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Purgar los radiadores: la guía imprescindible para ahorrar en calefacción este invierno

Por qué, cuándo y cómo hacerlo paso a paso para mejorar el confort del hogar

Mantener los radiadores en buen estado es clave para un hogar confortable y eficiente. Purgar los radiadores elimina el aire acumulado en el circuito, mejora la circulación del agua caliente y reduce el consumo energético, especialmente en los primeros fríos del año. Este procedimiento sencillo, que cualquier persona puede realizar con seguridad, evita ruidos, zonas frías y facturas más altas.

¿Por qué es necesario purgar los radiadores?

  • Aumenta la eficiencia energética: el aire atrapado impide que el agua caliente distribuya el calor de forma uniforme.

  • Ahorro en la factura: un sistema sin burbujas de aire necesita menos energía para calentar.

  • Mayor confort: se eliminan puntos fríos en la parte superior del radiador y molestos gorgoteos.

  • Previene averías: alivia la presión innecesaria en la caldera y alarga la vida útil del sistema.

Señales de que el radiador necesita purga

  • La parte superior está fría y la inferior caliente.

  • Se escuchan ruidillos o gorgoteos al encender la calefacción.

  • Tarda más en calentar o no alcanza la temperatura deseada.

  • El contador de consumo aumenta sin explicación aparente.

Cuándo purgar

  • Antes del inicio del invierno y tras periodos largos sin uso.

  • Después de trabajos de mantenimiento (rellenado del circuito o cambios de piezas).

  • Cada vez que se detecten las señales anteriores.

Pasos para purgar los radiadores (guía práctica)

  1. Apagar la caldera o ponerla en modo reposo y esperar a que los radiadores estén fríos.

  2. Localizar el purgador (tornillo o válvula pequeña en el lateral o parte superior del radiador).

  3. Preparar un recipiente y un paño para recoger el agua.

  4. Girar el purgador lentamente con una llave de purga o destornillador:

    • Saldrá aire primero (silbido).

    • Cuando comience a salir agua de forma constante, cerrar el purgador sin apretar en exceso.

  5. Repetir en todos los radiadores, empezando por los más cercanos a la caldera y terminando por los más alejados o altos.

  6. Comprobar la presión de la caldera (habitualmente entre 1,0 y 1,5 bar en frío) y rellenar si baja tras la purga siguiendo el manual del fabricante.

  7. Encender la calefacción y verificar que calientan de forma homogénea y sin ruidos.

Consejo profesional: si un radiador sigue con zonas frías tras purgarlo, revisar que la válvula termostática esté abierta y equilibrar el circuito cerrando ligeramente los radiadores que calientan demasiado.

Errores comunes que conviene evitar

  • Purgar con los radiadores calientes (riesgo de quemaduras y lectura errónea).

  • No revisar la presión de la caldera después.

  • Apretar en exceso el purgador (puede dañar la rosca).

  • Olvidar los radiadores de toallero del baño, que también acumulan aire.

Beneficios directos para el bolsillo y el planeta

  • Menos consumo para alcanzar la misma temperatura.

  • Mayor durabilidad del sistema y menos incidencias.

  • Confort estable en todas las estancias.

  • Contribución a la reducción de emisiones asociadas al uso de calefacción.

Fuente
Ahora León
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