
Según han señalado en un comunicado conjunto, acusan a la empresa china de utilizar métodos manipulativos en su plataforma que estimulan compras impulsivas y excesivas.
La reclamación subraya que Shein recurre a lo que se conoce como «patrones oscuros«, mecanismos de diseño que buscan influir en las decisiones de los usuarios para inducirlos a adquirir más productos de los previstos.
Las entidades denunciantes advierten, además, del impacto ambiental y social que supone el modelo de negocio de la fast fashion o moda rápida, basado en la producción masiva, a bajo coste y con ciclos de vida muy cortos para las prendas.
Prácticas agresivas y derechos del consumidor
Entre las prácticas señaladas se encuentran el confirm-shaming, que consiste en inducir sentimientos de culpa al cliente si decide rechazar ciertas promociones, con frases como «no quieres ahorrar dinero«; el scroll infinito, mediante el cual los productos se muestran sin fin en la pantalla para fomentar la navegación compulsiva; y el nagging, que se basa en mostrar recordatorios constantes con el objetivo de presionar al consumidor a actuar.
Las entidades que han presentado la denuncia reclaman a la CE que tome medidas firmes y obligue a Shein a abandonar estas técnicas. También solicitan que Bruselas exija a la compañía pruebas que respalden afirmaciones como la baja disponibilidad de determinadas prendas o la autenticidad de las opiniones publicadas por supuestos compradores.
«Si Shein no toma medidas correctoras, las autoridades deben intervenir para prevenir el riesgo de graves perjuicios a los consumidores hasta que cumpla la legislación de la UE en materia de consumo», subrayan las organizaciones firmantes en su declaración oficial.
Respuesta de Shein
La compañía asiática ha respondido lamentando que la organización BEUC no haya aceptado ninguna de sus solicitudes para mantener una reunión.
Según Shein, se quiere explicar con detalle su modelo de negocio y resolver cualquier inquietud «de manera abierta y transparente».
Desde la firma aseguran que ya mantienen un diálogo «constructivo» con las autoridades nacionales competentes y con la propia Comisión Europea.
Afirman también estar comprometidos con el cumplimiento de la normativa comunitaria y abiertos a demostrar su buena fe en el proceso.
La realidad es que ya en febrero, la Comisión Europea informó que pondría en marcha una investigación formal para esclarecer si Shein estaba incurriendo en prácticas desleales y si vulnera los derechos de los consumidores.