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Ayudar económicamente a los bares de los pequeños pueblos de Castilla y León es una medida que atiende a los desafíos demográficos de esta Comunidad, al tiempo que persigue el bienestar comunitario, el mantenimiento de las relaciones sociales y la convivencia en los pequeños núcleos rurales.
En este sentido, la nueva línea de ayudas hoy presentada aporta un elemento positivo para la permanencia de los ciudadanos en el entorno rural: los bares, cafeterías y otros establecimientos similares son centros de ocio y de relajación para los habitantes del pueblo, pero también son centros de acogida al visitante y de bienvenida al nuevo poblador.
Por otro lado, ésta es una iniciativa positiva desde el punto de vista social, ya que dichos establecimientos son un lugar de encuentro de los vecinos de estas pequeñas localidades, donde hombres, mujeres y niños comparten su tiempo en todo tipo de actividades lúdicas, de ocio o culturales.
También es beneficiosa desde el plano asistencial y para mantener el bienestar de las personas, dado que la existencia de un bar en un pueblo pequeño ayuda a evitar la soledad no deseada y la desintegración social, e incluso permite detectar situaciones de problemas de salud, vulnerabilidad o desamparo.
Por último, no se puede obviar que también es una medida enfocada a generar empleo y actividad económica, contribuyendo, así, a dinamizar la economía local.
Estas son las razones que han llevado a la Junta de Castilla y León a estrenar la nueva línea de ayudas para el mantenimiento de centros de ocio y convivencia, tales como bares o cafeterías, en los pequeños municipios y entidades locales menores, cuya convocatoria aparece hoy reflejada en el Boletín Oficial de la Comunidad. El plazo de solicitudes estará abierto hasta el 15 de julio.
Pueblos «habitables y con vida durante todo el año»
El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago ha presentado estas nuevas ayudas precisamente en uno de estos bares, en la pequeña pedanía de La Santa Espina, del municipio de Castromonte (Valladolid), que por sus características podría ser una de las entidades locales beneficiarias de la subvención. Esta iniciativa fue uno de los compromisos del Gobierno autonómico para esta legislatura, ya anunciado por el titular de la Presidencia en las Cortes de Castilla y León.
El consejero ha expresado su deseo de que “nuestros pequeños pueblos estén bien acondicionados para el día a día de los vecinos, esto es, que tengan buenas infraestructuras y servicios públicos de calidad, pero también que sean habitables, humanos, sociales… en definitiva, que tengan vida durante todo el año”.
La cuantía que consigna inicialmente la Consejería de la Presidencia a esta nueva línea de ayudas es de algo más de tres millones de euros. No obstante, está previsto que dicha cuantía pueda verse ampliada para dar respuesta al máximo número posible de peticiones.
Podrán solicitar esta ayuda los pueblos de hasta los 200 habitantes, ya sean municipios o pedanías. En todo caso, los pueblos con menos de 100 habitantes serán los primeros a los que se tenga en cuenta para el reparto, continuando con los de menos de 200 habitantes hasta conseguir atender a todas las solicitudes que permita el límite presupuestario.
El número de municipios castellanos y leoneses que entran en estos márgenes de población, es decir, que tienen menos de 200 habitantes, es de 1.265, lo cual representa a más del 56 % de los 2.248 municipios de Castilla y León. En cuanto a las pedanías, hay 1.996 con menos de 200 habitantes, más del 90 % de las 2.208 que existen en la Comunidad.
De entre estas entidades locales, las que tengan menos de 100 habitantes tendrán prioridad a la hora de recibir la ayuda. En Castilla y León hay 719 municipios y 1.761 pedanías que tienen menos de este número de habitantes.
En total, por tanto, existen en la Comunidad 3.261 entidades locales con menos de 200 habitantes (más de un 73 % de todas las entidades locales castellanas y leonesas), de las cuales 2.480 cuentan con menos de 100 habitantes.
Solicitudes
Los establecimientos que recibirán la ayuda podrán ser tanto públicos como privados. En todo caso, la presentación de la solicitud tendrá que ser realizada por el Ayuntamiento del municipio, que deberá cumplir un requisito más allá del límite de población. Con el objetivo de no interferir en la libertad de mercado, el municipio o la pedanía solicitante deberá tener solo un bar. En el caso de las pedanías, solo cuenta para este requisito el número de este tipo de centros dentro de la propia pedanía, y no los que se encuentren en el municipio al que pertenecen. En ambos supuestos, tienen la obligación de abrir un mínimo de cinco días a la semana y de cinco horas al día, salvo durante el mes de vacaciones.
De esta forma, la Junta de Castilla y León da respuesta a la que es una necesidad particular de los pueblos pequeños: recibir ayuda para no tener que cerrar el único establecimiento de carácter social con el que cuentan.
Por ejemplo, podrá ser beneficiario de la subvención un municipio de más de 200 habitantes al cual pertenezca una pedanía con menos de 100 habitantes y que tenga un bar, siendo el destinatario último de la ayuda el establecimiento situado en dicha pedanía.
Los 3.000 euros de la subvención deberán dedicarse a cubrir gastos de suministros generales, como agua, luz, gas y otros combustibles para calefacción y agua caliente, y también podrán destinarse al pago de internet, televisión o plataformas audiovisuales. La subvención será percibida en última instancia por la entidad pública (municipio o pedanía) o por la empresa privada que haya corrido con los gastos, que han de haberse producido en el último año antes de esta convocatoria.
Como ha declarado González Gago, “todas las personas que viven en el medio rural de Castilla y León saben que un pueblo sin bar es un pueblo en el que la vida se hace muy difícil. En ocasiones, el bar es el último reducto para la socialización y el esparcimiento, y su existencia puede marcar la diferencia para quien pueda estar planteándose si quedarse a vivir en el pueblo o irse a otro lugar con mayor actividad”.
En definitiva, el objetivo de esta iniciativa de la Consejería de la Presidencia no es únicamente el de apoyar el buen funcionamiento del negocio o del establecimiento público en cuestión. El verdadero objetivo es el de ayudar a mantener los nodos de encuentro vecinal. También se promueve de esta manera la apertura de nuevos establecimientos, puesto que está previsto que esta convocatoria se repita en 2025 y tenga un carácter permanente en años sucesivos, de tal forma que los bares y centros de ocio que comiencen a funcionar a partir de ahora puedan optar a recibir esta ayuda en futuras convocatorias.
En palabras de González Gago, “el bar del pequeño pueblo es el establecimiento donde realmente socializan las personas que viven en pueblos pequeños. Lugar de conversación, de acompañamiento, e incluso de promoción de la cultura local. En definitiva, es el lugar donde sucede todo”.