El pollo es uno de los productos más comprados en el supermercado, pues es una carne muy consumida en España debido a su bajo precio y ser una de las más saludables.
Pero es habitual encontrar en las tiendas pollos de diferentes colores: uno más amarillo y otro con la carne blanca.
¿Esto influye en algo? Existe el mito de que el color afecta a la calidad nutricional del pollo, pero tal y como ha aclarado la nutricionista influencer Marta Verona, no es así.
La ganadora de ‘Masterchef 6’ ha detallado en un post de Instagram que las diferencias en el color de la carne del pollo se deben exclusivamente al tipo de alimentación del animal, no a cuestiones nutricionales o de salud.
Pollo amarillo y pollo blanco: no, no están hormonados
Según ha explicado, cuando se alimenta al pollo con trigo, el color de su carne será más claro o blanco.
Mientras, cuando se les alimenta con maíz, la coloración de los pollos se vuelve amarilla.
Además, en algunos países se añaden pigmentos a los piensos de alimentación de los pollos para favorecer el color de la carne simplemente por preferencias culturales. Pero no cambia nada a nivel nutricional.
Otro mito al que se achaca la diferente coloración es el de que están hormonados o se les administran antibióticos.
Antibióticos, prohibidos
La nutricionista lo ha desmentido citando la información de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, donde se recoge que los antibióticos se prohibieron en la Unión Europea en 2006 y las hormonas en 2009.
También ha hablado sobre la negativa de muchos a comerse la piel del pollo por la creencia de que tiene mucha grasa.
Es cierto que es una parte del animal que contiene grasa, pero como ha puntualizado, se trata de grasas monoinsaturadas, por lo que es una de las saludables.