el próximo 3 de diciembre que va a traer de vuelta, entre otras medidas, el uso obligatorio de mascarilla en hospitales en situación de máximo riesgo.
En la rueda de prensa después del Consejo Interterritorial, la ministra ha expresado su confianza en que los consejeros del Partido Popular «no van a anteponer este año, una vez más, sus intereses políticos por encima de la salud de la población» como ya ocurrió la temporada pasada al vetar el plan común que consensuaron los técnicos del Ministerio y las comunidades, ha asegurado.
La Comisión de Salud Pública va a dar el veredicto final en su reunión del próximo 3 de diciembre sobre el protocolo que, en esencia, es el mismo que se creó para la temporada pasada y al que en estos meses se le han metido pequeñas modificaciones a instancias de las comunidades, por ejemplo de metodología, que no van a afectar al sentido de las medidas.
Mantiene así, de esta forma, el endurecimiento gradual del uso de mascarilla en espacios sanitarios y sociosanitarios, que va a pasar de recomendada a obligatoria en los niveles máximos de riesgo, algo que la ministra ha subrayado con ritundidad: «Yo lo siento mucho, pero a partir de ahora el que tenga síntomas de catarro se debería poner, de manera responsable, una mascarilla«.
El protocolo se adaptará a cada comunidad
Aun así, ha querido advertir que el protocolo es flexible, en función de la situación epidemiológica de cada comunidad, de modo que ha remarcado que «el uso de la mascarilla será una recomendación o será una obligación en función del escenario que cada una vaya adquiriendo».
«Si estamos en un escenario de máximo riesgo, en el que la mascarilla, según el protocolo, tiene que ser obligatoria, por ejemplo, para ir a centros de salud, a hospitales o a residencias de mayores o por parte de profesionales sanitarios, entiendo que las comunidades no se van a negar a seguir ese protocolo», ha indicado.
De cualquier manera, además, se trata de un protocolo que ya varias comunidades han procedido a implantar, como ha ocurrido hace poco con Aragón, que ha abierto la puerta a la mascarilla mandatoria en sus centros sanitarios.
