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La Cordillera Cantábrica lucha por mantener el oso pardo en sus tierras

El director general del Medio Natural, José Ángel Arranz, ha mantenido una reunión con el director general de Recursos Naturales del Principado de Asturias, Manuel Calvo, y con el director general del Medio Natural del Gobierno de Cantabria, Antonio Lucio, con el objetivo de presentar la situación de la población del oso pardo y el censo de osas con cría durante el pasado año 2016. Los resultados concluyentes de los tres últimos censos muestran una consolidación e incremento en la subpoblación occidental, con 34 osas y 57 oseznos, y una recuperación sólida en la zona oriental, con seis osas y diez oseznos.

Cada año las comunidades integrantes de la Cordillera Cantábrica -Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León- elaboran un censo conjunto para registrar la población de osas con crías. Durante el pasado año, se ha contabilizado un total de 40 osas con 67 oseznos, de los cuales, 34 osas y 57 crías se localizan en la subpoblación occidental y 6 osas con 10 oseznos, en la parte oriental. De estas cifras globales, 29 osas con 50 crías están en la subpoblación occidental de Asturias y 5 osas y 7 oseznos, en Castilla y León. En la zona oriental, están censadas 4 osas y 7 crías en Castilla y León y dos osas con tres oseznos, en la Comunidad de Cantabria.

Los resultados obtenidos en la elaboración de este último censo, junto con los dos anteriores, muestran una consolidación y un incremento en la subpoblación occidental, así como una recuperación sólida en la zona oriental, de la misma manera que comenzó hace diez años la parte occidental. Esta es una esperanzadora noticia, especialmente, al haberse comprobado estos años el intercambio genético entre las dos subpoblaciones. Asimismo, no se han podido diferenciar ocho posibles grupos familiares, cinco en la zona occidental y tres en la oriental. Las características del censo, que da el mínimo seguro de osas, con un método muy rigoroso, para evitar duplicidades y superposición de territorios en los movimientos de las osas, dificulta su individualización.

La estimación global de la población es mucho más compleja, dado que el oso es una especie de amplio espectro de distribución, forestal y esquiva. Para su elaboración se utiliza un conjunto de técnicas, entre las que figura el seguimiento directo, estudios genéticos de restos localizados al azar o sistemas de captura de pelo, así como análisis de índices específicos en muestreos dirigidos, siendo el seguimiento de osas con cría uno de los parámetros que mejor refleja la tendencia de la evolución de la población.

Con los datos globales de 2016 y la media de los últimos siete años, se estima la población de oso pardo en la cordillera Cantábrica en un mínimo entre 260 y 270 ejemplares, de los que 220 corresponderían a la subpoblación occidental y alrededor de 50, a la oriental.

En las poblaciones de oso pardo, el seguimiento de las unidades familiares, las osas con crías del año (OCAs), se realiza mediante un método de conteo que permite estimar la tendencia demográfica de las poblaciones. Debido a su menor área de campeo y a su fácil detectabilidad, ya que sus hábitos son fundamentalmente diurnos, estas unidades familiares facilitan el trabajo de seguimiento del conjunto poblacional.

Mediante observación directa, con fotografías o grabaciones, a través de telescopios para evitar interferir con los animales, técnicas de fototrampeo, se puede diferenciar a los grupos familiares -tamaño y manchas características de las hembras y de las crías, número de éstas, defectos físicos, etc.-. Los resultados obtenidos, una vez desechadas las repeticiones y las informaciones no confirmadas, permiten establecer el número mínimo de osas con crías así como su evolución a lo largo del tiempo.

Las cuatro comunidades de la Cordillera Cantábrica coordinan anualmente sus acciones para ofrecer unos resultados del conjunto poblacional de osas con cría que se reparten por el territorio, en una especie que no conoce los límites administrativos de las diferentes comunidades autónomas.

El trabajo de campo lo realizan los técnicos de las cuatro administraciones y sus respectivas guarderías, con el apoyo de otras organizaciones, especialmente la Fundación Oso Pardo; también colaboran otras, como la Fundación Oso de Asturias (FOA), la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, otras ONG, el Seprona de la Guardia Civil, la guardería de los cotos autonómicos de caza, asociaciones de cazadores, naturalistas aficionados, montañeros, senderistas o ganaderos. Toda esta información es analizada antes de dar datos definitivos, para evitar repeticiones o confusiones.

Los censos se cierran en todos los casos al año siguiente, después de la época de celo, que es cuando las madres expulsan a los esbardos del grupo familiar y entran nuevamente en relación con los machos.

El trabajo continúa y, así, durante los cuatro primeros meses del presente año reproductor, se han individualizado 27 grupos familiares con un recuento de 52 oseznos.

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