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Precursor del arte abstracto en España, Pablo Gago Montilla nació en León en 1926 y vivía en Madrid. Con tan sólo 20 años expuso en París —donde más tarde pudo también estudiar gracias a una beca del gobierno francés— junto a Dalí, Picasso, Tàpies y Miró. Era amigo de los hermanos Saura, de Carlos, el cineasta, y de Antonio, el pintor. Y a lo largo del siglo XX se codeó con los artistas más destacados de este país, como los creadores de los movimientos El Paso y Dau al Set.
Arquitecto de formación, estudió también cine con Carlos Saura y teatro junto a Miguel Narros, con el que incluso llegó a formar una compañía.
El acto de pintar, para Pablo Gago, siempre fue un acto de vida. A lo largo de su vida pintó miles de cuadros, más de 25.000, muchos de ellos destinados a decorar habitaciones de hotel. “Rompió moldes con la abstracción y obtuvo mucho más reconocimiento fuera que en su tierra”, comentaba ayer en las redes sociales la escritora y e ilustradora leonesa Ana Cristina Pastrana.
El año pasado, Pablo Gago donó al Museo de la Catedral de León dos cuadros pertenecientes a la serie ‘Vitrales’, desarrollados entre los años 1944 y 1945 a partir de la inspiración de las vidrieras del templo leonés. Y es que la pasión pictórica de Gago le debe todo a la contemplación de estas vidrieras, “cuyos colores traspasan el límite de la línea, invaden el interior oscuro y crean un ambiente tan abstracto y cálido como la luz”.
Al comienzo de los años 50 Gago tuvo la oportunidad de irse a París como becario del Instituto francés de Bellas Artes, donde estudió con el cubista Lhòthe y se aproximó al grupo Space. Durante esta etapa compartió exposiciones con otros pintores: Jeunes peintres de la boheme en Paris, 1951, y junto con Miró, Picasso, Tàpies, Calder, Saura, Oteiza y otros, estuvo presente en la Exposición de arte fantástico en Madrid, 1953. Después vinieron otras exposiciones individuales y colectivas en París, Madrid, Barcelona y México.
Como artista completo, Gago también investigó, junto con arquitectos, sobre la adecuación del hábitat, participó en el diseño del tren Talgo, realizó murales y esculturas, y proyectó escenografías para teatro, ballet, ópera y cine. De hecho, en 1996, obtuvo un premio Goya.
En su labor docente, destacó como profesor en la Escuela de Bellas Artes, en la Real Escuela de Arte Dramático, en la Escuela Oficial de Cinematografía y en el Columbia College Panamericano de México.
Sus cuadros figuran entre las más importantes colecciones de arte de España, EEUU, México, Alemania y Francia. Y su obra está presente en el Museo Internacional de Arte Abstracto, en el Museo Nacional del Teatro, en la Fundación Juan March, en el Museo Carrillo Gil de México y en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
Hace algo más de un años, en junio de 2015, mostró algunos cuadros de su serie Paisajes y flores en la Fundación Merayo, en Santibáñez de Porma. Sin embargo, y aunque lo intentó en los últimos tiempos, no consiguió que se le hiciera una gran exposición retrospectiva en su tierra, recibiendo como respuesta el más absoluto de los silencios administraivos.
En los últimos años su fertilidad creativa le llevó a adentrarse en el tema social de los desheredados urbanos y en el paisaje esquematizado, sugerido, a los que accedió mediante una figuración expresionista. Y, por supuesto, la abstracción.
“Esto es mi pintura”, por Pablo Gago
“Tiendo a la forma grande porque no se presta a lo equívoco. Expresión sencilla del pensamiento complejo. Lo rotundo. Sin grito. La verdad inventada en la superficie del cuadro. Con los medios del color y su consecuencia de forma. Esto es mi pintura.
Creo que el arte tiende a ser la expresión de la esencia de la existencia. El conocimiento de la existencia no es arte, sino ciencia. El arte lo inventa el hombre, como otro lenguaje, para aproximarse más a la explicación de sí mismo y de su mundo.
Cuando pinto, cuido de conservarme, entregándome. Sólo conservo la vida. Doy todo lo demás que soy entonces.
Un cuadro es una aventura. A veces las aventuras son bellas. Busco la aventura, no la belleza. Las aventuras pueden tener etapas. Pero la etapa ha de ser completa. Etapa igual a cuadro. Investigar lo desconocido.