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A todos los “pelones” del mundo en el Dia Mundial del Cáncer Infantil

 

Hay un grupo de pelones en el mundo entero a los que la vida ha obligado a ser fuertes, a madurar abruptamente y a hacer frente a una enfermedad realmente cruel. Que está ahí, que todos sabemos que existe, pero que no vemos hasta qué te sacude en la cara sin piedad.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que ha cambiado lo bonito de la niñez por ingresos ilimitados en hospitales donde sin más remedio acuden con la esperanza de sanar y mejorar.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que aguanta sin parar las mil batallas que les ha tocado luchar, pinchazos, cirugías, medicaciones, efectos adversos y mucho más. Todo lo hacen sin chistar, valientes acuden al ruedo porque no hay más opciones donde mirar.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que ha perdido sus mejores tesoros, que van desde el pelo hasta partes de su cuerpo que nunca recuperarán, han perdido incluso la alegría, pero siguen en el ruedo porque aún la esperanza no se va.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que sufre dolor físico, que cambia risa por llanto, que no entiende de porqués ni para qué, pero que terminan sosteniendo a sus familias convirtiéndose injustamente en los mejores maestros que la vida en sus misterios te da.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que ayudan a la ciencia, que son los “conejillos” en los que se prueban medicamentos y terapias que pueden funcionar o no, pero que aún así se animan a probar. Porque si funciona no solo ganan ellos, sino también los demás.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero, que deja atrás su ciudad, su país, a su familia a sus amigos. Les toca migrar para intentar sanar, atrás dejan sus sueños, los cambian otra vez por la esperanza que se aferra a continuar.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que a veces se cansa, que no quiere seguir, que desea con todas sus fuerzas ser un niño como los demás, pero no pueden ser como los demás, a ellos la vida les ha dado fuerte, su “misión” no es como la de los demás.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que ahora son estrellas que ganaron la gloria en lugar de la batalla, que ahora faltan y duelen. Ojalá el cielo les compense lo que la tierra no.

Hay un grupo de pelones en el mundo entero que ha sanado, que arrastran secuelas, que siguen en la lucha, que son la esperanza de que si es posible para ellos para los demás también.

Soy Denisse Guerrero, mamá y cuidadora oncológica de Aitana, diagnosticada con Sarcoma de Ewing a los 4 años. Escribo estas líneas por ella y por todos lo niños del mundo, porque como leí un día, “Cuando uno es madre todos los hijos del mundo son tuyos”

A Aitana y a mis otros hijos del mundo, mis mejores deseos.

A la comunidad científica, Gracias, no desmayen en sus esfuerzos e investigación. Al personal de salud, Gracias.

A las diferentes ONGs, Gracias.

A la comunidad en general, Gracias por donar.

A los gobiernos, los niños son el presente y el futuro, mayor presupuesto a la investigación.

Por: Karen Denisse Guerrero.  Mama y cuidadora oncología de Aitana

 

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