La tarde del viernes 19 de septiembre se inauguró en la Sala de Exposiciones “Óscar García Prieto” una propuesta tan cotidiana como fascinante: “Sobres de azucarillos”, la colección personal de Daniel Pérez Rubio, leonés natural de Quintana de Marco que ha dedicado casi 55 años a rescatar y clasificar sobres vacíos de azúcar recogidos en cafeterías y bares. La muestra, que roza las 4.200 piezas distribuidas en 244 láminas de entre 8 y 10 unidades, se convierte en una crónica sentimental del bar de toda la vida.
Durante el confinamiento, Pérez Rubio transformó el simple almacenaje en coleccionismo metódico. “Había días que hasta me levantaba con ilusión”, recuerda sobre aquellos meses en los que encontró, en plena pandemia, una forma positiva de ocupar el tiempo. A partir de entonces, la colección tomó cuerpo y orden: primero una clasificación geográfica —de lo global a lo local— y después una selección por temáticas como selecciones de mundiales de fútbol, zodiaco o señales de tráfico.
La afición atrajo a amistades y conocidos. Entre ellos, destaca la complicidad de Jorge, un amigo portugués que cada Navidad enviaba por correo paquetes repletos de sobres. Con esos apoyos, y gracias a intercambios con colaboradores de distintos puntos de España, el conjunto ha crecido y se ha enriquecido con piezas procedentes de establecimientos hosteleros de León, muchos ya desaparecidos. La rutina del coleccionista empieza cuando otros apuran el café: el sobre se guarda en el bolsillo y pasa a formar parte de un archivo dulce y heterogéneo.
La exposición presenta cuadros y láminas que permiten al visitante trazar un mapa emocional del consumo cotidiano, de las modas gráficas y de la publicidad popular. El resultado es una memoria visual que convierte un objeto efímero en patrimonio cotidiano, accesible y sorprendente por su variedad y pulcritud.
Fechas, horarios y lugar
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Del 19 de septiembre al 5 de octubre de 2025
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Viernes y sábados, de 19:00 a 21:00
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Domingos, de 12:00 a 14:00
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Sala de Exposiciones “Óscar García Prieto”, Santa María del Páramo
Quien se acerque estos días a la sala descubrirá cómo medio siglo de cafés puede contarse con miles de pequeñas etiquetas, cada una con su historia. Una muestra única que reivindica el valor de lo minúsculo, lo popular y lo local a través de un gesto tan simple como guardar un sobre de azúcar.
