
Por ello a la hora de perder peso es uno de los más empleados para intentar conseguir el ansiado déficit calórico que permita bajar de peso. Pero como ha explicado la doctora Isabel Belaustegui, el cuerpo humano no tiene una calculadora interna de calorías y la sacarina es muchas veces más perjudicial que beneficiosa.
Pero como bien ha explicado la experta en nutrición y estilo de vida, la obesidad o el sobrepeso son problemas «muy complejos». No apoya estas teorías o corrientes de que no bajen de peso por gusto o por falta de esfuerzo o interés.
Y para ello ha puesto de ejemplo el papel de la sacarina en el organismo, un edulcorante utilizado y recomendado en muchas dietas. Pero pese a ser acalórico, esconde una serie de riesgos que en muchas personas pueden no solo no ayudar a perder peso, sino a ganar más incluso.
Ha señalado que la fórmula por excelencia para perder peso hasta hace poco se basaba en la cuenta de calorías, si consumo menos de las que gasto pierdo peso, pero el cuerpo no funciona así.
Según esta teoría, tomar sacarina no implicaría problema y beneficiaría en las dietas, pero en muchos casos puede suponer lo contrario.
La sacarina produce tal pico de glucosa en la sangre que activa la producción de insulina y aumenta los niveles de tal forma que lo que hace el cuerpo es guardar energía. Cuando se aumenta el nivel de insulina, lo que el cerebro entiende es que es hora de almacenar combustible y les ‘dice’ a las células que guarden energía. La forma en la que el organismo tiene de almacenar energía para tener reservas es en forma de grasa. Y aquí comienzan los problemas.
«En nuestro cuerpo no hay una calculadora de calorías, hay una respuesta hormonal», ha sentenciado la doctora. La sacarina activa esta respuesta que puede llevar a la obesidad, exceso de peso e incluso a la enfermedad.
Por tanto, hay personas que se están esforzando mucho en la pérdida de peso y lo están pasando mal, pero no logran bajar de peso. No es una excusa.
Estos picos de glucosa e insulina, puntualiza, dan luego unos bajones que activan el hambre, provocando que lo pasen ya que pasar hambre no es placentero. Esta situación les puede generar también malestar emocional
Como demuestra la doctora, el cuerpo es complejo y cada caso puede responder de forma diferente, por lo que los problemas de sobrepeso no siempre se pueden resolver de forma sencilla y hay que analizar bien todos los factores para dar con el tratamiento adecuado.