
La primera votación está programada para la tarde del mismo día, aunque se espera una fumata negra debido a la baja probabilidad de que haya un consenso temprano entre los purpurados.
Tras el fallecimiento de Francisco, las apuestas se posicionaron rápidamente al cardenal filipino Luis Antonio Tagle como el principal aspirante. Se le percibía como un continuador de la línea reformista impulsada por el papa argentino. Sin embargo, las tendencias han cambiado drásticamente en los últimos día
Parolin, principal candidato
A pocas horas del inicio del Cónclave, el actual secretario de Estado del Vaticano, el italiano Pietro Parolin, ha pasado a encabezar las listas de posibles sucesores. Las estimaciones de las casas de apuestas le otorgan un 27% de probabilidades de convertirse en el nuevo papa, superando al 23% que mantiene Tagle.
Por detrás quedan nombres como el del ghanés Peter Turkson y el también italiano Matteo Zuppi, con un 13% cada uno.
Parolin, cardenal arzobispo y miembro destacado del Consejo de Cardenales creado por Francisco para asesorar en la reforma de la Curia Romana, ocupa desde el 31 de agosto de 2013 el cargo equivalente a primer ministro dentro de la Santa Sede. En ese entonces sustituyó a Tarcisio Bertone tras el cónclave que eligió a Jorge Mario Bergoglio como papa.
Su perfil moderado y pragmático lo sitúa en una posición intermedia entre el progresismo de Francisco y el conservadurismo asociado a Benedicto XVI.
Sin embargo, no todo son ventajas para Parolin. Los expertos señalan que históricamente solo 3 secretarios de Estado han alcanzado el papado, lo que podría restarle opciones. Además, si la Iglesia busca un pastor cercano a los fieles, como parecía preferir Francisco, algunos analistas consideran que Parolin podría no ajustarse a este perfil, ya que ejerció como vicepárroco durante apenas 2 años. Más bien, es percibido como un político experimentado.
Candidatos alternativos
Otros candidatos también han comenzado a ganar relevancia. Algunas voces descartan a figuras abiertamente críticas con el legado de Francisco, como el estadounidense Raymond Leo Burke o el guineano Robert Sarah, envuelto en polémica por su supuesta participación en un libro que criticaba las reformas del pontífice argentino.
Por otro lado, la prensa italiana suele inflar las posibilidades de sus compatriotas, aunque en este caso hay un nombre que resuena con fuerza además del de Parolin: Pierbattista Pizzaballa. El patriarca latino de Jerusalén, de 60 años (joven para los estándares papales), es considerado un aspirante serio según los expertos.
Fuera de Europa, las miradas se dirigen hacia Asia y África, donde la Iglesia muestra mayor vitalidad y crecimiento. Entre los asiáticos destaca el antes mencionado Luis Antonio Tagle, presente en todas las quinielas, y descrito como alguien capaz de unificar facciones dentro del Colegio Cardenalicio.
Por su parte, en África, aunque existen líderes influyentes en sus respectivos países, como el congoleño Fridolin Ambongo Besungu, carecen de reconocimiento en Roma, lo que podría dificultar sus aspiraciones.