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“No hagas montañas de granos de arena (y TODO son granos de arena)”, la última obra de Rafael Santandreu

Santandreu presenta  su libro junto con la colaboración de El Teléfono de la Esperanza el Martes, 12 de Noviembre a las 19:30h. en el Salón de Actos del Colegio Maristas San José (Avda. Álvaro López Númez, 12) León.

AhoraLeón ha entrevistado a Rafal Santandreu en su visita a León con motivo de  la presentación de su ultimo libro.

Un libro decisivo para quienes desean incrementar su fortaleza emocional que ya se ha convertido en un bestseller y que plantea temas radicales y sorprendentes como la pervivencia de la consciencia después de la muerte.

Rafael Santandreu es uno de los psicólogos más prestigiosos del país. Tras cursar estudios en Barcelona e Inglaterra, trabajó junto al profesor Giorgio Nardone en su legendario Centro di Terapia Breve, en Arezzo, Italia.

Dice que hasta un 30% de las enfermedades que ve el médico son «psicosomáticas», que no hay «enfermedad», en realidad.

En una gran cantidad de migrañas, dolores de espalda (que incluso se llegan a operar), no hay ninguna lesión, nada que tratar médicamente. Es la mente que se ha vuelto hiper-protectora y está lanzando dolor para que te protejas por si acaso. La neuróloga Suzanne O’Sullivan, dice, por ejemplo, que en el 50% de las epilepsias, en realidad, no hay «epilepsia»: la persona ha copiado los síntomas inconscientemente. La mente, cuando se desboca, puede maltratarnos a base de bien. Pero podemos aprender a hacer lo contrario: crearnos estados de bienestar maravillosos. Hoy ya sabemos cómo la mente crea «infiernos» y cómo puede crear «paraísos».

¿Es posible hacer auto-terapia?

Claro que sí. Epicteto ya descubrió en el s. I algo brutal: que no nos afecta la realidad, sino la construcción mental que hacemos con ella. Es lo que siglos después se ha llamado “constructivismo”. Por eso, desde tan antiguo ha habido gente que ha sido feliz al margen de las adversidades. Epicteto mismo fue esclavo y escogió ser feliz. En mi último libro, hablo de Eddie Jacku, un sobreviviente del Holocausto, que hizo lo mismo que Epicteto. ¿Podemos aprenderlo todos? ¡Por supuesto! Yo lo sé porque así lo he hecho yo, que no soy ninguna lumbrera.

Pero eso sí, te costará un trabajo importante. Tendrás que ejercitarte en parar el discurso mental habitual y cambiarlo por otro diferente. Ser muy perseverante en ello.

¿La mentalidad es tan importante?

La mentalidad lo cambia todo. “Tener éxito”, por ejemplo, con la mentalidad correcta es, de repente, fácil. Casi inevitable. Te pongo un ejemplo: a la edad de 12 años descubrí que la mejor forma de estar en el cole -la más fácil- era sacar las mejores notas. Suspender era un asco: estaba muy aburrido en clase, no me enteraba de nada, me creía tonto, lo pasaba mal cuando me preguntaba el profe, las asignaturas me perseguían en septiembre… uff. Pero fui descubriendo que sacar las mejores notas, en realidad, requería poco esfuerzo. Un poquito aquí y otro allá. Fue viendo que la mayoría de los profes no eran muy listos. Por lo tanto, lo que explicaban no podía ser muy difícil. Que, con estudiar una hora al día, bastaba. Eso sí: había que estar muy atento en clase. Y también vi que competir con las notas como competía en el fútbol era también divertido. Total: para la secundaria ya no podía hacer otra cosa que sacar sobresalientes. La manera en que lo encaras todo marca la diferencia: hacerlas cosas fáciles y divirtiéndose lo cambia todo.

 En su libro menciona a Johann Cruyff, el jugador y entrenador del Barcelona.

A muchos catalanes nos marcó mucho Cruyff, un holandés que era la personificación del disfrute y el éxito. Él decía: “Prefiero mil veces perder, pero crear belleza y diversión que ganar aburriendo”. Eso tiene mucho que ver con la salud mental. Una vez cubiertas las necesidades básicas, la vida es para disfrutar, jugar, amar, reír… no para auto flagelarse y exigirse una perfección inexistente, absurda, fea y nociva.

Ud afirma “Si controlas tu pensamiento, controlas tus emociones”.

Así es. Te pongo otro ejemplo. El tema de adelgazar. Para muchos es una guerra, una lucha en la que siempre pierden. Para otros: chupado. Eso sí: una vez, han trabajado sus pensamientos. Yo me he convencido de que la comida más sana es la que más me gusta: una ensalada fresquísima con legumbres cocidas y el mejor aceite de Jaén. La comida basura casi no me gusta. La como de vez en cuando para no crearme el efecto del fruto prohibido y por una cuestión social. Una vez has puesto la mente a trabajar a tu favor, todo es fácil y divertido.

 ¿Cómo controlamos el pensamiento?

