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El consejero Suárez-Quiñones ha tenido un emotivo recuerdo para las dos personas fallecidas en el reciente incendio de Losacio, en la provincia de Zamora, y para los heridos que se mantienen hospitalizados, a los que desea su recuperación.
Asimismo, se ha referido a las excepcionales condiciones meteorológicas de olas de calor soportadas en la Comunidad desde mediados de junio, motivadas por el desplazamiento de la masa de aire continental sahariana a nuestra península y su interacción con la DANA atlántica que ha motivado episodios de inusitada inestabilidad atmosférica con vientos muy intensos, erráticos y cambiantes y condiciones de temperatura y humedad excepcionales, que superaron todas las previsiones y que ocasionaron un comportamiento extremadamente virulento de los incendios, situándolos fuera de la capacidad de extinción en muchas ocasiones.
Estos episodios excepcionales han provocado miles de incendios en todo el Mediterráneo occidental y, en la Comunidad autónoma de Castilla y León, incendios de unas condiciones desconocidas en nuestro territorio, por la variabilidad de los vientos, las altas temperaturas, la sequedad de los combustibles forestales y la dificultad de extinción que traían aparejadas.
Respuesta inmediata y contundente en unas condiciones meteorológicas muy adversas
El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio ha expuesto que la respuesta de la Junta de Castilla y León fue inmediata y contundente desde el primer momento, al amparo de la declaración de la Época de Peligro Medio de Incendios Forestales a partir del 3 de junio.
Los incendios que se desataron en la Sierra de la Culebra se produjeron en un marco de condiciones meteorológicas muy adversas, con tormentas eléctricas sin precipitación, a las que se unieron las propias características del terreno en el que la baja humedad del combustible fino muerto, facilitó la consolidación de los diversos focos iniciales y el estrés hídrico provocado por la sequía acumulada en el año hidrológico en el combustible vivo, hace que el matorral y el arbolado ardan con grandes intensidades de llama. A partir de las 19:48 del día 15 de junio y durante las primeras horas de la noche se identifican al menos 14 incendios provocados por rayos en la provincia de Zamora, de ellos 11 en la Sierra de la Culebra. A las 19:48 el puesto de vigilancia de Carmona detecta el incendio en el paraje de la Pedrizona, término municipal de Ferreras de Abajo, y de inmediato se aplican desde el CPM de Zamora los protocolos de despacho inicial contundente indicados para situaciones meteorológicas de este tipo (helicóptero, cuadrilla helitransportada, autobomba, cuadrilla y Agente Medioambiental), y el primer medio se posiciona en el lugar del incendio a las 20:04, 16 minutos después.
De los 11 incendios provocados por rayos en la Sierra de la Culebra, 4 incendios acabaron uniéndose y formaron el gran incendio de Sarracín-Riofrío de Aliste, que ha acumulado la mayor superficie quemada. El resto de incendios (7) declarados fueron controlados por el operativo de extinción durante la noche del 15 de junio y a lo largo del día 16. En la primera noche intervino en dicho gran incendio un total de 309 personas, de los cuales 243 correspondían a la Junta de Castilla y León. En menos de 4 horas, y antes de caer la noche, se habían movilizado 5 helicópteros, 8 autobombas y 4 tractores de cadenas. No obstante, las condiciones meteorológicas, incluso durante las noches, provocaron longitudes de llama y velocidades de propagación extremas, que mantuvieron ese y otros incendios fuera de las condiciones que permiten su extinción. El frente de llama principal de la Sierra de La Culebra llegó a dar saltos superiores a 500 metros, como en el embalse de Nuestra Señora del Agavanzal, lo que generó situaciones de altísimo riesgo para los miembros del Operativo.
Gracias a la extraordinaria respuesta y colaboración de numerosas comunidades autónomas en estas emergencias (Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla la Mancha, Extremadura, Galicia y Madrid), en el incendio de la Sierra de La Culebra llegaron a participar 19 helicópteros, además de 3 aviones FOCA, 44 motobombas y 14 tractores de cadenas, en un operativo integrado por 1780 personas, de las que 1343 eran del operativo INFOCAL de la Junta de Castilla y León. Los problemas para la extinción no se debieron a la falta de medios ni a los retrasos en contratación de otros medios o en la declaración de situaciones de riesgo, sino a las excepcionales condiciones meteorológicas, al complicado relieve y al paisaje que en las siete últimas décadas se ha generado en la península Ibérica.
Además, el incendio amenazó a numerosas poblaciones y a infraestructuras básicas de comunicaciones del Estado, lo que obligó a la evacuación preventiva de 24 núcleos de población, al corte de 9 carreteras y 2 líneas de tren, entre ellas el AVE y la autovía a Galicia; pues la primera prioridad del Operativo de la Junta de Castilla y León, como del resto de las administraciones es la protección y seguridad de las personas y las infraestructuras y sólo en segundo lugar se atiende a la protección del patrimonio natural.
La superficie total quemada en junio en los incendios de la Sierra de la Culebra ascendió a 24.737 ha en el mayor de ellos (Sarracín de Aliste), de las cuales 15.221 ha corresponden a superficie forestal arbolada de distinta naturaleza, a las que se suman 9.013 ha de superficie de pastos, matorral y arbolado disperso, así como 503 ha no forestales; y a 489,93 ha en el menor de ellos (La Pedrizona en Ferreras de Abajo), de las que 400,04 ha son monte arbolado.
