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El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, la subdelegada de Gobierno de León, María Teresa Mata, y la alcaldesa de Ponferrada, Gloria Fernández Merayo, han visitado esta mañana las obras de rehabilitación del Monasterio de San Pedro de Montes de Valdueza, en el Valle del Silencio, en el corazón de la comarca leonesa del Bierzo, en el término municipal de Ponferrada. La restauración actual está sufragada por el Ministerio de Fomento, la Junta de Castilla y León y la Fundación Hospital de la Reina y servirá para albergar un centro de interpretación e iniciativas.
Las obras de rehabilitación del Monasterio de San Pedro de Montes responden al plan de protección y conservación integral del patrimonio histórico de interés arquitectónico de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente.
El edificio es uno de los grandes complejos monásticos de la comarca del Bierzo, situado en pleno Valle del Silencio, a quince kilómetros de la localidad de Peñalba de Santiago, y en él se proyecta un centro de interpretación e iniciativas que amplíe y refuerce el existente en la localidad.
La intervención se localiza en el ala este del segundo claustro, actualmente en avanzado estado de ruina. Este espacio alojará en un futuro varias dependencias del ‘Centro de documentación de la Valdueza’, además de otros usos habituales que quiere proporcionar el Monasterio, tales como iglesia para usos parroquiales, salón polivalente, salas para seminarios, archivo y habitación de estancia temporal, recepción de guardería, aseos públicos y parque arqueológico en las ruinas que no se reconstruyan.
El coste de las obras de rehabilitación asciende a 971.932 euros y la Fundación Hospital de la Reina, que ostenta el uso del edificio por un periodo de 50 años, ha obtenido una subvención del Ministerio de Fomento del 50 %, con cargo al 1,5 % Cultural. La Consejería de Fomento y Medio Ambiente aporta otro 40 % y la Fundación asumirá el 10 % restante, además de hacerse cargo de la gestión posterior.
En total, se rehabilitan casi 800 metros cuadrados, con un nivel básico en las zonas de circulación y completo en las estancias funcionalmente definidas. Los criterios de reconstrucción que se aplican son de máxima integración de manera que las nuevas aportaciones desempeñen un papel complementario de lo ya existente y respetando la clara preeminencia de la iglesia en el conjunto.