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En los años 50 parte de la sacristía de la iglesia de Villacelama se derrumbó, bajo los escombros de adobe quedó olvidado el pendón del pueblo. Sólo se pudo salvar una pequeña parte que más tarde, en la década de los 80, se utilizaría por las vecinas del pueblo para confeccionar una gran cortina que decoraría durante décadas la nueva sacristía. A día de hoy nadie parecía saber qué había sido del pendón.
Hace bien poco, la Asociación Cultural Vecera se empeñó en recuperar tan insigne estandarte y, con la ayuda de diferentes expertos, llegaron a la conclusión que esas cortinas que todos los vecinos conocían guardaban parte de la historia de la localidad. Allí estaba la tela adamascada del pendón.
El empeño de los jóvenes del pueblo ha acabado con la confección de un nuevo pendón en el que se utiliza esa tela que formaba parte de las cortinas, y que ha visto la luz hace unas semanas. Por ello, este próximo sábado 18 de mayo, día en que Villacelama conmemora San Isidro Labrador, se bautizará el recuperado pendón ante vecinos y amigos de localidades cercanas que participarán en una pendonada por las calles de la localidad.
El nuevo pendón sí conserva la cruz original, que la seguirá portando, pero no la vara, ya que según los expertos cuenta con unos 200 años y se recomendó construir una réplica a su imagen y semejanza.
Tras la pendonada, se recordará que el pueblo recibió el fuero de manos del rey Alfonso VII el 20 de julio de 1153, acto que, sin duda, presidió este estandarte.
Asimismo, como es habitual en los últimos años, Villacelama conmemora este sábado 18 de mayo la fiesta de San Isidro con verbena nocturna.