Incendios catastróficos en Castilla y León y en España
Lamentablemente, en los incendios catastróficos de estos últimos meses en Castilla y León han ardido cerca de 70.000 ha. Esta triste realidad no es en absoluto exclusiva de Castilla y León: 2022 podemos decir que es ya, con menos de siete meses transcurridos, el año más devastador por superficie quemada en España en las dos últimas décadas. Así lo indican los últimos datos del Sistema de Información de Incendios Forestales Europeos (EFFIS), según los cuales desde enero, en nuestro país, se han quemado 200.371 ha, es decir, en los últimos seis meses el fuego ha arrasado en nuestro país tanta superficie como en todo el año 2012, que hasta ahora era el peor año de la serie, lo que hace que sea la mayor cifra registrada en un año desde el inicio de la serie histórica. El 0,4% de la superficie de nuestro país ha sido calcinada por las llamas en lo que llevamos de año, desde el 1 de enero de 2022. Lo que sí han tenido de diferencial los incendios sufridos en Castilla y León ha sido hasta ahora su virulencia: el incendio de Tenerife, por ejemplo, que todavía está activo, ha quemado en cuatro días algo menos de 2.500 hectáreas, mientras que el incendio de ayer en Burgos quemó una superficie cercana a las 3.000 hectáreas en media tarde y una sola noche, lo que da idea de la diferencia de condiciones.
Tras agradecer la extraordinaria colaboración recibida de otras comunidades autónomas, de la Administración General del Estado, de numerosas administraciones locales y de diversas entidades, instituciones y voluntarios, Juan Carlos Suárez-Quiñones ha valorado el responsable comportamiento y respuesta de la población civil y de la mayor parte de la ciudadanía que entiende las excepcionales circunstancias que estamos atravesando.
Lamentablemente estas situaciones van previsiblemente a repetirse, por lo que debemos prepararnos para ello y adoptar una nueva estrategia de coexistencia con incendios forestales catastróficos, que estamos viendo proliferar en todos los rincones de la Tierra, incluso en países donde antes no estaban expuestos.
El consejero se ha comprometido, en nombre de toda la Junta, a compensar a los afectados por los daños de estos incendios, a adoptar las medidas para la restauración de los terrenos quemados. Además, ha detallado el Plan de Recuperación Ambiental y Socioeconómica de los municipios afectados por el incendio de la Sierra de la Culebra, que la Junta de Castilla y León aprobó el pasado 23 de junio y fue dotado con al menos 35 millones de euros, y cuyas medidas están siendo ya dialogadas con la Diputación Provincial de Zamora, con los ayuntamientos afectados, así como con la representación de los sectores a los que se refieren. El pasado día 21 de julio la Junta de Castilla y León ha acordado ampliar ese plan a la zona afectada por el más reciente incendio de Losacio, aún activo, e igualmente provocado por una tormenta seca.
Bases de actuaciones de futuro
Suárez-Quiñones ha destacado también en su intervención la magnitud del problema ambiental, económico y por supuesto social que suponen estos grandes incendios, que se están originando en zonas rurales, donde el despoblamiento y el abandono agrario es patente y donde los grandes incendios no hacen sino agravar el problema demográfico. Es un problema global, que no depende de la opción política que gobierne en el momento de una catástrofe, ni siquiera del país en el que se produce, y que requiere de soluciones conjuntas a largo plazo, consensuadas y viables.
Por ello ha plasmado las líneas fundamentales en las que se basan las actuaciones de futuro que ha esbozado, y que se basan en:
– Transformación del Operativo de lucha contra incendios forestales, a través de diversas líneas orientadas a su mayor dotación de medios, mejor equipamiento logístico y de infraestructuras, mejores condiciones de su personal (estabilidad, formación, especialización y profesionalización), modernización, digitalización y apoyo experto.
– Fomento de la cooperación y colaboración entre Administraciones.
– Consolidación de nuestro modelo de gestión forestal que permita tener paisajes forestales más resilientes.
– Consolidación de un modelo de gestión de la ganadería extensiva que permita mantener los terrenos agroforestales con menores densidades de combustible que en la actualidad.
– Puesta en marcha, con el apoyo público necesario, los planes de defensa de los municipios, especialmente los de zonas forestales de alto riesgo de incendios, así como de un plan de mantenimiento de franjas de seguridad en infraestructuras básicas (carreteras, vías férreas, redes de energía, etc.)
– Concienciación ciudadana para reducir los incendios debidos a causas humanas y para mejorar la comprensión social hacia el fenómeno de los incendios y la acción de los operativos.
– La configuración del territorio y sus usos como factor esencial.
En el marco del Diálogo Social
Por otra parte, el consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Urbanismo, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha expuesto el acuerdo al que se llegó la semana pasada en el marco del Diálogo Social con los agentes sociales, para llevar a cabo una transformación total del Operativo contra incendios de Castilla y León, sobre la base de tres grandes ejes que son la estabilización, la formación y el reconocimiento y dignificación de su función, con el objetivo de una mayor profesionalización y especialización. Este mismo jueves tendrá lugar la primera reunión técnica que fijará los primeros avances en los acuerdos.