
La devastadora ola de incendios que asola Castilla y León no solo ha dejado una huella de ceniza y desolación en los montes, sino que también ha puesto en jaque la estabilidad laboral de miles de trabajadores en las zonas afectadas. Ante esta situación de emergencia, la Unión General de Trabajadores de Castilla y León (UGT-CyL) ha alzado la voz, exigiendo a la Junta de Castilla y León la constitución urgente de una mesa de trabajo. El objetivo es claro: abordar la situación crítica de los trabajadores de los diferentes sectores que se están viendo afectados, buscando soluciones que garanticen que ningún trabajador quede desprotegido.
La urgencia de esta medida se debe al amplio impacto económico de los incendios, que ha paralizado la actividad en múltiples sectores. Aunque el primer pensamiento se dirige al sector agrario, duramente golpeado por la pérdida de cosechas, pastos y terrenos cultivables, los efectos de la catástrofe se extienden mucho más allá. El secretario general de UGT Castilla y León, Óscar Lobo, ha destacado la necesidad de proteger a todos los trabajadores en las áreas afectadas, sin importar su sector. «Ningún trabajador debe quedar desprotegido en las zonas afectadas, tanto del sector turístico, transporte, ocio y tiempo libre, hostelería, comercio, industria, sector agrario, etc.», ha manifestado Lobo, subrayando la magnitud del problema.
ERTE por fuerza mayor: La clave para proteger el empleo
Una de las propuestas más contundentes de UGT-CyL es la solicitud de que todos los ERTEs que se apliquen a consecuencia de los incendios se consideren de fuerza mayor. Esta medida, crucial en un contexto de emergencia sobrevenida, tiene un propósito fundamental: evitar que los trabajadores consuman su prestación por desempleo. A diferencia de otros tipos de ERTE, los de fuerza mayor permiten que los empleados suspendan temporalmente su relación laboral, conservando el derecho a percibir la prestación sin que esta se compute como tiempo de paro consumido. Esto les asegura una red de seguridad económica durante la crisis, permitiéndoles volver a sus puestos de trabajo una vez que la situación se normalice.
«El sindicato ha hecho hincapié en que van a solicitar que todos los Ertes se consideren de fuerza mayor para que ningún trabajador o trabajadora quede desprotegido con el fin de paliar la situación a la que tienen que hacer frente por una causa sobrevenida e intentar salvar sus puestos de trabajo», han recalcado desde el sindicato. Esta medida no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia inteligente para preservar el tejido productivo de la región. La declaración de zona catastrófica a las áreas afectadas, tanto por parte del gobierno autonómico como del estatal, facilita la implementación de estas ayudas, creando un marco legal y económico favorable para la protección laboral.
Impacto en los sectores económicos: una emergencia a gran escala
Los incendios han golpeado con especial dureza a las comarcas con una fuerte dependencia del turismo estival. Nos encontramos en pleno periodo estival, una época de gran actividad para la hostelería, el turismo rural y el comercio en las zonas de montaña. Las reservas hoteleras, las actividades de ocio y las visitas a parajes naturales se han visto canceladas en masa, dejando a cientos de pequeños negocios y sus empleados en una situación de extrema vulnerabilidad. Restaurantes, casas rurales, guías de turismo, y comercios locales que dependen de los visitantes, han visto cómo su principal fuente de ingresos se ha desvanecido de la noche a la mañana. «La amplia oferta turística en los entornos afectados, actualmente y como consecuencia de la devastadora situación, no están pudiendo ofrecer sus servicios habituales», lamentan desde UGT.
Sin embargo, el daño no se limita al sector servicios. El sindicato ha alertado de que la situación también afecta a talleres, fábricas y empresas de diversa índole que operan en las zonas calcinadas. La interrupción del suministro eléctrico, los cortes en las carreteras y la evacuación de las poblaciones han paralizado la actividad de estas empresas, impidiendo que sus trabajadores puedan desarrollar sus funciones. La declaración de ERTEs por fuerza mayor se presenta como la única vía para evitar despidos masivos y asegurar que, una vez superada la emergencia, estos negocios puedan reanudar su actividad y sus empleados puedan reincorporarse a sus puestos.
En este difícil escenario, UGT Castilla y León ha reforzado su compromiso con la ciudadanía, poniendo a disposición de todas las personas trabajadoras afectadas por los incendios las sedes de UGT en toda Castilla y León. Esta iniciativa busca ofrecer un espacio de apoyo y asesoramiento para que los afectados puedan solicitar ayuda y atender todas sus demandas laborales. El sindicato ha dispuesto sus medios informativos, jurídicos y de gestión para orientar a los trabajadores sobre los pasos a seguir, los trámites necesarios para solicitar las prestaciones y las ayudas disponibles. Este servicio es vital para aquellos que, además de lidiar con la angustia de la emergencia, se enfrentan a la incertidumbre sobre su futuro laboral.
La solidaridad y el compromiso de UGT se manifiestan en la firme declaración de que «nadie debe quedarse atrás en esta crisis». Desde el sindicato, se insiste en que «vamos a poner todos los medios a nuestra disposición para ayudar a conservar los puestos de trabajo tan necesarios en nuestra comunidad». Esta postura no solo refleja un sentido de responsabilidad social, sino que también subraya la importancia de la acción sindical en momentos de crisis. Proteger el empleo no es solo una cuestión económica; es una forma de mantener la cohesión social y de ofrecer esperanza a las familias que han visto sus vidas y sus medios de subsistencia amenazados por la fuerza de la naturaleza.
Un llamamiento a la acción y la colaboración
El llamamiento de UGT a la Junta de Castilla y León es, en esencia, un llamamiento a la acción y la colaboración entre las instituciones, el mundo laboral y la sociedad en general. La constitución de una mesa de trabajo urgente es el primer paso para coordinar esfuerzos y diseñar un plan de respuesta que vaya más allá de la mera extinción del fuego. Se trata de una iniciativa que busca mitigar las consecuencias a largo plazo de los incendios, protegiendo a los trabajadores y asegurando la supervivencia de los negocios en las zonas afectadas. La respuesta a esta catástrofe natural debe ser integral, abordando tanto la emergencia inmediata como la reconstrucción económica y social posterior.
En definitiva, la UGT-CyL se erige como un actor fundamental en esta crisis, demostrando que su labor va mucho más allá de la defensa de los derechos laborales en el día a día. Su compromiso con la protección de los trabajadores en un momento de emergencia como el actual es un claro ejemplo de la relevancia del sindicalismo en la sociedad. Al exigir que se consideren los ERTEs de fuerza mayor y al poner sus recursos al servicio de los afectados, el sindicato no solo lucha por el empleo, sino también por la dignidad y el futuro de miles de familias en Castilla y León. La batalla contra el fuego puede estar cerca de su fin, pero la lucha por la recuperación económica apenas comienza, y en esa batalla, la protección laboral será la clave para la resiliencia de la región.