
Una gran sequía asolaba el campo leonés allá por 1158. Fue entonces cuando en rogativa sacaron los restos de San Isidoro a las calles por si ese fuera un buen remedio para colmar de agua los cultivos. Obró el milagro. Y en agradecimiento la ciudad entregó al Cabildo de San Isidoro un cirio de arroba y dos hachas de cera. Para los representantes municipales es una ofrenda, para el Cabildo Isidoriano, es una obligación del pueblo. Sobre ello debaten los representantes de unos y otros. Y así cada último domingo de abril en el que, más de ocho siglos después, León cumple con la tradición de Las Cabezadas, nombre que recibe el ceremonial por las exageradas inclinaciones de canónigos y munícipes en su despedida.
El síndico municipal será en esta ocasión el concejal de Hacienda, Carmelo Alonso, y por parte del Cabildo de San Isidoro el representante será el canónigo Juan Jesús Fernández Corral.
Los actos institucionales comenzarán a las 11:45 horas con la salida de la Corporación Municipal encabezada por su alcalde, José Antonio Diez, hacia la Real Colegiata de San Isidoro. La comitiva llegará sobre las 12:00 horas a las puertas de la Basílica donde será recibida por el Cabildo. Una vez en el Claustro, se celebrará el ‘Foro u Oferta’ y cuando este concluya en tablas, habrá una misa. Será cuando esta finalice el momento en el que el Cabildo y representantes municipales se despedirán con exageradas reverencias y entonces, León cumplirá, más de ocho siglos después con Las Cabezadas.