Unión del Pueblo Leonés (UPL) ha destacado a la Semana Internacional de la Trucha como “un símbolo de León”, pero que por el interés de unos pocos van a destruir el patrimonio de muchos. Así se lo ha transmitido este martes la procuradora de la formación leonesista, Alicia Gallego, al consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de que, precisamente, “cuando el río suena agua lleva”.
Y es que la Junta, de forma unilateral y prescindiendo de la voluntad de los pescadores se ha modificado la fecha de celebración de la 56ª Semana Internacional de la Trucha de León y que ha supuesto “el descontento de los pescadores”. Una cita que nació en 1966 y que es uno de los eventos de pesca más antiguos y de mayor trayectoria del mundo y que supone “un balcón abierto a las excelencias” de quienes participan y buscan el disfrute de los ríos y la naturaleza.
Gallego alabó “a los grandes pregoneros y conferenciantes” que ha tenido en toda su andadura de una Semana Internacional de la Trucha que “es más un concurso que una competición” y que, sin lugar a dudas, “no es una feria como pretenden”. “Esta decisión política desvirtuará la esencia de la Semana Internacional de la Trucha y todo porque a políticos de Valladolid parece que no les gusta que León destaque en algo como es en este caso en la cantidad y calidad de nuestros ríos y de truchas autóctonas que tenemos”, sentenció.
En este sentido, la cuestionó a quién pretende satisfacer si a los pescadores o a terceros con intereses económicos en el momento en el que se celebra el Cuarto Centenario del Manuscrito de Astorga: ¿será otra casualidad? Pues fíjese, parece “más bien alevosía” y que se suma a la posibilidad de que aparezcan figuras externas “al estilo de chiringuitos tipo fundaciones o empresas públicas de esas que sus socios de VOX iban a suprimir”.
La procuradora leonesista hizo referencia a las ordenes que aprueban la pesca para el año 2024 y en la que se declaran los cotos de pesca y que hacen dudar la pesca en el río Bernesga en el mes de octubre. Y es que existe “una importante preocupación” por el cumplimiento de las normas por parte de los pescadores y que entienden que sólo se puede pescar en ríos regulados por presas, lo que supone privar a los pescadores del mundo entero de conocer nuestro patrimonio natural más genuino, los ríos naturales de montaña.
