Este insecto desciende de los pinos y acechan los suelos tanto del campo como de la ciudad. Son fáciles de reconocer ya que se mueven formando largas filas o hileras conformadas por varios ejemplares. Una especie de procesión, de ahí su popular nombre.
Pero aunque a simple vista sea algo gracioso o curioso de ver, es peligroso, especialmente para las mascotas.
La oruga procesionaria es venenosa y sus pelos (tricomas) diminutos, al contacto con la piel, pueden provocar estos sintomas: irritación, picazón, inflamación, sarpullidos e incluso problemas respiratorios causados por una reacción alérgica.
Son nocivas tanto para las personas como para los animales, pero es con ellos con quien hay que tener más cuidado ya que por instinto o por diversión, muchas veces las pisan o las chupan; lo que puede ocasionar consecuencias graves.
Si al perro le ha picado una procesionaria, llevalo con urgencia al veterinario Pero antes del traslado, se puede ayudar al animal llevando a cabo una pauta de emergencia:
- Mantener siempre la calma para que la situación no nos sobrepase
- Ponerse guantes si se tienen y lavar la boca del animal con agua
- Este lavado rápido ayudará a retirar los pelos venenosos
- Llevarle al veterinario cuanto antes para que valore el alcance de las lesiones
Como ha explicado el adiestrador canino Alejandro Flores en Instagram, estos pasos ayudarán a minimizar los efectos si se actúa rápido. Pero siempre hay que llevarle al veterinario.
Si uno no se ha dado cuenta rápido de lo ocurrido o el animal está ya con mucha reacción o dolor o no se deja limpiar la boca, se debe acudir al veterinario sin realizar este paso.
Si el perro o el gato no se deja manejar del todo bien, convendrá introducirle en un transportín y visitar al veterinario de urgencia.
Al comérselas o morderlas el veneno puede provocar la necrosis de la lengua o la garganta e incluso puede matar al animal. Por ello siempre es necesario acudir al veterinario.
