El verano de 2025 está demostrando ser uno de los más letales en la historia reciente de España en lo que a temperaturas extremas se refiere. Según los datos provisionales del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo), dependiente del Ministerio de Sanidad, las muertes atribuibles al calor han superado ya las 1.500 en lo que va de verano, lo que supone un alarmante incremento del 42% respecto al mismo periodo del año pasado.
La primera ola de calor, que afectó a gran parte del país a finales de junio, ya dejó un rastro de destrucción humana con 166 fallecidos en tan solo cuatro días. Un estudio realizado en ciudades como Madrid y Barcelona estimó que el cambio climático fue responsable de la mayoría de esas muertes, especialmente en personas mayores de 65 años, un colectivo que representa el 88% de los fallecimientos relacionados con el calor.
Un repunte de la mortalidad sin precedentes
El mes de julio de 2025 ha sido particularmente devastador, registrando 1.060 muertes por altas temperaturas, un aumento del 57% en comparación con julio de 2024. Este drástico repunte no es un hecho aislado, sino una tendencia que se ha manifestado desde principios de junio, un mes que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha calificado como el “más anómalamente cálido desde que hay registros”.
La letalidad del calor se ha cebado especialmente con las comunidades más vulnerables, aunque el fenómeno ha golpeado a todo el país. La Comunitat Valenciana, por ejemplo, ha registrado 417 muertes atribuibles a temperaturas extremas en lo que va de año, 106 más que en 2024. En Castilla y León, los fallecimientos por calor se han disparado, con 59 muertes registradas entre mayo y julio, un aumento de casi siete veces respecto al mismo periodo del año anterior.
La preocupación entre las autoridades sanitarias es máxima. El Observatorio de Salud y Cambio Climático (OSCC) ha alertado sobre la intensidad excepcional de este episodio térmico, que ha provocado un incremento notable de la mortalidad. Ante esta situación, los expertos insisten en la importancia de la prevención y en la necesidad de tomar medidas urgentes para proteger a los colectivos más vulnerables. La ola de calor no es solo un fenómeno meteorológico, sino una amenaza silenciosa que ya se ha cobrado cientos de vidas.
