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La vuelta al cole ya ha llegado para muchos escolares en España, una vuelta a las rutinas que las familias afrontan con ilusión después de 2 años de grupos burbuja, clases online, aulas casi vacías…El curso 2022-2023 arranca con la nueva normalidad a pleno rendimiento.
Libros de texto, mochilas, material escolar…Las familias están estos días poniendo todo a punto, aunque para los niños alérgicos la vuelta a las clases tiene un peligro añadido, pues ya no están los padres pendientes. Además de en las comidas, los alérgenos pueden estar presentes en determinados productos básicos de material escolar, lo que incrementa el riesgo de reacciones alérgicas, especialmente en los más pequeños.
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y diversas asociaciones de pacientes se han unido para alertar sobre los alérgenos ocultos en el material escolar en la “vuelta al cole”.
Han denunciado que muchos proveedores, al serles requerida información sobre la posible presencia de alérgenos en sus productos para uso escolar, no proporcionan ninguna respuesta.
La Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos (AVANZAX), la Asociación de Alergia Alimentaria de Canarias (ADAAEC), la Asociación Basada en la Lucha de los Alérgicos Alimentarios de Valladolid (ABLAA), la Asociación Extremeña de Alérgicos a Alimentos (AEXAAL), la Asociación de Alérgicos a Alimentos de Guadalajara (ALERGUADA) y la Asociación Española de Personas con Alergia a Alimentos y Látex (AEPNAA) son las asociaciones de pacientes que alertan, junto a la SEICAP, sobre el peligro de estos alérgenos en la escuela.
Ceras, tizas, pasta para modelar y pegamentos, materiales de uso común en las aulas por parte de los niños, contienen en su fabricación, con mucha frecuencia, gluten, frutos secos, soja o proteína de la leche.
El contacto, la inhalación o la ingestión accidental de estos productos hace peligrar la seguridad y la vida de los niños con enfermedades alérgicas, asma o inmunodeficiencias primarias (IDP) en la escuela.
En particular, la SEICAP y las asociaciones de pacientes han avisado de que se han identificado frutos secos en pinturas de dedos para bebés, acuarelas o témperas, gluten en pasta para modelar, soja, legumbres y cereales en ceras y proteína de la leche en tizas.
Sin embargo, aseguran que muchos proveedores no facilitan información sobre los alérgenos de estos útiles escolares, llegando a responder, en algunos casos, que “el material escolar no se come”.
Medidas de evitación
Ante la presencia de alérgenos alimentarios ocultos en el material escolar, la SEICAP recomienda buscar alternativas para los trabajos manuales con los artículos implicados, reemplazarlos por otros y repasar por parte del profesorado el listado de objetos que pueden contener estos ingredientes.
“No hay que discriminar en ninguna actividad del centro al niño por su alergia; lo que se debe hacer es disponer siempre de una alternativa. Además, es necesario disponer de medicación de emergencia en el centro en un lugar accesible”, ha indicado el doctor Juan Carlos Juliá, coordinador del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la SEICAP.
Según cifras de la SEICAP, un 25% de la población infantil padece algún tipo de enfermedad alérgica, lo que representa cerca de 2 millones de niños en toda España.
Más de 2 millones de menores alérgicos
Esta cifra aumenta un 2% cada año y obliga a aumentar las precauciones. “Es básico proporcionar a los niños alérgicos un entorno escolar seguro que garantice una máxima prevención de reacciones y la falta de información y de prevención sobre los alérgenos ocultos en el material escolar atenta contra este principio”, ha explicado el doctor Juliá.
En este sentido, los pediatras alergólogos reclaman la existencia de un protocolo de actuación común frente a las alergias en el entorno escolar. Así, debería existir una formación en alergias por parte del profesorado y del personal no docente, para que sean capaces de identificar los síntomas de las distintas enfermedades alérgicas y cómo actuar en caso de reacción, así como conocer las medidas de prevención y evitación de alérgenos para prevenir situaciones de emergencia.
Además, el colegio también debería tener un protocolo de actuación en caso de reacción.