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España necesita con urgencia un líder para Presidente.
Un líder presidente es aquel que es capaz de tocar, suscitar, despertar en el pueblo español lo humanos que somos; un líder capaz de inspirarnos y llamar en nosotros para ir más allá de lo que pensamos que somos capaces de lograr. Un líder presidente que piense en grande, especialmente en estos tiempos en los que hemos dejado de ver, creer y ser los españoles que la historia siempre parió en estas tierras.
Necesitamos un presidente que impulse, que dé confianza, que SEA aquello que necesitamos ver y creer; porque no olvidamos nuestro imperfecto ser humano, y, no obstante, ser español es ser el que crea, el que considera, el que perdona, el que muestra compasión y comprensión, el que detenta valores, el que clama por democracia y libertad.
No necesitamos un presidente que cambia por cambiar, no el que ofrece por ofrecer, no el que miente para engañar, no el antagónico a valores y libertad, no el que está situado en la posverdad. Alguien que antes de liderarnos a todos esté dispuesto a liderarse a sí mismo, como muy bien expresó Stedman Graham.
Alguien que juegue limpio, sin mentiras ni contradicciones, que no se esconda y que sepa sugerir valor, provocar confianza, concitar apoyos, entender problemas, levantar ilusiones porque el pueblo es responsable, es hábil para responder cuando interpreta que su líder es -al menos – alguien que lo demuestra.
Necesitamos, y con derecho exigimos realidades, pisar tierra aquí y ahora, saber-querer-poder dirigir, liderar, promover y realizar.
No nos vale el futuro (hoy es presente); no nos sirven progresos difusos, volátiles, soñados; el país España está en la encrucijada; no nos merecemos los políticos que no lideran sino su propio ego.
Queremos incorrección política, queremos la España que piensa, no queremos importación de falacias ideológicas, queremos sentido común y no políticas caducas de mitad del siglo XX; queremos honradez, justicia y verdad. Necesitamos absolutamente dignidad y libertad.
España es España y no puede ser “reinos de taifas”. Todo político que no une, separa, divide, enfrenta, excluye, disemina y arruina. ¿No es eso lo que hoy contemplamos?
Pedimos, con pleno derecho, la retirada total de todo político que ha estado en esas lides. Debe dejar paso a otro, un líder como aquí mostramos.
El que es incapaz, inhábil, disfuncional, desleal, divisor, rechazado o rechazador, no dialogante, ocultador y huidizo, no tiene cualidad alguna como líder; si tiene la más mínima dignidad u hombría debe dejar paso a otro mejor dotado. Nadie es imprescindible, España debe prescindir de tales capitostes para asuntos importantes de estado.
Se hace política, no hay políticos. No hace política quien insulta, aísla, ignora y descalifica a otro colega, partido, adversario y diferente. Todo ello demuestra falta de razón y de argumentos por lo que recurre a la inculta vía de la violencia verbal cuyo contenido es siempre el mismo: dado que no piensas como yo eres facha, fascista, ultra, racista, retrógrado, franquista, homófobo y otras lindezas. Ahí ya has llegado al máximo grado de incompetencia.
No hay alternativa para la incompetencia, solo la puerta de salida; dejar paso, hacerse a un lado, renunciar y admitir que eres humano y no omnipotente ni omnisciente ni, mucho menos, imprescindible.
España necesita con máxima urgencia un líder que lo sea, con la cualidad de inspirar a los españoles, alguien con la fortaleza para tomar una posición como país y que sepa mover al país a esa posición. No es fácil, pero precisamente porque es difícil merece la pena y requiere energía, valores y principios para salir del lado oscuro y dirigirse al más noble de la naturaleza humana y española.
Llevamos muchos años viviendo las consecuencias de los peores líderes que nos han rebajado a los peores instintos ciudadanos; muchos años almacenando odio entre españoles, odio a España por el odio entre políticos, con un Parlamento fiel espejo de ese devastador cultivo contagiado a tanto débil ciudadano.
Buscamos nuestro mejor ser españoles, y nada de lo que se ve nos lo ofrece. Tenemos un propuesto presidente que inspira…inmenso rechazo en la mayoría, en otros compasión, desconfianza en los mejores y, en casi todos, aversión.
Votar PSOE para muchos equivale a votar Partido, no votar al candidato. Las palabras importan, la palabrería sobra. Las obras cuentan, las fotos sobran. Cuando mandan colectivos subvencionados, el país se resquebraja, votos comprados son dinamita institucional.
Falta liderazgo y sobran políticos mediocres, oportunistas, partidistas, buscones del aplauso, la foto, el chiringuito y lo políticamente correcto. Todo ello es populista, humo, corrupción, anti-patria, enfrentamiento, decadencia y perversión. Necesitamos un presidente que sirva a España, que no SE sirva.
Drociano