
A diferencia del asalariado, el autónomo cobra por proyectos y sufre picos y valles. Sin estructura, los meses flojos se cubren con deuda y los fuertes se diluyen en gastos.
Idea fuerza: la clave no es “ganar más”, sino convertir ingresos irregulares en un sueldo estable mediante cuentas separadas y reglas de reparto.
Arquitectura de cuentas: un sistema que se paga solo
Los expertos recomiendan cinco “bolsillos” para dar orden al dinero:
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Cuenta de ingresos: donde entran todas las facturas.
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Impuestos: apartar en el momento del cobro un % fijo (IVA/IRPF según régimen) para evitar sorpresas.
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Gastos del negocio: software, suministros, cuotas, marketing.
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Sueldo del autónomo: traspaso mensual fijo a la cuenta personal (tu “nómina”).
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Reserva de estacionalidad: colchón para 2–3 meses de gastos del negocio.
Beneficio: flujo de caja predecible y cero sobresaltos fiscales.
Regla de reparto orientativa (ajustable)
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Impuestos: 25–40% del ingreso según situación fiscal.
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Gastos del negocio: 20–35% (revisar trimestralmente).
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Sueldo personal: 30–40% (constante, aunque un mes cobres más).
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Reserva/colchón del negocio: 5–15% hasta cubrir 2–3 meses.
Mensaje central: paga primero al fisco y a tu yo del futuro; el resto se adapta.
Precios que protegen tu margen
Muchos autónomos infraestiman precios al olvidar costes indirectos:
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Tiempo no facturable (presupuestos, administración, transporte).
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Herramientas, seguros y amortización de equipos.
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Riesgo de impago y revisiones.
Método práctico: calcular coste hora real = (gastos del negocio + sueldo objetivo + reserva) / horas facturables reales.
Conclusión: un precio sostenible previene jornadas infinitas y burnout.
Calendario financiero: disciplina de 30 minutos
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Cada cobro: mover impuestos, gastos, sueldo y reserva a sus cuentas.
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Cada semana: revisar facturas emitidas, vencimientos e impagos (y reclamar).
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Cada mes: comparar presupuesto vs. real por categorías; ajustar % si hay desvíos.
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Cada trimestre: evaluar subidas de precio, retorno de campañas y gastos prescindibles.
Resultado esperado: decisiones con datos, no por urgencia.
Estacionalidad: cómo pasar del miedo al anticipo
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Mapa de meses fuertes y débiles (histórico de 12–24 meses).
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Productos anticíclicos (servicios de mantenimiento, packs prepagados, formación).
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Ofertas de “precompra” en temporada alta para cobrar antes y asegurar pipeline.
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Gasto variable que respire: publicidad y subcontratas indexadas a ingreso.
Clave: prever la bajada y financiarla con reservas, no con crédito caro.
Impagos y plazos: blindaje operativo
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Contratos y señal: tareas, plazos, hitos y pagos por fases.
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Penalizaciones transparentes por retraso y descuento por pronto pago.
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Herramientas de cobro con recordatorios automáticos y pasarelas seguras.
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Clientes de riesgo: prepago parcial o límites de crédito.
Beneficio: menos morosidad y tesorería estable.
Seguros y riesgos: protección mínima razonable
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Responsabilidad civil profesional si procede.
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Incapacidad temporal/accidentes: cubrir tu “nómina” si no puedes trabajar.
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Copia de seguridad y ciberseguridad para proteger activos digitales e ingresos.
Regla práctica: asegurar lo que no puedes permitirte perder.
Errores frecuentes (y su alternativa)
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Mezclar cuentas personal y negocio → separación total desde hoy.
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Vivir de picos → sueldo fijo y reserva de estacionalidad.
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No subir precios por miedo → revisión semestral con datos de costes y valor entregado.
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No provisionar impuestos → apartado automático al cobrar.
Checklist accionable (15 minutos)
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Abrir cuenta de impuestos y reserva de estacionalidad.
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Definir % de reparto y programar transferencias automáticas tras cada cobro.
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Calcular coste hora real y revisar tarifas.
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Configurar recordatorios de cobro y contratos con hitos.
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Marcar meta de reserva: 2–3 meses de gastos del negocio en 90–180 días.
La fotografía final
Gestionar el dinero siendo autónomo no es improvisar: es diseñar un sistema que asigne cada euro a un propósito, pague impuestos sin sobresaltos y suavice la estacionalidad. Con cuentas separadas, reglas de reparto y precios sostenibles, el profesional independiente gana estabilidad y protege su bienestar.