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La Vuelta Ciclista a León sigue dando forma a una de sus ediciones más intensas. A falta del final de la ronda, que se presentan como los más exigentes, hay siete ciclistas en un pañuelo con el sudafricano Jakobus vestido de amarillo y con el berciano Roberto Méndez entre ellos, y las tres jornadas que ya se han disputado no han tenido ni un instante de tregua.
La tercera etapa, que se disputaba entre Hospital de Órbigo y Santa Colomba de Somoza, apuntaba a ser tranquila. Situada entre la exigente segunda jornada y con dos etapas que faltaban muy duras, parecía que si no había vieñnto sería un día para ahorrar fuerzas, pero estos ciclistas menores de 25 años no saben de economía de esfuerzos. No apareció el viento en ningún momento de la etapa, pero la jornada fue frenética, completada a más de 43 km/h de velocidad media y con una fuga que se formó antes del km 15 que fue de la que salió el nombre del ganador de la jornada, el ciclista del equipo francés Blagnac, Stefan Bennett, que se impuso por delante de su compañero Roman Kohl, dejando como héroe sin premio del día a Mikel Ezkieta, que fue quien dinamitó la carrera pero no pudo evitar que sus compañeros de fuga se aprovecharan de la generosidad de su esfuerzo.
Ellos fueron los tres que acabaron aventajando en 13 segundos a un pelotón que dejó ir de salida una fuga de 20 ciclistas que se fue seleccionando después del paso por Destriana y que quedó con ocho corredores en punta de carrera al paso por Lucillo, que fue cuando se puso las pilas el pelotón, que había mantenido un paso sostenido con el equipo del líder, el Rías Baixas, y los leoneses del Diputación de León-Arte en Transfer al frente, dejando que la fuga superara los cuatro minutos.
Las distancias fueron disminuyendo a pasos agigantados, casi a ritmo de diez segundos por kilómetros con el Froiz trabajando para el portugués Coutinho, el más rápido de este pelotón. Cazaron a todos salvo al trío de cabeza que al paso por el Ganso, a 10 km de la meta de Santa Colomba de Somoza, se fue en cabeza aguantando su ventaja para jugarse el triunfo en la meta en la que los dos franceses dejaron con las lágrimas de rabia a Ezkieta y con el pelotón de los favoritos dejando la sentencia de la carrera para las dos jornadas finales, especialmente para la que en la cuarta etapa saldrá de Vega de Espinareda camino del alto de Ancares en el que el más fuerte podré dejar la ronda leonesa casi sentenciada.