fuera de los muros de esta nueva cumbre mundial, está la dura realidad. Las emisiones de los gases con efecto invernadero siguen subiendo casi un 2% y lo más grave de todo: se ha vuelto a romper un nuevo récord histórico en los últimos miles de años.
Además, este 2024 va a terminar como el más cálido de la historia y el primero que supera la barrera fijada por los científicos: el grado y medio.
Y el responsable de cambio climático de la ONU, Simon Wiell, ha comenzado las negociaciones de esta nueva cumbre del clima mostrando la foto de Florence, «una de las millones de víctimas, tan solo de este año, del cambio climático».
Y con el nuevo récord en las emisiones de gases con efecto invernadero, la ONU advierte de que la temperatura de la Tierra puede aumentar «mucho más»: 5 grados, 3 veces más que el límite máximo que establecieron por los científicos de Naciones Unidas.
«Ningún país es inmune«, ha analizado Simon Wiell y el nuevo director de la Cop 29, el azerbayano Muftan Babayer ha sacado la DANA de Valencia como uno de los impactos más graves del cambio climático de este año.
No recortes de emisiones
Sin embargo, en Bakú unos 40.000 delegados participan, a partir de este lunes, en una nueva cumbre del clima y tampoco se espera que vayan a conseguir ningún nuevo acuerdo mundial para disminuir el uso del petróleo, gas y carbón.
Y eso que los impactos del cambio climático traen, cada vez, más muertes y más pérdidas económicas como comenta Eva Saldaña, directora de Greenpeace España.
Además, esta nueva cumbre de la ONU está organizada, por segundo año consecutivo, por un país petrolero, Azerbayán, porque el 90% de sus exportaciones son productos derivados del «oro negro».
Por esa razón, a la Cumbre de Bakú se la ha calificado como «económica», ya que encima de la mesa de negociación vuelve a aparecer ese fondo internacional de 100.000 millones de dólares que hace años se aprobó para ayudar a los países más pobres y que aún no se ha puesto en marcha.