Tienes que convencerte a ti mismo de lo que te conviene usando muchos argumentos lógicos. Otro ejemplo: para no tener complejos tienes que pensar que la belleza física es una cosa sin importancia que no da la felicidad. Si acumulas argumentos a favor de ello, llega un momento en que te la repampinfla ser feo o guapo. Incluso te hace gracia ser feo como un jugador de rugby con la nariz rota. Pero tienes que ser profundo: dedicar muchas jornadas a cambiar tu sistema de valores. Leer sobre el tema. Razonar. Llegar a estar muy seguro de tu filosofía. De tus convicciones. No estamos acostumbrados a hacer este trabajo. A encerrarte en una habitación una hora todas las tardes a convencerte de cosas. Pero vale la pena porque como decía el emperador Marco Aurelio: “Lo más importante de mi vida no son mis palacios y mis conquistas sino mi filosofía, pues es lo único capaz de quitarme o darme la felicidad”.

Ud. propone una filosofía vital. ¿Qué principios tiene esta forma de pensar?

Muchos. Te diré uno de los principales: “necesitar poco”. Necesitar solo la comida y el agua del día. Y no solo desprenderse de necesidades materiales sino también inmateriales. Por ejemplo: no necesitar tener razón. Yo llevo un año dándole la razón a todo el mundo. Por ejemplo, ahora que te estoy explicando todo esto, si veo que no estás de acuerdo: pues vale, lo que tú digas. Te doy la razón y hablamos de otro tema.

Y la salud física , ¿cómo influye en nuestra salud mental?

Si tú quieres, no mucho. Stephen Hawking estuvo bastante enfermo toda su vida y fue un tipo muy feliz. La cosa es centrarse en lo que sí puedes hacer y no en lo que no puedes hacer. La gente mayor, en general, tampoco tiene muy buena salud, pero muchísimos lo aceptan como natural y viven vidas plenas. Una vez más, lo que decía Epicteto: la realidad es una construcción, una narración que te cuentas.

¿Es el coraje una herramienta de supervivencia frente a la adversidad?

Es una herramienta, pero no de las mejores. Es mucho mejor la convicción, la inteligencia: usar la mente a tu favor. Por ejemplo, a mí me daba miedo hablar en público cuando era joven. Para hacerlo debía reunir mucho coraje. Pero un día me convencí de que esa tarea era una cosa sin importancia. Hacerlo bien o mal no iba a tener consecuencias en la vida de nadie. Le quité toda la relevancia y ahora doy conferencias por todo el mundo y me encanta. Experimento “cero” tensión. No usé el coraje para vencer ese miedo sino el razonamiento.

Nos puede recomendar un ritual diario…

La visualización del indigente: imagina que por alguna razón tienes que vivir sin bienes. Dormir en el albergue público. Pero puedes hacer cosas positivas por ti y por los demás. ¿Qué harías? Te darás cuenta de que podrías ser mega feliz si n apenas bienes materiales. Es súper liberador.

¿Hay soluciones para todo?

¡Por supuesto! La imaginación, la creatividad, la mentalidad no tiene límites. Cada tarea de nuestra vida tiene muchísimos aspectos que vistos desde otra perspectiva: la cambian completamente. Empieza a ser bueno en ello y alucinarás de su poder. La cosa es que, la mayoría de la gente no usa ese poder en absoluto. Tiran solo de fuerza de voluntad. Tengo que lograr esto “por narices”. Las cosas deben ser así “o no lo soporto”. Es como abrir las botellas a golpes, a mazazos.

Propone tirar una moneda al aire para solucionar problemas de pareja

Pruébalo sólo durante un mes con tu pareja. Descubrirás muchas cosas. Por ejemplo, la tendencia brutal a imponerle al otro tu voluntad, tu criterio, tu verdad. Como le metes presión cada dos por tres enfadándote, exigiendo, con malas caras. Disciplínate y tira una moneda cada vez que haya una disensión. Si lo pruebas, cambiarás el modo en que te relacionas con la persona más importante de tu vida.

¿Donde está la carta sanadora frente a la muerte de la que habla?

Yo no le tengo miedo la muerte porque sé que en cuanto morimos salimos disparados hacia el Más Allá y que allí se está mucho mejor. Y tengo pruebas de que eso es así. Las explico en mi libro. Toda persona imparcial y científica tendrá que admitir que es así. O por lo menos, empezar a planteárselo. Si lo crees en profundidad te beneficiarás de la herramienta más poderosa frente a los duelos severos.

¿Qué es «síndrome de querer tener razón»?

Es un cáncer emocional. Nos obsesionamos con demostrar que somos listos o cultos y discutimos por chorradas. Millones de relaciones estropeadas por esa tontería. Yo llevo un año dándole la razón a todo el mundo y me siento genial: liberado, ligero, más contento y feliz.

¿Pero solo con dar la razón, ha conseguido tanto bienestar? Me parece demasiado.

Pues pensándolo bien, debe ser como usted dice. No será para tanto.

Le deseamos que disfrute de nuestra ciudad, un lugar donde la historia y la magia se mezclan, al igual que en su libro. Gracias por dedicarnos su tiempo, por hacernos más facil el modo de afrontar la vida en momentos tan complejos como los actuales.

 

 

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