CulturaDestacadoEl Baúl

José Sevillano muestra el arte del grabado en el ILC

La exposición, comisariada por el artista plástico, grabador y profesor José Fuentes Esteve, incluye 101 estampas correspondientes a un total de 77 autores

La Sala Provincia del Instituto Leonés de Cultura, el más veterano espacio de exhibición artística de la ciudad, abre sus puertas este viernes 17 de enero a algunas de las más mejores y más representativas obras del grabador leonés José Sevillano, una figura esencial dentro del panorama artístico español. La exposición lleva por título ‘Ediciones de STADT 1988-2020, José Sevillano’ y supone un proyecto de colaboración entre el Museo del Grabado de Santa Marta de Tormes (Salamanca), dirigido por Antonio Navarro con la colaboración del artista plástico y grabador José Fuentes Esteve; la Fundación Museo de Artes del Grabado a la Estampa Digital de Ribeira (A Coruña) y el Departamento de Arte y Exposiciones del ILC, cuyo principal objetivo es el de proyectar fuera de León el singular y magnífico trabajo realizado por Sevillano en el ámbito de la edición gráfica nacional desde 1988 hasta 2022.

A la apertura de la muestra, que tendrá lugar a las 20.00 horas, asistirán el director del Museo de Grabado de Santa Marta de Tormes, Antonio Navarro; el catedrático, artista y comisario de la muestra José Fuentes Esteve; el director de la editorial de obra gráfica STADT, José Sevillano; el diputado de Cultura, Arte y Patrimonio, Emilio Martínez Morán; y el director del Departamento de Arte y Exposiciones del ILC, Luis García Martínez, así como varios artistas que participan con sus obras en la muestra como Concha Sáez, Germán Aparicio o Mónica Jorquera, entre otros.

La exposición, tal y como explica Luis García, “presenta una parte del trabajo realizado por José Sevillano con extraordinaria profesionalidad y apasionada dedicación en el campo de la edición de obra gráfica y su comercialización, partiendo de la idea fundamental de hacer accesible al público general, mediante una cuota anual, algunas de las obras del arte contemporáneo más destacadas e interesantes”. El director de Arte del ILC también reseñó cómo Pepe Fuentes, en Salamanca, resultó esencial para Sevillano, en el inicio de su trayectoria, al trabajar con él como asistente; posteriormente, Kabir y Monir en Madrid fueron artistas también fundamentales en cuanto a la formación técnica y la especialización del protagonista de la exposición. Además, la colaboración con excelentes creadores plásticos le abrió el camino hacia el ambiente intelectual y artístico español e internacional de los años ochenta y noventa, como fueron por ejemplo Carlos León o David Lechuga. De todos modos, José Sevillano ha mantenido taller en la capital leonesa durante más de treinta años, y por su editorial STADT han pasado artistas tan destacados a nivel nacional e internacional como Denis Long, Eduardo Arroyo, Enrique Brinkman, Luis Sáez, Joaquín Rubio Camín, Dora García, Monir, Kabir, Jorge Galindo, José de León, Santiago Serrano, Pelayo Ortega, Ana Laura Aláez o Edgar Plans, entre otros muchos.

Recorrido por la exposición

La muestra se inicia con una obra de su maestro y figura fundamental en la difusión e investigación en los sistemas de estampación, Pepe Fuentes, una abstracción geométrica en la que se hace protagonista esencial el volumen y la textura por medio de un relieve gofrado. Carlos León aporta dos obras de gran intensidad plástica dentro del ámbito de la abstracción, donde el color, el gesto y el trazo toman un sentido expresivo pleno. Dora García está presente con dos obras excepcionales de primera época, una delicada, sutil y poética visión de la figura humana y otra imagen de sugerencias naturales y orgánica. Luis Sáez presenta un tratamiento hiperrealista que nos introduce en un mundo mágico e imaginario con cierta tensión psicológica. David Lechuga plantea una escena narrativa en la que se articulan componentes arquitectónicos con una figura humana y un perro, elementos de configuración geométrica. El magnífico grabador indio Kabir aporta unas imágenes sugerentes y evocadoras de un paisaje primigenio, mínimo, básico, cargado de cierta melancolía en la aplicación del color. Monir, por su parte, se encuentra entre la simplificación naturalista descriptiva y la abstracción, un canto de libertad y de esperanza. María Gómez ofrece una revisión de la interpretación de elementos naturales desde una descripción esencial. Patrick van den Eynde introduce al espectador en una composición equilibrada que le permite desplazarse por varios planos que se solapan en un dialogo definido en profundidad. Las obras de Carmen García son, por un lado, una composición exquisita con una ordenación de los elementos perfectamente equilibrada, y una inspiración en el paisaje natural que incorpora una desmaterialización de las formas. Jorge Galindo presenta una creación ubicada dentro del territorio de la abstracción informalista y Félix de la Concha muestra dos paisajes de la ciudad con un tratamiento hiperrealista, utilizando un punto de vista muy lejano y dotando de un gran protagonismo al cielo, referencia clara al mundo clásico. Jean Baptiste Secheret cuenta con una obra muy esencial, con un minucioso sentido descriptivo del volumen, las formas y la luz. Germán Aparicio se incorpora a la muestra con cuatro obras, la primera una revisión de la iconografía arqueológica, dos estampas donde surgen elementos globulares a modo de células que interactúan entre sí, una reflexión creativa sobre una realidad prismática imaginaria. Santiago Serrano muestra una ordenación de degradaciones cromáticas por campos tratadas con una gran sutileza y, por contra, el mundo imaginativo de José de León se hace presente con dos piezas, una dedicada a la tauromaquia, de gran fuerza plástica, y otra que recala en un paisaje de color vivo y luminoso.

