La Junta de Castilla y León ha firmado con el Ayuntamiento de León el convenio que permitirá desplegar una red de fibra óptica de más de 6,7 kilómetros entre el Centro de Supercomputación de Castilla y León (SCAYLE) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE). La iniciativa se enmarca en CINDERELLA, proyecto pionero en comunicaciones seguras y tecnología cuántica, con una inversión de 620.000 euros y horizonte de finalización en mayo de 2026.
El acto estuvo encabezado por José Luis Sanz Merino, consejero de Movilidad y Transformación Digital y presidente del Patronato de SCAYLE, junto al alcalde de León, José Antonio Diez Díaz. Con este acuerdo, la administración autonómica redobla su apuesta por una transformación digital segura y moderna que sitúe a León como referente nacional en ciberseguridad.
Qué aporta la nueva conexión
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Infraestructura estratégica: la red de fibra óptica SCAYLE–INCIBE será la base para reforzar la seguridad de las comunicaciones digitales y acelerar proyectos de innovación tecnológica.
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Tecnología cuántica aplicada: CINDERELLA prevé mecanismos de transmisión que detectan intentos de interceptación, gracias a principios de la física cuántica.
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Impacto territorial: la actuación beneficiará a empresas, pymes, administraciones y ciudadanía, afianzando el papel de León en el ecosistema nacional de ciberseguridad.
Sanz Merino subrayó que Castilla y León “está a la cabeza de la innovación tecnológica” y que la prioridad de la Junta es proteger la información y generar confianza en el uso cotidiano de Internet, desde las transacciones hasta las comunicaciones. “Con esta actuación, damos un paso más en la colaboración entre la Junta y el INCIBE para reforzar la protección digital”, indicó.
Objetivo: talento, inversión y confianza
La estrategia autonómica busca que Castilla y León sea “tierra de oportunidades” también en el ámbito tecnológico, atrayendo talento e inversión y mejorando la vida de la gente a través de la innovación. Tanto SCAYLE como INCIBE mantienen una colaboración sostenida para trasladar los avances en ciberseguridad al tejido productivo y a los servicios públicos.
En la práctica, la conectividad segura entre ambos nodos permitirá probar, validar y escalar soluciones de comunicaciones cuánticamente seguras, aportando mayor resiliencia frente a ataques informáticos avanzados y amenazas emergentes.