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Receta de buñuelos de Todos los Santos: tradición que perdura en los hogares españoles

En la festividad de Todos los Santos, los buñuelos vuelven a ocupar las mesas familiares: una receta sencilla, económica y crujiente por fuera y esponjosa por dentro, con propuestas de relleno y trucos para que salgan perfectos.

Cada 1 de noviembre, la festividad de Todos los Santos convoca sabores de siempre. Entre ellos destacan los buñuelos, un dulce ligero que forma parte del recetario popular desde hace siglos y que hoy sigue uniendo generaciones. Su presencia es habitual en pastelerías y hogares, especialmente en Castilla y León y Madrid, con versiones rellenas de crema, nata o chocolate.

Ingredientes (para 25–30 buñuelos)

  • 200 g de harina de trigo

  • 250 ml de agua

  • 50 g de mantequilla (o 40 ml de aceite suave)

  • 3 huevos M a temperatura ambiente

  • 1 cda de azúcar + más para rebozar

  • 1 pizca de sal

  • Ralladura de limón o naranja (opcional)

  • Aceite de girasol u oliva suave para freír
    Rellenos opcionales: crema pastelera, nata montada, trufa o chocolate espeso.

Tiempo y dificultad

  • Tiempo total: 40–50 minutos

  • Dificultad: fácil

  • Coste: bajo

Elaboración paso a paso

  1. Hervir la base. En un cazo, calentar 250 ml de agua con 50 g de mantequilla, 1 cda de azúcar y 1 pizca de sal. Cuando rompa a hervir, retirar del fuego.

  2. Incorporar la harina. Añadir 200 g de harina de una vez. Mezclar enérgicamente con espátula hasta obtener una masa homogénea que se desprenda de las paredes.

  3. Secar la masa. Volver el cazo al fuego 1–2 minutos, sin dejar de mover, hasta que la masa quede brillante y forme una película en el fondo. Dejar templar 5 minutos.

  4. Agregar los huevos. Incorporar los 3 huevos, uno a uno, mezclando bien tras cada adición. La masa final debe caer lentamente de la espátula; si queda muy densa, añadir una cucharadita de leche.

  5. Freír. Calentar aceite a 170–175 °C. Con dos cucharillas (o manga pastelera), formar porciones pequeñas. Freír en tandas, girándolas para que se inflen y doren de forma uniforme.

  6. Escurrir y rebozar. Retirar a papel absorbente y, aún tibios, rebozar en azúcar (o azúcar y canela).

  7. Rellenar (opcional). Abrir con cuidado y rellenar con crema, nata o chocolate.

Clave de éxito: una temperatura estable del aceite (170–175 °C) y porciones pequeñas favorecen buñuelos huecos y ligeros.

Trucos de pastelería que marcan la diferencia

  • Secado de la masa: el breve secado en el fuego elimina humedad y asegura textura aireada.

  • Huevos a temperatura ambiente: facilitan la emulsión y evitan que la masa se corte.

  • No sobrecargar la sartén: dejar espacio para que crezcan e inflen.

  • Azúcar fino: se adhiere mejor y aporta un crujido agradable.

  • Aromas clásicos: ralladura de limón, naranja o anís elevan el perfil tradicional.

Variantes regionales y de temporada

  • Con calabaza: añadir 100 g de puré de calabaza escurrido a la masa y ajustar con una cucharada más de harina.

  • Relleno de batata o boniato: muy ligado a Todos los Santos en varias zonas.

  • Glaseado ligero: mezclar azúcar glas con unas gotas de anís y bañar los buñuelos fríos.

Conservación y servicio

Los buñuelos están mejor el mismo día. Si se rellenan con crema o nata, conservar en frío y consumir en 24 horas. Para recuperar el crujiente, dar un toque de horno a 150 °C durante 5 minutos antes de servir (sin relleno).

Valor nutricional orientativo (por buñuelo sin relleno)

  • Calorías: 70–90 kcal

  • Grasa: 4–5 g

  • Hidratos: 8–10 g
    Los rellenos incrementan el aporte energético; se recomienda moderación y raciones pequeñas, acompañadas de café o infusión.


Lo más importante: temperatura del aceite controlada, masa bien seca, porciones pequeñas y reposo breve. Con estos pasos, la redacción obtiene unos buñuelos dorados, huecos y listos para celebrar Todos los Santos.

Fuente
Ahora León
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