A su vez, Esteban Tranche se incorpora con dos obras de gran simplicidad y esquematismo que sugieren la figura humana desde el tratamiento geométrico estricto. David Maes enriquece la muestra con el escorzo de espaldas de un desnudo, mostrando su interés por el ser humano y su reflexión vital y espiritual. El trabajo de María Luisa Rojo hace referencia a ese mundo clásico grecolatino de evocaciones poéticas donde todo se desdibuja en un ambiente intensamente atmosférico. Concha Sáez presenta una obra esquemática, construida por campos geométricos de color, en la que la textura se convierte en un espacio de experimentación y donde todo parece fluir en una composición sosegada, mientras Miguel Oliver muestra una imagen diluida, atmosférica, donde el aire toma densidad casi matérica y se apropia de una escena muy próxima a la abstracción. Ana Laura Aláez es autora de obras de una gran sutileza, con un cromatismo con derivas a tonos pastel, en referencia al arquetipo de lo femenino. Y en Joaquín Rubio Camín, la esencia de la estructura geométrica alcanza, en su trabajo, un cierto sentido minimalista.

Antonio Cid introduce al espectador en la imagen, tremendamente compleja, de una geometría estricta que dota a la composición de una gran profundidad de campo. Fumiko Negishi invita a contemplar dos composiciones plenamente abstractas, muy cercanas a su pintura directamente inspirada en la memoria y las vivencias emocionales. Isidro Valcuende presenta una obra de 1998 de inspiración plenamente natural, inmersa en una abstracción gestual, y otra de 2009 en la que revela un mayor interés por el color. Anne Heyvaert exhibe una obra con un estricto sentido descriptivo y un delicado tratamiento de las superficies y los planos, estampa que se podría encuadrar en la su serie ‘Cajas’. Venancio Arribas presenta la evocación de un paisaje natural clásico que recuerda, desde la inconcreción atmosférica del mismo, algunas pinturas de la escuela de Barbizon. Enrique Brikman aporta una estampa de austeridad cromática total, donde las variaciones tonales son mínimas, plena de una exquisita delicadeza y una envolvente sutileza plástica. Javier Cardo parte de una relectura del mundo del pop art por medio de la incorporación de elementos cercanos y cotidianos. Óscar Pérez Ocaña se podría situar dentro del territorio de la abstracción informalista, la suya es una composición con fuertes contraste de luz que la dotan de cierta espacialidad. Blanca Muñoz nos traslada directamente al territorio escultórico por medio de la aplicación de una perspectiva forzadísima que construye el volumen, potenciado por las líneas de fuga con líneas de acero.

Por su parte, el recordado Miguel Escanciano -escritor, poeta, cantautor reivindicativo, artista plástico y gestor cultural- está presente con un simplificado bodegón clásico referente a la fruta del pecado, símbolo mítico tan representado en la iconografía religiosa. Ricardo Mojardín ofrece una revisión del pop art desde la vertiente local, planteando en algunas ocasiones una crítica subyacente, así como un cierto sentido irónico. Enrique Ortiz se incorpora a la muestra con un paisaje natural de gran realismo. Mario Cervero aporta dos piezas, una de 2001 con un tratamiento tremendamente ingenuo y primitivista en relación a la figuración, y unas estampas que aportan un intenso dinamismo en la composición. Carlos Gonçalves ofrece una vertiente hiperrealista, con una máxima descripción alcanzada por una magnífica utilización y definición de las variaciones tonales.

