno defiende mantener la ambición climática, y el PP reclama ajustar la transición para proteger competitividad, empleo y libertad de elección del consumidor.
En el trasfondo, el debate sobre el futuro del automóvil combina tres frentes: objetivos climáticos, capacidad industrial europea y accesibilidad real para los hogares, especialmente en zonas sin infraestructura de recarga suficiente.