
Los trabajadores autónomos tienen que declarar cada tres meses.pero en la Renta se corroborará si toda la contabilidad ha sido adecuada. Un trámite mucho más complejo que para el resto de trabajadores. Además, de cometer fallos, la multa puede ser cuantiosa e incluso afectar a las empresas con las que trabajan, lo que podría dar lugar a pérdida de clientes.
“Los fallos cometidos por los autónomos en su facturación pueden dar lugar a inspecciones de la Agencia Tributaria y posibles sanciones, afectando, además de a los autónomos, a las propias empresas”, ha explicado Enrique Guinot, CRO de Declarando.
Ha advertido además de que, “en caso de producirse consecuencias fiscales graves para las empresas, como inspecciones y posibles sanciones, éstas podrían llegar a resolver la relación contractual con sus colaboradores autónomos”. Dando lugar a la mencionada pérdida de clientes.
Cabe recordar que, dentro del proceso en marcha de instauración de la facturación electrónica, que culminará definitivamente en el año 2028, los programas de facturación estarán obligados ya a partir de julio de 2025 a adaptar sus sistemas al modelo Verifactu. Este es el nuevo reglamento que regula los requisitos que deben cumplir los programas de facturación electrónica. Será obligatorio para los autónomos en julio de 2026 y para las empresas en enero de 2028 e implicará un mayor control sobre el proceso de facturación.
“Existe un riesgo potencial para las empresas derivado de la facturación emitida por los autónomos con los que colaboran. Cualquier error en el IVA o el IRPF en las facturas, además de requerir la emisión de facturas rectificativas, podría activar procesos de inspección por parte de Hacienda. Esto supone un consumo adicional de tiempo, recursos y dinero para las empresas, además de exponerlas a sanciones y recargos”, ha puntualizado.
Una factura parece algo sencillo, pero no siempre es tarea fácil. Y más cuando se hacen tantas cada trimestre.
Desde Declarando han señalado que los errores más frecuentes en la facturación incluyen la aplicación incorrecta del tipo de IVA y la omisión de retenciones en IRPF.
“Aplicar un tipo impositivo erróneo o no desglosar correctamente el impuesto puede derivar en regularizaciones fiscales y sanciones. Asimismo, en determinadas actividades, la ausencia de retenciones obligatorias de IRPF también puede generar consecuencias fiscales adversas”.
Las discrepancias entre la información fiscal reportada por la empresa y el autónomo pueden originar inspecciones y requerimientos de la Agencia Tributaria.
Además, si una factura contiene errores o información inconsistente, la empresa podría perder el derecho a deducirse el IVA, lo que incrementaría su carga fiscal.
La empresa considera que la facturación electrónica contribuirá a reducir estos errores, aunque aseguran que sigue siendo esencial que tanto empresas como autónomos revisen sus facturas antes de su presentación.
Por ello, recomienda a los autónomos el uso de soluciones de facturación digital con validación automatizada para minimizar riesgos y garantizar el cumplimiento normativo.
Dado que un autónomo suele trabajar con varias empresas o proveedores, un fallo que les repercuta podría romper la relación y suponer una merma relevante en sus ingresos. Además de la mala reputación en el sector.