
Las conversaciones para un alto el fuego y la liberación de los rehenes en Gaza han entrado en un punto muerto, y con ellas, la esperanza de una resolución pacífica parece desvanecerse. En este tenso contexto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaría dispuesto a intensificar las operaciones militares en el enclave palestino, una decisión que ha generado una fuerte oposición tanto dentro como fuera de su gobierno.
Según informes de los medios israelíes, Netanyahu planea pedir al gabinete de seguridad la aprobación de una estrategia que ha sido descrita como una «conquista total del enclave«. Esta medida, que representa una escalada significativa de la guerra, ha sido interpretada como un intento de lograr una victoria militar decisiva. El medio israelí ‘Ynet’ citó a altos funcionarios cercanos al primer ministro que afirmaron: “La suerte está echada: vamos por la conquista total. Si el jefe del Estado Mayor no está de acuerdo, debería dimitir”. Estas declaraciones reflejan una postura inflexible y un claro desafío a quienes se oponen a la ampliación de las operaciones militares.
Sin embargo, fuentes del estamento de defensa han expresado su oposición a ampliar las operaciones terrestres, especialmente en las áreas donde se cree que se encuentran los rehenes. Su principal argumento es que esta estrategia pondría en grave riesgo las vidas de los secuestrados. Esta advertencia subraya la profunda división que existe dentro del gobierno israelí sobre la mejor manera de proceder. Mientras que algunos creen que la presión militar es la única manera de lograr la liberación de los rehenes y la derrota de Hamás, otros temen que una escalada tan drástica sea contraproducente y cause más víctimas.
Reacciones divididas: entre la victoria militar y el clamor de las familias
La posible escalada militar ha generado reacciones encontradas. El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, declaró que la nueva estrategia refleja el “deseo de ver a todos los rehenes regresar y el deseo de poner fin a esta guerra después de que las conversaciones para un acuerdo parcial no tuvieran éxito”. Esta postura sugiere que el gobierno ha perdido la fe en las negociaciones y ve en la fuerza militar la única vía para lograr sus objetivos.
No obstante, esta posición contrasta con las declaraciones de Steve Witkoff, enviado especial de Donald Trump para Oriente Medio. Witkoff se reunió recientemente con las familias de los rehenes y aseguró que el objetivo no es expandir el conflicto, sino terminarlo. Según el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, Witkoff afirmó: “Tenemos un plan para terminar la guerra y traer a todos de regreso”, añadiendo la contundente advertencia de que “Alguien será responsable” si los rehenes restantes no regresan con vida. Estas palabras sugieren que existen otros planes en juego que no necesariamente implican una conquista total de Gaza. El equipo de Witkoff no ha proporcionado más detalles, lo que añade incertidumbre a la situación.
Hamás y las familias de los rehenes: críticas y advertencias
Por su parte, Hamás ha insistido en que no volverá a las conversaciones hasta que se aborde la crítica situación humanitaria en Gaza. La escalada de la violencia, lejos de acercar un acuerdo, parece alejar aún más a las partes. La reciente difusión de imágenes de dos rehenes israelíes, Evyatar David y Rom Braslavski, quienes se veían extremadamente débiles y demacrados, ha conmocionado a Israel y provocado duras críticas hacia Hamás. Netanyahu calificó estos videos como intentos de “quebrarnos con estos videos horribles, con la falsa propaganda de horror que están difundiendo en todo el mundo”. Sin embargo, la difusión de estas imágenes resalta la urgencia de la situación y la desesperación de las familias de los secuestrados.
En un contundente comunicado, el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos lanzó una advertencia pública contra los planes del gobierno israelí de ampliar la campaña militar. Declararon que “Netanyahu está preparando el mayor engaño de todos. Las afirmaciones repetidas de liberar rehenes mediante la victoria militar son una mentira y un fraude público”. Estas palabras, cargadas de frustración y desesperación, demuestran que las familias de los rehenes no confían en la estrategia de su propio gobierno y temen que una escalada militar solo ponga en peligro a sus seres queridos. Esta postura refleja una profunda grieta entre el liderazgo político de Israel y las personas más directamente afectadas por el conflicto.
El destino de los rehenes y la posibilidad de una paz duradera en la región pende de un hilo. La decisión de Netanyahu de presionar por una conquista total de Gaza podría tener consecuencias imprevisibles, no solo para los rehenes, sino también para la estabilidad de todo Oriente Medio. La comunidad internacional observa con preocupación cómo las negociaciones se estancan y la retórica de guerra se intensifica. ¿Logrará el primer ministro israelí la aprobación de su plan o las advertencias de los expertos y las familias de los rehenes lo harán reconsiderar? La respuesta a esta pregunta definirá el futuro de la guerra en Gaza.