La Fundación Centro de Computación de Castilla y León (SCAYLE) ha reafirmado hoy su posición como el corazón tecnológico de la Comunidad. En una reunión de su patronato celebrada en León y presidida por el consejero de Movilidad y Transformación Digital, José Luis Sanz Merino, se ha hecho balance de una legislatura marcada por una inversión superior a los 20 millones de euros, destinada a situar a León en la vanguardia de la supercomputación, la biocomputación y la tecnología cuántica.
Sanz Merino ha calificado a SCAYLE como una «infraestructura madura y solvente», subrayando que el centro no solo es un referente regional, sino un nodo esencial alineado con las prioridades estratégicas de conocimiento e innovación de Castilla y León.
Caléndula y RedCAYLE: El motor de la ciencia
El grueso de la inversión se ha materializado en el fortalecimiento del supercomputador Caléndula. Gracias a su reciente ampliación, el sistema ha multiplicado exponencialmente su capacidad de cálculo y almacenamiento, una herramienta crítica para la comunidad científica e investigadora.
Paralelamente, el desarrollo de RedCAYLE ha permitido optimizar la interconexión de recursos, garantizando que universidades, centros de investigación y empresas tengan un acceso compartido y ágil a servicios avanzados de datos. A estos logros se suman proyectos punteros como BioSCAYLE, especializado en biocomputación, y el posicionamiento del centro en el incipiente campo de las tecnologías cuánticas.
La nueva sede: Un hito de eficiencia para 2026
Uno de los puntos más destacados del informe de gestión ha sido el estado de la nueva sede de SCAYLE en León. Con una inversión de la Junta de Castilla y León que supera los tres millones de euros, las obras se encuentran ya en su fase final.
Esta nueva infraestructura no será solo un contenedor de hardware; ha sido diseñada bajo estrictos criterios de sostenibilidad y eficiencia energética. El traslado y migración de los equipos, incluido el supercomputador Caléndula, se llevará a cabo de forma escalonada durante el año 2026. El objetivo es garantizar una «continuidad operativa total», permitiendo que los servicios críticos que presta el centro a las administraciones públicas y al sector privado no sufran interrupciones.
Gestión pública y formación
El patronato también ha aprobado la Memoria de Actividades de 2025, un documento que refleja un crecimiento equilibrado en todas las áreas, desde la técnica hasta la formación y recursos humanos.
La reunión de hoy deja claro que SCAYLE ha dejado de ser un proyecto de futuro para ser una realidad presente. Con una planificación a largo plazo y una gestión orientada a resultados, la Junta de Castilla y León reafirma su compromiso con este centro como piedra angular para la competitividad y la innovación en el noroeste peninsular.