Fermín Santos presenta dos obras, una con cierto toque pop que incorpora una crítica social en relación a la prostitución, y otra con una interpretación hiperrealista en la cual nos propone una secuencia narrativa. Raúl Notario muestra dos estampas de 2003, obras singulares que reflexionan sobre el tema clásico del bodegón, inspirados en el momento cotidiano del desayuno. José Carlos Álvarez Cabrero es un destacado creador vinculado al cómic y el viñetismo, con unas imágenes de gran fuerza expresiva y contenida narratividad. Isabel Cuadrado revela una delicadeza impregnada de reivindicación femenina, elementos que surgen flotando en una composición sugerente y evocadora. Javier Sampérez muestra una estricta y fría geometría, surgida con la máxima pureza de la utilización del ángulo recto, estructuras nítidas y concretas en un lenguaje próximo al minimalismo. Paco Arias practica una versión poética de la interpretación de la naturaleza desde la utilización del lenguaje esquemático del ingenuismo primitivo. La de Andrés Rábago (‘El Roto’) es una pieza de una tremenda fuerza plástica que incorpora, con unos mínimos trazos, la imagen desoladora y trágica de la pérdida del hombre y su humanidad a causa del dinero. Elías García Benavides invita a contemplar una obra que sintetiza al máximo la evocación del paisaje con una plena utilización de la abstracción. María Álvarez incorpora un lenguaje claro, sucinto y mínimo en su expresión creativa, obra de una carga simbólica profunda que trasmite gran tranquilidad y sosiego. Diana Aitchison reinterpreta la naturaleza desde una desmaterialización de las formas, potenciando el efecto plástico por medio de manchas de gran fuerza expresiva. Jafar T. Kaki nos regala una magnífica composición, plena de color y gestualidad, próxima a la abstracción lírica. Miguel Galano, excelente y genuino pintor asturiano, aporta su visión tremendamente poética y ensoñadora de un paisaje natural. Vanesa Gallardo, en esta ocasión, revela cómo la línea se convierte en protagonista de una figura humana que emerge del plano con fuerza, incorporando un intenso dinamismo en la composición. Concha García presenta una obra de un paisajismo idealizado y esquematizado de intensidad simbólica. Rosana Cámara plantea, desde una perspectiva realista y con una sutil construcción de los volúmenes, un enfoque neorromántico de la figura humana en el paisaje. Carmen Corral se incorpora con una obra de intenso colorido inmersa en la abstracción lírica. Pelayo Ortega expone una máxima simplificación del paisaje de la ciudad, donde los potentes planos de color construyen un espacio urbano casi minimalista. Y Begoña Pérez se encuadra en el ámbito de la abstracción lírica, generada a partir de un módulo lineal ondulante que se distribuye con una cierta ordenación equilibrada.

En su obra, Erik Kirksaether incorpora una máxima simplificación lineal del cubo, un cubo que se desplaza o se abre generando una gran espacialidad en la composición. Raúl Díaz Reyes llega con una obra inmersa en su mundo creativo de seres fantásticos e irreales, escenas que en cierto sentido remiten a lo narrativo y literario. Francisco Chamorro parte de un planteamiento esquemático de las formas hasta llegar a un enfoque abstracto de la realidad, son obras de gran potencia plástica, valor textural, plenas de movimiento, ritmo y cadencia. Federico Sancho plantea una composición abierta que se expande al exterior, partiendo de una esquematización básica de las formas globulares que parecen explosionar. La estampa de Caetano es un grito estremecedor, crítico, una reivindicación social por medio de una impactante imagen de los emigrantes en patera, sus obras nos interpelan directamente con una tremenda y desoladora tensión dramática. Edgar Plans aúna el tratamiento primitivo del grafismo textual y figurativo con una exaltación salvaje del color. Denis Long incorpora una estricta abstracción geométrica con una fuerte valoración de las texturas y transparencias, algo que aporta una intensa espacialidad a sus composiciones. Mónica Jorquera articula en un espacio de ensoñación, irreal, diferentes referencias visuales del aseo cotidiano.

Las propuestas de Dani Martín fluyen entre la abstracción y una revisión del pop art. Javier Pérez Aranda trabaja con residuos y elementos fallidos de producción industrial y consumo. Valle Martín muestra su interés por la interpretación de su entorno más próximo a partir de la depuración abstracta, la geometría y el orden. David Colinas ofrece un expresionismo abstracto de fuerte densidad plástica que se combina y articula con la línea firme y segura. Laura Salguero es autora de piezas de una extraordinaria delicadeza basadas en la línea descriptiva, con un sistema innovador de matriz grabada con sistema láser. Eduardo Vega de Seoane se sitúa en el expresionismo abstracto de intenso cromatismo y envolvente luminosidad. La de Alfredo Alcaín es una obra barroca y recargada, con gran dinamismo. Pedro Sánchez muestra un dibujo clásico, singular, y una delicada imagen que subyuga e introduce en un mundo onírico, surreal y mágico. Juan Pablo Villalpando se sumerge en un paisaje natural muy sucinto, con una intensa carga melancólica de reminiscencias románticas. Luz Santos Rodero nos introduce en un espacio fragmentario de unidades cuadradas que funcionan a modo de secuencias narrativas de efectos texturales.

La exposición ‘Ediciones de STADT 1988-2020, José Sevillano’ permanecerá abierta hasta el próximo 16 de marzo en la Sala Provincia del Edificio Fierro, sede del Instituto Leonés de Cultura (calle Puerta de la Reina, 1, León), con entrada gratuita y de acuerdo con el siguiente horario: de martes a viernes de 17.00 a 20.00 horas, sábados de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, domingos y festivos de 11.00 a 14.00. Además, se pueden solicitar visitas guiadas para grupos y escolares en el teléfono de contacto 987 262423.

Fuente
Diputación de León
Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba