¿Sabías que...?ActualidadDestacadoSociedadTercer Sector

La brecha lingüística generacional: ¿Una nueva forma de «maltrato» para los mayores?

El uso excesivo de anglicismos en el ámbito profesional y social genera frustración y sensación de exclusión en la población senior

La proliferación de términos en inglés en el discurso público y profesional ha encendido la alarma entre un sector de la población, especialmente los mayores, quienes denuncian que esta práctica se está convirtiendo en una «nueva forma de maltrato» que genera exclusión y frustración. La inquietud cultural de una generación habituada a la precisión del lenguaje se topa ahora con una barrera idiomática que, a su juicio, es innecesaria y contraproducente.

La voz de la experiencia: «Soy mayor, pero no idiota»
Luisa, una enérgica mujer de 79 años, médico de profesión con más de 45 años de experiencia y usuaria activa de la Asociación «Activos y Felices«, es un claro ejemplo de esta creciente preocupación. Conocida por su inagotable curiosidad y su constante afán de aprendizaje, Luisa se encontró recientemente con un término que la dejó perpleja: «Lifelonglearning».

«¿Qué es el Lifelonglearning?«, preguntó a su interlocutor con una mezcla de curiosidad y extrañeza. Al recibir la explicación, que simplemente describía su propia rutina de aprendizaje continuo –desde un curso sobre los Estoicos hasta su pasión por la lectura–, Luisa no pudo evitar la indignación. «Eso me parecía a mí. ¿Por qué esos profesionales que se alzan en defensa de los mayores, en crear una nueva cultura y forma de mejorar la vida de los mayores, lo hacen en inglés?«, cuestionó, evidenciando una profunda preocupación por la falta de empatía lingüística.

La frustración de Luisa se intensificó al relatar su experiencia en LinkedIn, donde encontró a una «muchacha» que se presentaba con títulos como «New Longevity Consultant» o «Doctoral Student in Longevity Economy«. «No lo dudo, será todas estas cosas, pero a mí no me representa. Yo soy médico, vivo con los libros, me hace feliz aprender continuamente, como a ella», explicó Luisa. Su mensaje es claro y contundente: «Si queréis cuidar a los mayores, si vuestro objetivo es hacer una sociedad más justa, solidaria, unida… sin duda no debeis crear barreras, ni etiquetas sean del tipo que sean.»

Más allá de las palabras: El valor de la Inclusión Lingüística
Luisa, lejos de resignarse, recurrió a la inteligencia artificial para comprender a fondo el significado de «Lifelonglearning», obteniendo una explicación detallada y completamente en español sobre lo que se traduce como «aprendizaje permanente». Un texto que, según ella, demuestra que se puede comunicar el mismo concepto sin recurrir a anglicismos que marginan a un sector de la población.

«Aprender va mucho más allá de utilizar palabros en inglés, hay que saber exactamente qué significa ‘el valor de la palabra'», afirmó Luisa, sugiriendo que «quizás haya que considerar esta práctica como una forma de maltrato hacia los mayores». Su petición es simple y justa: si alguien elige presentar sus títulos en inglés, que también los acompañe con su equivalente en español. «¿Pido mucho?», se pregunta con una mezcla de desafío y lógica.

La contundencia de Luisa resuena con un sentimiento compartido por muchos mayores: «Soy mayor, pero no idiota». Su experiencia es un recordatorio a las nuevas generaciones de que la inclusión no solo pasa por la igualdad de oportunidades, sino también por la accesibilidad del lenguaje. La empatía, en este contexto, se convierte en la herramienta fundamental para construir una sociedad verdaderamente unida.

El aprendizaje permanente: Un concepto universal
La definición de aprendizaje permanente (Lifelong Learning) es clara y accesible para todos: se refiere a la práctica de aprender de manera continua y voluntaria a lo largo de toda la vida, tanto para fines personales como profesionales. Es un concepto fundamental en un mundo en constante cambio, donde la adaptación y la actualización de conocimientos son esenciales.

El aprendizaje permanente abarca todas las formas de adquirir nuevos saberes, desde la educación formal hasta la lectura, los talleres, las experiencias laborales o las interacciones sociales. Su importancia radica en la adaptación al cambio, el desarrollo profesional y personal, la inclusión social y los beneficios para las empresas, que pueden fomentar la innovación y la competitividad a través de la formación continua de sus empleados.

En resumen, el aprendizaje permanente es una habilidad esencial para el éxito en el siglo XXI, y su comprensión no debería estar condicionada por barreras lingüísticas. La lección de Luisa es un llamado a la reflexión sobre cómo nos comunicamos y cómo podemos construir puentes en lugar de levantar muros invisibles entre generaciones.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba